Share

Capítulo 04

Author: María Luisa Bombal
Valeria regresó a su oficina con la carpeta del proyecto en la mano.

Su rostro pálido y su paso firme alertaron de inmediato a Ximena Ayala, quien se acercó haciendo señas con nerviosismo.

—¿Estás bien, Valeria? ¿De verdad le dieron el proyecto a esa recién llegada?

Valeria le sostuvo la muñeca con fuerza y le susurró:

—Ven conmigo. Esto es serio.

Ambas entraron a la sala de descanso. Valeria, con rostro firme, fue directa.

—Necesito tu ayuda para algo importante.

—Lo que necesites. Si puedo ayudarte, lo haré.

—Sé que Corporativo Sempra también estaba interesada en el proyecto Oasis. Ahora que no ha comenzado la ejecución, si alguien más presenta una mejor propuesta… la concesión podría cambiar. Y ya no sería decisión de Grupo Lidérez.

Ximena abrió los ojos de par en par. Sus manos temblaban al responder en señas.

—¿Estás loca? Si te descubren, será una violación de confidencialidad. ¡Podrías destruir tu carrera!

—Además, he escuchado cosas turbias de los dueños de Corporativo Sempra… Hay rumores de que ni siquiera puedes encontrar información concreta sobre ellos en internet. Ir allí sería jugar con fuego. Si algo sale mal, te acusarán de espionaje corporativo.

Valeria la miró con serenidad, como si todo ya estuviera decidido.

—Es el último deseo de mi madre. Y no voy a fallarle.

Ximena sabía que, una vez que Valeria tomaba una decisión, no había marcha atrás.

Suspiró hondo y bajó la mirada.

—Está bien. Me juego el cuello contigo. Pero por favor, sé discreta. Si llega a saberse que la esposa del presidente de Grupo Lidérez ayuda a la competencia… esto se puede volver una bomba.

—Tranquila.

Valeria la abrazó con fuerza, agradecida.

Ya fuera de la sala, comenzó a empacar en silencio.

En medio de la organización, algo cayó al suelo y se quebró. Al agacharse, vio lo que era:

una foto enmarcada de ella y Benjamín, tomada el día que confirmaron su relación. Ambos sonreían, jóvenes e inocentes, con la frente pegada y los ojos brillando de amor.

Ahora… solo parecía una cruel ironía.

Valeria recogió los pedazos y arrojó el marco al basurero.

En ese momento, Ximena le envió un mensaje:

"Usé todos mis contactos. Te conseguí quince minutos."

"Con eso me basta."

Todo o nada.

Valeria tomó su carpeta y se dirigió al Corporativo Sempra. Ximena la despidió con una palmadita en el hombro.

—Usa tu talento para conquistarlo. Y si no funciona, tu belleza.

Valeria soltó una carcajada sarcástica.

—¿Y si es gay?

—Bueno… ahí sí ya no sabría qué hacer.

Subió al edificio con determinación, pero en cuanto entró al ascensor, una sombra de duda cruzó su mente.

Había escuchado demasiadas cosas sobre el CEO de Corporativo Sempra.

Un hombre inaccesible, impredecible. Nunca aparecía en público, pero su empresa había superado a Grupo Lidérez en apenas tres años.

Su nombre: Lautaro Herrera.

Un mito viviente en el mundo corporativo.

Frente a la puerta de su oficina, Valeria respiró profundo y tocó.

—Adelante —dijo una voz grave y fría desde dentro.

El lugar era minimalista: tonos blanco, gris y negro. Orden perfecto.

El hombre detrás del escritorio tenía el rostro afilado y la mirada dura. No necesitaba hablar para imponer respeto.

Lautaro estaba hablando con un colaborador. Valeria tomó asiento en silencio, sin interrumpir.

Él seguía concentrado, sin mirarla siquiera.

Pero entonces…

—Averigua quién dejó pasar a esta persona. Quiero a todos los responsables de esto fuera de la empresa hoy mismo.

El subordinado se congeló. Miró de reojo a Valeria, luego asintió con seriedad.

—Sí, señor Herrera.

Valeria sintió un escalofrío.

Había escuchado que él no perdonaba errores, pero presenciarlo era otra cosa.

Estaba firmando un contrato… y ya había despedido a alguien.

Antes de que la echaran también, decidió hablar.

Explicó su propuesta con claridad. Sabía que él estaba escuchando, aunque no levantara la cabeza.

Al terminar, Lautaro por fin la miró.

Sus ojos eran intensos, oscuros como la noche, con una forma que generaba una presión difícil de soportar.

Valeria tragó saliva. Había algo inquietantemente familiar en él… pero no sabía qué.

