All Chapters of Los Trillizos Genios del CEO: Chapter 131 - Chapter 140

Justin temía que su madre pudiera decirle algo excesivo a Samantha, así que bajó apresuradamente las escaleras.Al ver a Samantha y a su madre conversando y riendo, con un ambiente aparentemente armonioso, se sintió aliviado.Cuando Justin bajó, su madre incluso fingió tomar la mano de Samantha con afecto y dijo:—Samantha sigue siendo tan sensata y obediente como siempre. Debes tratarla bien en el futuro y no permitir que sufra. Ha pasado por demasiadas dificultades todos estos años.Estas palabras, sin lugar a dudas, equivalían a aceptar a Samantha como su nuera.Una leve sonrisa finalmente apareció en el rostro sombrío de Justin. Se sentó junto a Samantha, tomó su otra mano y prometió solemnemente:—Madre, puedes estar tranquila. Cuidaré bien de Samantha y la haré la mujer más feliz del mundo.La señora Fletcher se sentía incómoda por dentro, pero mantuvo una sonrisa inocente en el rostro.Samantha, en cambio, sentía como si hubiera bebido un vaso de jugo de menta amarga.Durante l

La investigación de Jade fue increíblemente rápida.En menos de una hora, toda la información ya había sido entregada a Ethan.Ethan estaba sentado detrás de su escritorio, hojeando los documentos en sus manos.De pronto, su mirada se detuvo en la información de Karen.—¿Karen está embarazada? ¿Y el hijo es de Justin?Jade respondió:—Por la fecha, debería ser del señor Fletcher. ¡Pero no puedo garantizar que Karen no haya estado con otros hombres durante ese tiempo!Ethan esbozó una sonrisa sarcástica, un brillo juguetón en los ojos. Cerró el expediente con un movimiento ágil de sus dedos delgados y le dijo a Jade:—Tráeme a Karen. Quiero verla.Jade cada vez entendía menos a Ethan.Hace apenas un momento había anunciado públicamente su supuesto compromiso con Suzy...Y ahora estaba investigando en secreto al prometido de la señorita Samantha.¿Qué estaba tramando?Aunque tenía mil preguntas, no se atrevía a hacer ninguna. Simplemente se retiró.Media hora después, Karen fue llevada

Justin tomó la mano de Samantha que aún reposaba sobre su frente y la llevó suavemente a su rostro. Su apuesto rostro se frotó ligeramente contra su palma mientras decía con voz ronca:—Sammie… pase lo que pase, ¿puedes prometerme que no me dejarás?Su voz era casi una súplica, como un niño que ha cometido un error y espera ser perdonado.Lamentable. Indefenso.Samantha se quedó atónita por un instante.No entendía por qué él, que parecía estar bien, de repente se mostraba tan inseguro.Todo había empezado desde aquel mensaje por la tarde.—Justin, ¿te pasó algo? ¿Quién llamó esta tarde?Por la tarde, después de recoger a Charlotte del jardín de infantes, habían ido juntos al supermercado, compraron ingredientes y luego cocinaron en casa.Justo cuando la comida comenzaba a cocerse en la olla, Justin recibió un mensaje.Su expresión cambió al instante, no probó bocado, apenas dijo algo apresurado y se fue.Ella pensó que se trataba de trabajo.Pero viéndolo así… no pudo evitar empezar

Albert se recostó perezosamente contra el respaldo de la silla, jugando con el anillo en su pulgar con sus dedos delgados, y dijo con una sonrisa ladeada:—Parece que la señorita Miller ya tiene claro quién nos tendió la trampa. ¿Quién es?Esa fue la conclusión a la que había llegado por el tono de voz de ella durante su conversación la noche anterior.Samantha miró en silencio al hombre desconocido que tenía frente a ella.No lo conocía.Y por lo tanto, tampoco confiaba en él.Respondió con frialdad:—¡No lo sé! Si lo supiera, ya lo habría reportado a la policía.Albert no la contradijo. En cambio, sacó una fotografía y la colocó sobre la mesa.—Mira, ¿es este el hombre que te llevó a la terraza del jardín esa noche?Samantha tomó la foto, y en cuanto la vio, reconoció al hombre de inmediato. Asintió rápidamente, diciendo con emoción:—¡Sí, es él! Me dijo que Ethan me esperaba en la terraza para hablar. Pensé que era un sirviente de la familia Steele, así que no sospeché y fui.Alber

El corazón de Ethan se ablandó de forma irracional.Se agachó y, con suavidad, limpió las lágrimas del rostro de Samantha mientras decía con voz baja:—¿No sabes que podías pedir un coche? Caminaste más de una hora en tacones... ¿no estás cansada?Samantha se quedó atónita al oírlo.Se olvidó incluso de sus lágrimas, que aún colgaban de sus pestañas.Pasó de ser una conejita lastimada… a una conejita tonta.¡Claro!¡Podía haber pedido un coche!Hace un momento estaba tan furiosa que se le olvidó por completo que podía reservar uno desde el celular.Todo era culpa de Ethan.Si no la hubiese hecho enojar, ¿cómo habría podido olvidarlo?Leyendo sus pensamientos al instante, Ethan suspiró en silencio.—Está bien, fue mi culpa. No debí meterme. No debí dejarte aquí sola. Lo sé, me equivoqué. ¿Puedo llevarte de vuelta ahora?Samantha se negó con obstinación:—¡No! ¡Pediré mi propio coche!Dicho esto, sacó su teléfono y comenzó a usarlo con destreza.Ethan casi se mordió la lengua de la rabi