Share

Capítulo 75

Author: Violeta
Sin esperar la reacción de Margarita, ella salió de casa y se alejó.

En el pasado, si César le daba sus tarjetas, ella se habría emocionado muchísimo, interpretándolo como la muestra de su amor. Pero ahora ya no era tan ingenua.

Celia quedó con Alfredo en un restaurante musical. Al llegar, él ya esperaba sentado en la mesa.

Al verla, bromeó:

—Celia, tienes muy buen gusto para elegir restaurantes. Es muy romántico.

Ella tomó asiento.

—No puedo permitirme lugares caros, y los muy baratos no son dignos de tu posición, así que escogí uno término medio.

—Gracias por el halago. —sonrió él.

—No es halago. Lo digo con sinceridad.

Pidieron cuatro platos y una botella de vino. Mientras comían y conversaban, ella sentía una ligereza que nunca antes había experimentado.

En sus seis años de matrimonio, casi no había socializado. Había perdido contacto con sus viejos amigos. Solo trabajaba y esperaba a César en casa. Así había perdido su vida personal. Por suerte, si ponía fin a esto, aún estaba a
Patuloy na basahin ang aklat na ito nang libre
I-scan ang code upang i-download ang App
Locked Chapter
Mga Comments (2)
goodnovel comment avatar
Ivonn bon Bon
pero la otra si puede , que le den una cucharada de su propia medicina
goodnovel comment avatar
Margarita Quesquen Vasquez
Que miserable Alfredo no tiene porque responder la llamada es personal
Tignan lahat ng Komento

Pinakabagong kabanata

  • Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró   Capítulo 497

    El banquete de bienvenida no terminó hasta media tarde. Para entonces, casi todos los invitados se habían ido, dejando solo al personal limpiando el área y a las empleadas recogiendo los cubiertos.Tras despedir a Miguel y a César, Enzo regresó a la villa. Fue entonces cuando Ben habló:—Papá, él me resultó familiar…—¿Quién? ¿El señor Mendoza?—Se parece a César Herrera…Enzo se detuvo bruscamente y se volvió a mirar a Ben.—No bromees con eso… César Herrera ya murió, ¿no?—¿Y qué pasa si sigue vivo?Enzo se quedó pensativo y arrugó el entrecejo.—No lo menciones cuando Celia esté presente. En cuanto a su verdadera identidad, haré que lo investiguen en Starema.Marcelo era una figura importante en Valmora. Si alguien se atreviera a suplantar a su hijo adoptivo, con una investigación lo sacarían a la luz.***Celia, ya cambiada, estaba sentada frente al tocador quitándose el maquillaje. Al limpiar el lápiz labial, sus dedos rozaron sus labios y de repente recordó ese beso intenso, casi

  • Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró   Capítulo 496

    Celia, al borde del ahogo y afectada por el ligero mareo del alcohol, se sentía muy débil en el abrazo de César. Él rozó con suavidad su lóbulo con la punta de la nariz, y sus labios ardientes se posaron cerca de su cuello. Pero, ese beso no se posó en ella durante mucho tiempo. Al notar que ella intentaba quitarle la máscara, él tomó su mano y murmuró:—¿Me besaste y ahora quieres quitarme la máscara?Celia arrugó el entrecejo.—César Herrera, deja de fingir.—¿Cómo me llamaste?—Dije César…De pronto, unos pasos resonaron desde la sala, acercándose. Celia retiró la mano rápidamente, se separó de su abrazo y se arregló nerviosamente el vestido.—Señor Mendoza, ¿por qué está aquí? —preguntó Miguel, confundido.La forma en que Miguel se dirigió al hombre enmascarado sorprendió a Celia. —¿Señor Mendoza?Miguel miró a César y luego a la perpleja Celia, pensativo. César se ajustó la manga y le sonrió.—Solo buscaba un lugar para descansar y me encontré con la señorita por casualidad. Pare

  • Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró   Capítulo 495

    Celia apareció tomada del brazo de Ben. Llevaba un vestido largo de terciopelo azul marino, con un diseño de lazo en el escote y una cinta de seda en forma de moño que caía desde su nuca hasta la espalda desnuda. La cintura ceñida y la falda bien ajustada delineaban perfectamente sus curvas. Ni siquiera necesitaba joyas deslumbrantes. Con estar allí, ya irradiaba una belleza elegante y llamativa que hacía imposible apartar la vista de ella. Enzo brindaba con los invitados distinguidos mientras les decía:—Bienvenidos al banquete. Mi hija acaba de llegar a Ficus y aún no está familiarizada con la ciudad. En el futuro, en asuntos profesionales, espero que puedan ofrecerle un poco de ayuda. —Señor Rojas, no se preocupe. Quizás en el futuro todos necesitemos la ayuda de sus hijos, ¿cierto?—Claro, claro —respondió Enzo con gran cordialidad. Ben se volvió hacia Celia.—Mi hermanita es muy hermosa. Tendré que vigilarla muy bien para que ningún joven descarado intente ligar con ella. —¿Jó

  • Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró   Capítulo 494

    De regreso, Enzo se rio a carcajadas dentro del auto.—¡Y temía que te intimidaras! ¡Pero manejaste la situación con gran aplomo! —le dijo a Celia muy contento.Ella se aferró a su brazo.—No dejaré que mi papá y mi hermano queden en vergüenza.Enzo hizo un gesto, despreocupado.—A nosotros no nos importa su actitud. No nos afectará.Su actitud detrás de estas palabras era clara: sin importar si ella cometía un error, la respaldarían sin condiciones. Celia bajó la mirada, sintiendo una calidez en su interior. Sus padres y su hermano la amaban mucho, y sinceramente.—Por cierto, el banquete de bienvenida para ti tendrá que ser fastuoso. Ben, te encargo esta tarea, ¿vale? —propuso Enzo.Ben sonrió y aceptó.—Enseguida contactaré con el hotel para hablar del menú.Luego, volvió su mirada hacia Celia.—Si tienes alguna petición especial, no dudes en decírnosla.Celia apretó ligeramente los labios antes de responder.—No tengo ninguna petición especial. Si papá quiere, organiza el banquete

  • Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró   Capítulo 493

    Águila percibió la insinuación en sus palabras y al instante se disgustó.—¿Qué quieres decir con eso? ¿Estás insinuando que soy mezquina?—Bueno, Celia solo dijo la verdad, ¿no? —Sonrió Enzo con frialdad—. Águila, parece que estás muy acostumbrada a recibir regalos. Debes haber acumulado una fortuna, ¿cierto?La expresión de Águila se ensombreció.—No me involucres.—Si no hubieras insistido en el tema de regalos, tampoco lo habría mencionado. —La voz de Enzo era calmada, pero mostraba una perceptible actitud—. Además, cómo críe a mi hija no es asunto tuyo.Celia se mantenía de pie, observando discretamente los cambios en las expresiones de cada persona. Podía sentir que todos en esta familia llevaban una máscara. Aunque compartían lazos de sangre, la atmósfera le resultaba extrañamente indiferente. Ante los intereses, ¿acaso todos los lazos familiares eran frágiles?A diferencia de ella, Ben dio un sorbo de té, ignorando la tensión como si ya hubiera anticipado la situación. El hombr

  • Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró   Capítulo 492

    Por la noche, Celia cenaba con su familia. Nieve no paraba de servirle comida, reservando todos los manjares para ella.—Cariño, come mucho para que crezcas más rápido.Celia sonrió.—Gracias, mamá.Enzo le dio de comer a Nieve en persona.—Nuestra niña ya ha crecido. No te preocupes.Nieve apartó suavemente la cuchara, algo descontenta.—Puedo comer sola. Mi niña está aquí y no quiero…—Claro, claro. —Enzo siempre cedía ante sus deseos.Celia, al ver a Nieve tan feliz como una niña, se volvió hacia Ben.—Ben, ¿cómo está mamá? ¿Ha habido alguna mejora?—A veces está lúcida, pero pronto vuelve a ese estado. Pero, con la medicación, su situación se mantiene estable —respondió Ben.Al escucharlo, Celia bajó la mirada, pensativa.Después de la cena, la empleada doméstica llevó a Celia a su habitación. Estaba meticulosamente decorada al estilo europeo, que Enzo había preparado personalmente para aliviar la añoranza de Nieve por su hija.Celia guardó el equipaje y salió al balcón. La brisa e

Higit pang Kabanata
Galugarin at basahin ang magagandang nobela
Libreng basahin ang magagandang nobela sa GoodNovel app. I-download ang mga librong gusto mo at basahin kahit saan at anumang oras.
Libreng basahin ang mga aklat sa app
I-scan ang code para mabasa sa App
DMCA.com Protection Status