Lahat ng Kabanata ng Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano: Kabanata 11 - Kabanata 20

Pero con la tensa relación entre hermanos de Sebastián y Sofía, ni, aunque lo mataran iría a pedirle ayuda a su cuñado.Joaquín no era tan terco como Sebastián, así que en secreto había tratado de contactar al Grupo Empresarial Villarreal, usando el nombre de ser el hermano político del presidente. Había logrado ver a Diego, y usó un minuto para presentar rápidamente el gran juego 3A que desarrollaban combinado con cultura tradicional. Pensó que conseguirían una inversión, pero los guardias de seguridad lo sacaron a patadas.Joaquín se quedó pasmado, y lo más increíble era que, recientemente el Grupo Empresarial Villarreal, había invertido en su competencia.Era como una cachetada en toda la cara.Joaquín no se atrevía a preguntarle a Sofía sobre la relación con su esposo, así que lo expresó de manera indirecta. —Sofía, no te voy a andar con rodeos, Joaquín y yo estamos tan desesperados esta vez porque nuestros empleados clave fueron robados por la competencia con ofertas altas, la emp

No tenía sentido explicar, así que no había necesidad de hacerlo. La alteración emocional de antes había sido por lo del aborto.Después de que Sofía se calmó, miró a Isabella con frialdad.—Di lo que quieras.Dicho esto, se dio la vuelta y se fue, dejándole a Isabella una espalda helada.Ella no esperaba esa actitud, su expresión se puso un poco sombría. —Qué falsa.Isabella había acompañado a una amiga al hospital, la amiga se acercó con medicinas y siguió su mirada. —¿Quién es?—Una perra que mantienen los Villarreal —Isabella la miró con desprecio.—Ah, ¿te mordió?Isabella resopló. —¿Cuándo has visto que un perro muerda a su dueño? Esa perra no se larga por más que la patees, es un poco molesta nada más.Había escuchado de Nicolás que Sofía se había vuelto loca de celos por el regreso de Valentina al país, que en apariencia estaba haciendo berrinche por el divorcio, pero por detrás investigaba en secreto los movimientos de Diego.Que usara tácticas tan patéticas como jugar al gato

Esta era la diferencia entre valorar a alguien y no hacerlo.Si hubiera sido antes, Sofía definitivamente se habría sentido mal por mucho tiempo, pero ahora que se había divorciado, había renunciado a Diego, y ya no tenía ninguna expectativa sobre él.Al no importarle, no recibiría tanto daño, pero sentirse incómoda era inevitable, por suerte Sofía ya podía procesar estas emociones negativas en el menor tiempo posible.Mateo por fin había conocido a Diego, quien era una figura de primer nivel en los círculos aristocráticos de Puerto Azul, y no desperdiciaría ninguna oportunidad de acercarse a él.—Mi hermana está a punto de competir, Diego, quédate aquí conmigo a ver, escogí esta habitación porque tiene la mejor vista.En años pasados, Diego no había mostrado interés en las carreras de autos, Sofía originalmente se preguntaba por qué estaría aquí.Ahora todo tenía una explicación lógica. No había imaginado que Valentina participara en competencias automovilísticas.Diego respondió: —Bi

Isabella puso cara como si Sofía hubiera hecho la pregunta más tonta del mundo. —¿Si no me gusta ella, acaso me vas a gustar tú?Sofía quedó sin palabras.—Sofía, ¿puedes decirme qué tienes que me pueda gustar? Si logras mencionar, aunque sea una cosa, inmediatamente cambio de opinión y hablo bien de ti.Sus palabras eran muy hirientes, pero siempre las decía con un tono casual.Aunque Isabella no tenía la frialdad de Diego, cada una de sus frases era una trampa, era otro tipo de crueldad. Dignos hermanos.Sofía no podía comunicarse con Isabella, se quedó en silencio.La reacción de Sofía no fue lo que Isabella esperaba, no podía divertirse, no era entretenido, así que continuó: —Seguro tienes curiosidad de por qué Valentina compite en carreras ¿verdad?Sofía estaba a punto de decir que no tenía curiosidad.Sin embargo, Isabella ya se estaba respondiendo sola. —Valentina vio las carreras de Sun, por eso se enamoró de las carreras, ahora ya se puede considerar una piloto profesional, au

—Si no te pongo de buen humor, cuando veamos al magnate y lo harás enojar, aunque me vendas no podré aguantarlo.Sofía suspiró resignada.Después de decir esto, Carmen contactó a su compañero de primaria.En poco tiempo llegó.Rodrigo Campos era guapo, de 1.85 metros de altura, con porte erguido, vestía un traje bien cortado que le daba mucha elegancia.La ropa formal generalmente da una sensación fría y distante, pero Rodrigo; al contrario, era como una brisa primaveral, se veía que era una persona muy gentil.La primera impresión de Sofía sobre él: élite.—¡Rodrigo, aquí! —Carmen le hizo señas con la mano.Rodrigo se acercó sonriendo. —Qué bueno verte, vieja compañera de banca.Rodrigo dirigió la mirada hacia ella, cortés y educado. —Hola Sofía, soy Rodrigo.Al parecer Carmen ya le había hablado de ella. Sofía le hizo un gesto con la cabeza, como saludo.Con Carmen ahí, Sofía no necesitaba entretener a Rodrigo, se quedó callada a un lado, escuchando su conversación.Si Carmen no lo h