Alejandro era alguien que nunca había sabido qué quería. Por eso, cuando sintió que Sofía era una presencia distinta en su vida, todavía le costaba decidir si eso significaba que la quería de esa manera o no.Hasta que viajaron a San Rafael. En realidad, esa vez en el crucero, cuando Javier lo drogó, no fue un accidente, sino algo planeado por él. Alejandro no entendía sus propios sentimientos, así que quiso ponerse a prueba: si perdía el control, ¿sentiría algo diferente por Sofía?Ya había estado bajo efectos parecidos y, aunque algunas mujeres se le iban encima, controlaba sus impulsos con facilidad. No sentía nada, sin excepción. Pero, cuando se trataba de Sofía, su voluntad se derrumbó en un instante. No pudo controlarse y terminó abalanzándose sobre ella.Esa noche perdió el control y eso fue la respuesta que buscaba. En ese momento, confirmó lo que llevaba en el fondo de su corazón. Sin embargo, para no asustarla, hizo un esfuerzo enorme por reprimir el impulso, calmarse y ocult
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