Share

Capitulo 365

Author: Violeta
Macarena notó la preocupación de su hija y, conteniendo sus propias emociones, cubrió la mano de Rocío con la suya para consolarla.

—Tal vez no sea tan malo. Después de todo, ella sigue siendo tu cuñada. Mientras no se divorcie de César, aún puedes intentar mejorar tu relación con ella…

—¡Otra vez esas palabras! —Rocío apartó bruscamente su mano, con una irritación palpable—. ¡Siempre me dices que mejoré la relación! ¿Y de qué ha servido? ¡Sabes perfectamente que Celia y yo nos llevamos mal! Y ahora, solo porque es una Rojas, ¿esperas que trague pues mi orgullo para halagarla?

Macarena se quedó sin palabras.

—Rocío, lo hago por tu bien…

—¡Yo creo que lo haces por ti misma!

Rocío se levantó de un salto, dejando el desayuno intacto, y subió corriendo las escaleras. Macarena, herida por sus palabras, arrojó el tenedor sobre la mesa con frustración.

***

Mientras tanto, Sira, al enterarse de que Celiana Soto había sido detenida, supo que su plan se había fracasado. ¡Y esa idiota inútil debi
Continue to read this book for free
Scan code to download App
Locked Chapter
Comments (1)
goodnovel comment avatar
張柏川
que linda que esta
VIEW ALL COMMENTS

Latest chapter

  • Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró   Capitulo 365

    Macarena notó la preocupación de su hija y, conteniendo sus propias emociones, cubrió la mano de Rocío con la suya para consolarla.—Tal vez no sea tan malo. Después de todo, ella sigue siendo tu cuñada. Mientras no se divorcie de César, aún puedes intentar mejorar tu relación con ella…—¡Otra vez esas palabras! —Rocío apartó bruscamente su mano, con una irritación palpable—. ¡Siempre me dices que mejoré la relación! ¿Y de qué ha servido? ¡Sabes perfectamente que Celia y yo nos llevamos mal! Y ahora, solo porque es una Rojas, ¿esperas que trague pues mi orgullo para halagarla?Macarena se quedó sin palabras.—Rocío, lo hago por tu bien…—¡Yo creo que lo haces por ti misma!Rocío se levantó de un salto, dejando el desayuno intacto, y subió corriendo las escaleras. Macarena, herida por sus palabras, arrojó el tenedor sobre la mesa con frustración.***Mientras tanto, Sira, al enterarse de que Celiana Soto había sido detenida, supo que su plan se había fracasado. ¡Y esa idiota inútil debi

  • Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró   Capítulo 364

    Sin creer en ninguna de sus palabras, Ben la observó con una mirada que rayaba el escrutinio. En el momento en que su dedo iba a marcar el número, Celiana se arrastró fuera de la cama y se arrodilló frente a él, suplicando:—Por favor, ¡no llames a la policía! ¡Te juro que no te he mentido! No sabía que era venenosa, ¡pensé que era una serpiente normal!Enzo cerró los ojos, conteniendo un suspiro. Tras un momento, le preguntó:—¿Por qué lo hiciste?—Es que… —La voz de Celiana temblaba entre sollozos—. ¡No quería que me echaran! Solo quería asustar a Celia con la serpiente, para luego aparecer como su heroína... Así ustedes dejarían que me quedara… ¡En verdad no sabía que era venenosa! Ni siquiera me atreví a abrir la caja para mirarla. ¡Yo también les tengo miedo a las serpientes!Ben permaneció impasible.—¿Crees que voy a creer una palabra de lo que dices?—Pero…Fue entonces cuando Nicolás intervino, con calma:—No está mintiendo.Ben entrecerró los ojos.—Nicolás, ¿le crees?—Es po

  • Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró   Capítulo 363

    La oscuridad repentina paralizó a Celia. Ella, empavonada con su vestido de gala, no tenía dónde guardar su móvil. Percibió que Nicolás aún estaba cerca, así que lo llamó:—¿Doctor Gómez?Nicolás encendió la linterna de su celular.—Debe ser un fallo del fusible. Quédate aquí. Ya mismo voy a revisarlo.Tanteando en la penumbra, ella se sentó en el sofá.—Ok —le respondió.Mientras permanecía en la sala, sus ojos se adaptaron gradualmente a la oscuridad. La tenue luz del jardín que se filtraba por las ventanas le permitió distinguir una figura aproximándose.—¿Doctor Gómez? ¿Eres tú? —preguntó.Pero, no hubo respuesta.Justo cuando intentaba ponerse de pie, una fuerza poderosa la arrastró contra un pecho firme. Antes de que pudiera reaccionar, un beso selló sus labios.La mente de Celia quedó en blanco. Comenzó a forcejear, pero los brazos que la rodeaban eran como barras de acero, inmovilizándola con una ferocidad que le resultaba tristemente familiar, y esa familiaridad la hizo estrem

  • Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró   Capítulo 362

    Rocío retrocedió tambaleándose, completamente pálida. Como todos habían sido testigos de cómo había insultado a Celia, ahora nadie salió en su defensa. Celia tiró suavemente de la manga de Ben y le dijo:—Déjala. Mira, ahora hay tanta gente presente. No interrumpamos el banquete por ella.Ben sonrió y asintió:—Tienes razón. Casi se me olvida.Luego, él miró a Enzo para pedir su opinión:—Papá, ¿se puede empezar ya con el banquete?Enzo asintió y comenzó a atender a los invitados. Luego, la multitud se dispersó y se fue a beber y charlar.Rocío se quedó pasmada en su sitio. Para evitar problemas, las damas de la alta sociedad ni siquiera se acercaron a saludarla. Ella nunca había sufrido tales humillaciones. Parecía que, desde que empezó a meterse con Celia, o desde que Celia empezó a defenderse, nada le salía bien… Aislada, no tuvo valor para quedarse y abandonó el lugar.En ese momento, Celia y Ben abrían el baile con un vals. Nadie prestó importancia a la partida de Rocío, incluso p

  • Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró   Capítulo 361

    —¿Quién dijo que te admití como mi cuñada? ¡Yo tan solo estoy defendiendo a mi hermano! —exclamó Rocío mirándola con desdén—. Ahora César está tan enfermo, ¿pero te vistes así tan arreglada para buscar a otro? Celia Sánchez, ¡eres tan interesada!—Cuando no pedía el divorcio, deseabas tanto que me alejara de él; Ahora que se lo pido, me insultas diciendo que soy una interesada —Celia se rio con sarcasmo—. Vale, ya no importa. Si te encanta soltar bobadas, aprovecha el tiempo, porque después de esta noche ya no volverás a tener la oportunidad.—¡Maldita! —se enojó la otra.En ese momento, Rocío divisó a Celiana entre la multitud. Ella era la verdadera heredera de los Rojas, ¡pero se escondía allí como una rata! ¡Qué vergüenza!Rocío apartó a Celia con un empujón y se dirigió directamente hacia Celiana:—Señorita Rojas, este banquete de bienvenida se celebra por ti. Aunque tu familia no puso restricciones a los invitados, ¿cómo pueden permitir que alguien como esta tipa venga aquí a come

  • Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró   Capítulo 360

    Después de vestirse, Nicolás salió con calma, como si nada hubiera pasado.—¿Me buscabas?—Mañana por la noche mi familia celebrará una fiesta de bienvenida para mí. ¿Asistirás?Él se detuvo en seco, mostrando una leve sonrisa en sus labios.—¿Tú quieres que yo asista? —preguntó.Ella se encogió de hombros.—Eso depende de ti. Ahora ya estás en la capital, si no te invito, me parecería una falta de respeto.La sonrisa de él se desvaneció un poco, insinuando algo.—Mañana por la noche habrá mucha gente. ¿No temes que la familia Herrera hable mal de ti si yo también asisto?Celia se rio con los brazos cruzados.—Entre los Herrera, solo Rocío asistirá al evento. Los demás no vendrán. Y ya no es la primera vez que ella habla mal de mí. A mí no me molesta, ¿a ti sí?—Bueno. —Él bajó la mirada hacia ella—. Asistiré.***Al anochecer, Celiana salió de la villa y, poco después, regresó con una caja en las manos, la cual estaba envuelta en una red de malla. Se dirigió al jardín, miró a su alred

More Chapters
Explore and read good novels for free
Free access to a vast number of good novels on GoodNovel app. Download the books you like and read anywhere & anytime.
Read books for free on the app
SCAN CODE TO READ ON APP
DMCA.com Protection Status