Ella se preparó mentalmente y dijo:

—Señor Herrera, si logro que su empresa obtenga la concesión del proyecto Oasis, en tres años podrían duplicar su expansión. El terreno adyacente también ofrece enormes oportunidades de desarrollo...

Él entrecerró los ojos, con burla apenas disimulada.

—¿Esto es una pelea con tu marido o una nueva estrategia empresarial de Grupo Lidérez?

Valeria mantuvo la compostura.

—Sé que puede dudar. Pero hablo en serio. Nadie conoce este proyecto mejor que yo.

Lautaro se recostó en su silla, cruzando los brazos con elegancia.

—¿Dioses peleando mientras los mortales sufren?

Valeria ignoró la provocación.

—No quiero dinero. Solo una condición: si ganamos la concesión, quiero tener control total sobre el diseño.

Lautaro la observó con intensidad, luego se inclinó un poco hacia adelante.

—Sabes lo que implica venir aquí, ¿no?

—Lo sé. Significa arriesgarlo todo. Si se filtra, Grupo Lidérez me acusará de traición, y usted pensará que soy una espía infiltrada.

Él sonrió, divertido.

—Y aún así viniste. Me intriga. Si ya lo ganaron, ¿por qué te interesa tanto?

Valeria bajó la mirada. Su voz se volvió más baja.

—Por razones personales que prefiero no compartir. Pero es importante para mí.

Lautaro entrelazó los dedos sobre el escritorio, su mirada afilada.

—Escuché que la nueva responsable del proyecto no eres tú… sino una recién llegada.

Pausó. Luego agregó con tono sarcástico:

—Pero eso no es mi problema. No tengo por qué involucrarme en tus dramas internos.

Continue to read this book for free
Scan code to download App

Latest chapter

  • Ceniza en el Viento: La Huida de la Cenicienta Rebelde   Capítulo 100

    La cantidad de gente que pasaba por ahí era considerable, y probablemente por lo pálido que estaba Lautaro, comenzaron a lanzarse muchas miradas curiosas.Con voz baja, él murmuró cerca de su oído:—Llévame a la habitación.Valeria no se atrevió a perder el tiempo. Si el efecto de la droga se manifestaba en público… mañana estarían en la portada de todos los diarios, y con ello la familia Santacruz quedaría expuesta."¡Bianca, estúpida! ¿Cómo se atrevió a drogar a Lautaro?" pensó, apretando los dientes.Sin más opción, lo sostuvo con cuidado y lo ayudó a caminar hacia el cuarto que él le indicó. Una vez frente a la puerta, preguntó:—¿Y la tarjeta?—En el bolsillo… —murmuró él.—Ok…Valeria no dudó más. Metió la mano en el bolsillo del pantalón. Los bolsillos de traje masculino eran profundos, y entre sostenerlo y buscar la tarjeta, se le dificultaba.Sus dedos parecían adentrarse en un pozo sin fondo, y tuvo que guiarse solo por el tacto.—¡Ay! Busca bien… No es momento para andar man

  • Ceniza en el Viento: La Huida de la Cenicienta Rebelde   Capítulo 99

    —Valeria Santacruz.La voz de Lautaro sonó grave, con un tono que rozaba el hielo.—¿Sí? —respondió ella, casi por reflejo.Los dedos cálidos de Lautaro le sujetaron el mentón, y con una mirada aguda como la de un halcón, le preguntó:—Yo no revelé tu secreto, ¿y tú me traicionas a la primera oportunidad? ¿Qué te ofreció la familia Santacruz para venderme así?"No puedo ocultárselo más," pensó Valeria, tragando saliva. "Este hombre lo ve todo, aunque intente ocultarlo, igual lo descubriría。"Decidió que lo mejor era ser franca.Lautaro asintió, como si todo encajara, y soltó con sarcasmo:—¿Acaso soy tu propiedad privada? ¿Quién te dijo que, solo porque tú me lo propones, yo iba a aceptar?Valeria giró la cabeza con apuro y respondió sin pensar:—¿Y a Bianca no la aceptarías? Entonces, ¿a quién quieres? ¿A una como Julieta Montalvo, toda dulzura y lágrimas?"Bianca no es perfecta, lo admito. Tiene mal genio, y su carácter no es fácil," reflexionó Valeria. "Pero es hermosa. Mamá y papá

