Share

Capítulo 160

Author: Juan Pérez Rodríguez
En realidad, que un hombre se quitara la camisa y que cualquiera lo viera no tendría nada de especial.

Pero ese hombre era Sebastián Altamirano.

Y para Inés, los hombres bien vestidos, con traje y corbata, siempre habían sido su punto débil.

Peor aún: desde la charla que había tenido con Zoraida días atrás, la manera en que miraba a Sebastián había cambiado por completo. Y justo coincidía que, desde entonces, él parecía haber encontrado un manual secreto para el amor, dedicándose a practicarlo con disciplina.

En esos días, ya fuera en sus gestos o en su manera de hablar, se había vuelto aún más provocador que antes. Tanto que Inés sentía que su razón estaba al borde del colapso.

Como ahora: Sebastián desabrochaba, uno a uno, los botones de su camisa, dejando al descubierto sus pectorales firmes, los abdominales marcados y la línea perfecta de su espalda. A Inés le ardía la cara, sintiendo que en cualquier momento le sangraría la nariz.

Era una mezcla insoportable de dolor y placer.

Seb
Continue to read this book for free
Scan code to download App
Locked Chapter

Latest chapter

  • De Su Amor a Su Venganza   Capítulo 424

    ¿Leonardo Ortega?Cuando la puerta del auto se abrió y apareció aquel hombre de cabello largo, sentado en su silla de ruedas con ese aire sereno y cortés, tanto Inés como Zoraida se quedaron inmóviles por unos segundos.No lo esperaban en absoluto. Después de todo, hacía más de dos semanas que no lo veían.En aquella última ocasión, Zoraida aún estaba peleada con Elías, y él, como hermano mayor, había ido varias veces a buscarla para conversar y calmar las aguas. Pero su relación nunca fue del todo clara, y para evitar malentendidos, Zoraida había sido tajante: le pidió que dejara de aparecer tan seguido.Y él cumplió. Durante más de dos semanas no volvió a dar señales de vida.Por eso, al verlo de repente, el corazón de Zoraida dio un pequeño brinco, aunque enseguida se obligó a sonreír como siempre.—Leonardo, ¿cómo es que llegaste tan tarde hoy? Ya casi nos íbamos con Inés.—Precisamente por eso vine más tarde —respondió él con calma, mientras maniobraba la silla y el chofer le entr

  • De Su Amor a Su Venganza   Capítulo 423

    Jamás imaginó que, por no saberlo, había dejado pasar tanta información importante.La mano de Sebastián apretaba la carpeta con tanta fuerza que el papel casi se hacía polvo entre sus dedos.Elías tampoco podía creerlo. Recordó lo que había dicho en broma hacía unos días y soltó un suspiro incrédulo.—¡No puede ser! Así que la familia Barrera sí escondía algo. Y esa Karla tampoco era ninguna santa. Ahora todo tiene sentido. No era que te quisieran tanto ni que se partieran el lomo por curarte; lo hacían porque sabían que estaban cuidando a una mina de oro.Sebastián era apenas un niño herido, sin idea de lo que pasaba a su alrededor. Por muy agudo que fuera su instinto, jamás habría imaginado que, detrás de la aparente bondad de los Barrera, se escondía una capa de hipocresía bien disimulada.Mateo coincidió.—Durante años parecían humildes, correctos. Karla siempre se mostraba alegre y amable. Si no fuera porque cayó en coma durante cinco años y luego empezó a mostrar su verdadera ca

  • De Su Amor a Su Venganza   Capítulo 422

    Por fin los había encontrado. A los mismos hombres que lo habían secuestrado hacía más de diez años. Y ahora, al fin, podía hacer justicia. Por él, por su madre.Los dedos de Sebastián se pusieron blancos al apretar con fuerza la carpeta. La sangre le rugía en las venas como un río desbordado, hasta que, después de un largo silencio, logró pronunciar con voz ronca.—Muy bien. Organiza al equipo para ir a Toravia. Quiero a esos siete vivos, ni uno menos. ¿Entendido?—¡Entendido! —respondió Mateo sin dudar.Ya esperaba esa orden; sacó su libreta para anotar cada detalle.Pero el gesto hizo que Sebastián frunciera levemente el ceño. Elías, que observaba desde un lado, tampoco entendió nada y terminó dándole un golpecito en el hombro a Mateo.—¿Eres tonto o qué? Sebastián te dijo que enviaras a los hombres a atraparlos. ¡Ve ya a llamar! ¿Qué haces escribiendo? ¡Así solo pierdes tiempo!—No estoy perdiendo el tiempo —respondió Mateo de inmediato—. Es que todavía no termino de informarle tod

