Daniela, viendo que todos me miraban, se mordió el labio, abrazó el brazo de mi jefe y lo sacudió:—Jefe, Daniela también sabe que se equivocó, sabe del dolor de mi hermana, por favor convence a mi hermana de que no le guarde rencor a mis jefes, seamos una familia feliz ¿sí?Pero esta vez, sus provocaciones no funcionaron.Mi jefa directamente le dio un cachetadón fuerte:—¡Maldita, ya entendí, todo esto es tu culpa! Si no fuera porque estás aquí provocando, ¿cómo habría vivido Lucía tantos años de amargura?Daniela llena de shock, dijo:—¡Jefe! ¡Hermano! ¿Ustedes ven si mi jefa se volvió loca?Pero mi jefe y Fernando ahora tampoco tenían tiempo para atenderla, me miraron disculpándose:—Lucía, esta vez de verdad sé que me equivoqué. Por favor, regresa, te compensaré bien, ¿sí?Fernando también asentía sin parar:—Siempre fui engañado por Daniela, de inmediato la mandamos de vuelta, ¿ves si estás contenta?Negué con la cabeza:—No estoy contenta, aunque ustedes sepan que Daniela casi m
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