  • Ceniza en el Viento: La Huida de la Cenicienta Rebelde   Capítulo 98

    Bianca quedó completamente confundida. Instintivamente volteó a mirar a su hermana.—¿Qué significa eso? ¡Nunca me dijiste que tenía… inclinaciones!Valeria se quedó congelada. No sabía cómo responder. "Si no logro que esto funcione, lo de mamá va a ser un problema," pensó, apretando los labios.Tampoco se le había cruzado por la cabeza que Lautaro fuera a soltar así, sin más, que le gustaban los hombres.—¿Qué estás diciendo? ¿Desde cuándo te gustan los hombres?Lautaro se balanceó con las puntas de los pies, una sonrisa juguetona asomando en sus labios. Su nuez se movió al tragar, la línea de la mandíbula perfectamente marcada, afilada como una navaja. Sus ojos fríos y burlones la observaban con descaro.—¿Y tú cómo sabes lo que me gusta? ¿Acaso ya lo probaste?Valeria se sonrojó hasta las orejas. No es que lo hubiera “probado”, pero sí lo había visto."Aquel día… cuando me drogaron, él sí reaccionó. Si de verdad le gustaran los hombres, no habría reaccionado así.""Está mintiendo a

  • Ceniza en el Viento: La Huida de la Cenicienta Rebelde   Capítulo 97

    Pero no había forma: si no firmaba ese contrato, no podía irse."Aunque no los mire, puedo sentir las miradas punzantes de Julieta y Benjamín clavadas en mi espalda," pensó Valeria, resignada."Con todo este numerito que armó Lautaro, seguro todos creen que estoy de su lado. Si no, ¿por qué me pasó el contrato a mí y no lo revisó él mismo?"Dudó por un segundo, pero al final tomó el documento con determinación. Lo revisó con atención, y al terminar, se volvió hacia Lautaro.—Señor Herrera, ya lo leí. No hay observaciones.Lautaro hizo un gesto despreocupado con la mano.—Perfecto. Firma.En cuanto se firmó el contrato, Julieta no aguantó más y se levantó apresurada.—Ustedes sigan conversando, yo voy a tomar un poco de aire.Benjamín recibió los documentos y, casi por reflejo, miró a Valeria. Ella entendió lo que quería."De ninguna manera voy a hablar contigo delante de Bianca. Sería el chisme perfecto para ella."Valeria tomó la iniciativa:—Ve a ver cómo está. Quizás los nuevos no t

  • Ceniza en el Viento: La Huida de la Cenicienta Rebelde   Capítulo 96

    Lautaro alargó las palabras con tono burlón mientras observaba fijamente a Julieta.—¿Y bien? ¿Lo vas a pensar?Julieta apretó los labios, sumida en sus pensamientos."Si acepto, en Corporativo Sempra tendría más oportunidades de crecer. A estas alturas, Grupo Lidérez ya no es rival para Lautaro...""Aunque allí tengo el respaldo de Benjamín, las cosas serían más fáciles...""Pero Lautaro tiene ese magnetismo... Y se dice que su familia es poderosa, aunque nadie sabe exactamente de dónde viene...""Si llegara a fijarse en mí..."Discretamente giró la cabeza hacia Benjamín, buscando su opinión.—Ben... Benja, ¿crees que pueda ir un tiempo con el señor Herrera? Tal vez pueda aprender más cosas allá, y después regresar a ayudarte mejor...El rostro de Benjamín se endureció de inmediato.—¿De verdad vas a irte con Corporativo Sempra?Todos sabían que Lautaro lo había hecho a propósito. No era solo un ofrecimiento de trabajo, era un golpe directo a la cara de Benjamín."Lo común sería hacer

  • Ceniza en el Viento: La Huida de la Cenicienta Rebelde   Capítulo 95

    Bianca se quedó observando la escena como hipnotizada, y se volvió hacia Valeria con una expresión medio divertida, medio preocupada.—Hay que admitirlo, esa chica tiene lo suyo. Valeria, contra eso no hay mucho que hacer… A este paso, capaz te quitan el proyecto y ponen a otra. Los hombres no resisten un buen llanto, y justo tú, mira, ni siquiera sabes hacerlo bien.Valeria no tuvo cómo responderle. Tenía razón. ¿Quién iba a imaginar que Julieta sería capaz de bajarse así, llorando delante de Lautaro sin ningún pudor?Lloraba tan delicada, tan vulnerable, como un corderito empapado por la lluvia. Era difícil no sentir lástima.Y lo peor de todo era que Lautaro no estaba reaccionando. Mientras no la rechazara de inmediato, todo seguía siendo incierto.Valeria apretó los puños. Sus ojos, fríos y claros, se clavaron en él con intensidad."Si él cambia de parecer ahora, todo lo que hice hasta aquí no habrá servido de nada."Lautaro, con sus rasgos marcados y mirada penetrante, se frotó la

More Chapters
Explore and read good novels for free
Free access to a vast number of good novels on GoodNovel app. Download the books you like and read anywhere & anytime.
Read books for free on the app
SCAN CODE TO READ ON APP
DMCA.com Protection Status