Ella, aprovechando el momento, tomó del brazo a Marcelo y esbozó una sonrisa dulce, con una suavidad extrema.Yo sonreí con educación, dejé la botella de vino en el suelo y, tras una respiración profunda, sumergí de nuevo mi atención en la conversación con la compañera.Sin notar la mirada de Marcelo a mis espaldas, fija en mí durante un largo rato.Me tomé dos copas de vino tinto, pero seguía bastante consciente.Al ir al baño, me retoqué el maquillaje.Todos decían que luego irían a visitar a los profesores.Entre ellos estaba también mi querida profesora, directora reconocida de la asociación de danza.Desde la época universitaria siempre me tuvo en alta estima, así que yo definitivamente iría.Asegurándome de que mi maquillaje estaba perfecto, abrí la puerta——¿Lucía? —Celia apareció con gracia, vestida con un traje blanco.Respondí: —Hola.Justo cuando íbamos a cruzarnos, de pronto me agarró de la muñeca.Al sentir el dolor, quise retirarme, pero noté que ella, de apar
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