  • De Su Amor a Su Venganza   Capítulo 421

    En estos siete años, Don Horacio envió gente una y otra vez para rastrear a esa unidad de mercenarios, y cuando Sebastián regresó por fin a la familia, tampoco detuvo la búsqueda.Pero por más que lo intentaron, era como si aquellos hombres se hubieran desvanecido de la faz de la tierra. Más de veinte años de silencio absoluto, sin una sola pista, hasta el punto de que, aunque Sebastián siempre sospechó algo, jamás pudo actuar con pruebas en la mano.Hasta hoy.Mateo acababa de traerle una noticia que podía cambiarlo todo. La mandíbula de Sebastián se tensó hasta volverse una línea recta. Al segundo siguiente, avanzó hacia Mateo con paso firme.—¿De dónde viene esa información? ¿Estás seguro de que es confiable? ¿No será otra trampa de los Guzmán para distraernos?—Estoy completamente seguro, señor —respondió Mateo con voz baja pero firme, entregándole un expediente—. Nuestros hombres la corroboraron varias veces. Fue una casualidad: unos compañeros fueron de vacaciones a Toravia y, en

  • De Su Amor a Su Venganza   Capítulo 420

    Elías no pudo evitar liberar todo lo que pensaba, palabras que llevaba tiempo queriendo decir. Desde que Sebastián lo había puesto a cargo de los tres Barrera en el hospital, Elías no había podido concentrarse en nada más. Durante la inauguración de la exposición, ni siquiera pudo estar al lado de Zoraida.Y viendo a los padres de Karla tan sumisos, y a Karla misma con esa actitud tan volátil, se le ocurrió una idea.—¿Realmente esta gente fue tan desinteresada al salvarte? —preguntó, pensativo—. No me sorprendería si desde el principio ya sabían quién eras y decidieron actuar con todo ese montaje solo para ganarse tu confianza.Sebastián, al escuchar la reflexión de Elías, frunció ligeramente el ceño. Guardó silencio unos segundos antes de negar con un leve gesto de cabeza.—No creo que sea así. Cuando volví a la casa Altamirano, investigué sobre los Barrera. No tienen antecedentes; siempre han vivido en la pobreza. No lo hicieron porque alguien los hubiera contratado. Cuando me lesio

  • De Su Amor a Su Venganza   Capítulo 419

    Pero si Inés llegaba a compadecerlo, Sebastián no dudaría en aferrarse a esa mínima grieta. Aquella cesión total de bienes, en cierto modo, también era su jugada más desesperada: una jugada sucia, sí, pero cargada de verdad. Si servía para aumentar sus posibilidades de perdón, estaba dispuesto a usarla.Sea como sea, esta vez se había tomado la disculpa con absoluta seriedad. Lo había puesto todo en la mesa: orgullo, fortuna y corazón.Elías lo miraba con una mezcla de respeto y preocupación.—Lo que estás haciendo me deja sin palabras —dijo con sinceridad—. De verdad, con todo esto que estás preparando, creo que Inés sí podrá perdonarte. Pero hay algo que me preocupa.Sebastián levantó la vista.—¿Qué?—Lo de llevar a los Barrera contigo cuando le pidas disculpas —respondió Elías, con gesto tenso—. ¿No crees que es demasiado arriesgado?—Antes, en la exposición, le viste la trampa a Karla y me pediste que la vigilara en el hospital para evitar que te retuviera con sus maniobras. Pero

More Chapters
Explore and read good novels for free
Free access to a vast number of good novels on GoodNovel app. Download the books you like and read anywhere & anytime.
Read books for free on the app
SCAN CODE TO READ ON APP
DMCA.com Protection Status