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Bajo el Silencio del Dolor
Bajo el Silencio del Dolor
Auteur: Natalia Eugenia

Capítulo 1

Auteur: Natalia Eugenia
María Valero entró con la prueba de embarazo en la mano, justo en el momento en el que Nahia Dumas metía una cucharada de sopa en la boca a Robert Bonnet, quien comía, sonriente, sin poner resistencia.

Como esposa, María sabía que él nunca dejaba que nadie le diera de comer, pero con Nahia, su primer amor, esa regla ya no existía.

—María, ya llegaste. ¿Por qué no me llamaste para ir a buscarte? Ah, cierto... olvidé que no puedes hablar —dijo Nahia con una sonrisa tranquila, como si nada pasara.

María forzó una sonrisa y se sentó sin emitir el más mínimo sonido, mientras Nahia continuaba hablando:

—Ah, ayer me crucé con el tío de Robert. Está como un loco preguntando sobre cuándo le darán un nieto a la familia.

El ambiente se puso tenso, y Robert empezó a reírse.

—Ni loco pienso dejar que una muda tenga un hijo mío. ¿Y si el niño también nace mudo?

María había crecido escuchando todo tipo de comentarios crueles sobre su discapacidad, pero esas palabras de Robert, dichas con tanto desprecio, le dolieron como nunca antes.

Se tocó el vientre, recordando el resultado del chequeo que le acababan de entregar, y se le llenó el pecho de tristeza.

Estaba embarazada de un mes..

Había pensado en usar ese bebé como una forma de arreglar su relación con Robert. Pero ahora… ya no tenía sentido decirle nada, por lo que escondió la prueba de embarazo con cuidado.

Un mes atrás, Robert había llegado borracho y, aprovechando el momento, se había acostado con ella a la fuerza, lo cual había suficiente para que se quedara embarazada.

Robert jamás permitiría que ese bebé naciera, pero María no podía matarlo.

El médico le explicó que su cuerpo era delicado y que, si abortaba, después le sería casi imposible volver a quedar embarazada.

Así que era hora de irse.

Nahia puso una mala cara y se rio:

—¿Y entonces qué vamos a hacer? Los viejos ya quieren un nieto. Si piensas así, ¿no deberías buscarte a otra muchacha para tenerlo?

Sus palabras iban cargadas de doble intención, mientras miraba a Robert con los ojos cargados de malicia.

Y claro, él la miró con deseo.

—¿Tú podrías ser útil? —preguntó Robert, como si no le importara pedirle a otra mujer, frente a su esposa, que tuviera un hijo con él.

Nahia fingió una sonrisa y dijo, con un tono cargado de dulzura:

—No digas eso... tu esposa está aquí.

Después de eso, siguió sirviéndole más comida a Robert, sin tocar más el tema.

Lo hacía a propósito, lo provocaba de manera indirecta. Sabía jugar bien sus cartas.

Cuando escuchó la palabra «esposa», Robert se fijó en María. Ella, como siempre, seguía en «silencio», sin mostrar nada. Un segundo después, él empezó a reírse.

María sabía por qué. Su matrimonio con él había sido un accidente.

Seis meses atrás, Robert quería casarse con Nahia.

La familia Bonnet, de apellido extravagante y elitista, despreciaba a Nahia por provenir de un estatus inferior, por lo que se encargaron de ponerle todos los obstáculos posibles.

Nahia, con su orgullo por delante, se había ido al extranjero después de que la madre de Robert la rechazara una y otra vez.

Justo en ese tiempo, el tío de Robert sufrió un accidente en la calle y nadie lo ayudó, excepto María que lo llevó al hospital.

Él quedó tan agradecido que quiso presentarle a Robert. Y por pura rebeldía, él se había casado con esa «muda inútil».

Y le salió bien: sus padres se enfurecieron tanto que se desentendieron de su vida amorosa.

María sentía que había robado una felicidad que no le pertenecía.

Siempre había sido una persona tranquila, tímida. Si no hubiera sido por la plata que necesitaba para operar a su hermana, nunca habría aceptado ese matrimonio.

De pronto se le cruzó una idea: ¿y si se largaba de una vez? De esa manera dejaría que Robert y Nahia volvieran sin saber del embarazo. Aunque sentía algo por él, tenía claro de que a él ella no le importaba en lo más mínimo.

María bajó la mirada. Ya no podía esperar más para irse, pero...

¿Qué iba a hacer con su pobre hermanita?

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