Share

Capítulo 2

Author: Alyssa J
Estaba perdida en esos pensamientos cuando las palabras salieron de mi boca sin que pudiera evitarlo. Garrett se quedó inmóvil un segundo, y luego una sonrisa burlona le deformó la boca.

—¿Preocupado por ti? Nia, en serio eres cruel. Es el cumpleaños de Lidia y con todos celebrando, ¿a fuerza tenías que escoger este momento para fingir un suicidio y llamar la atención?

El dolor se extendió por mi pecho. Hoy también era mi cumpleaños. Pero todos lo habían olvidado.

—Si es un día tan especial para ella, ¿por qué sigues perdiendo el tiempo con un estorbo como yo?

—Como si tuviera opción —se burló Garrett.

—Lidia estaba preocupada de que estuvieras sola y asustada, así que me mandó a verte. Yo no quería lidiar contigo, pero cuando se enteró de tu intento de suicidio, se desmayó. En cuanto volvió en sí, lo primero que hizo fue suplicarme que te cuidara. Si no fuera por su bondad, ¿crees que merecerías aunque sea un segundo de mi atención?

Al mencionar a Lidia, la dureza en su mirada pareció disolverse, reemplazada por una ternura que yo jamás había presenciado. Debería estar acostumbrada a su favoritismo, pero el corazón me seguía doliendo.

Cuando regresé, a mi hermano no le caía bien. Me aferré a él sin descanso, siguiéndolo a todos lados como perrito perdido. Por más que me rechazaba, yo seguía insistiendo.

Después de tres meses, por fin logré derribar sus barreras. Se aseguraba de que en la cocina prepararan mis platillos favoritos. Cuando me enfermaba, él mismo me traía té, mostrando su dedicación.

Al ver cómo su índice de favorabilidad subía hacia cincuenta, no podía evitar inflar el pecho de orgullo. ¿Ven? Esta misión no era tan difícil como parecía.

Pero no noté el odio que crecía en los ojos de Lidia cada vez que me miraba. Una tarde cualquiera, llegué a casa como siempre. En lugar de la cálida sonrisa de mi hermano, me recibió una reprimenda severa.

La voz de Garrett era hostil cuando me acusó de acosar a Lidia en la escuela. Mi mente se quedó en blanco.

Quise explicarme, decir que no había hecho nada, pero era pésima con las palabras y no encontraba las adecuadas. Mientras Lidia lloraba de forma lastimera, solo pude observar con impotencia cómo su índice de favorabilidad caía una y otra vez, para nunca recuperarse.

Me ardían los ojos y mi voz sonaba ahogada.

—Y si tuviera cáncer... ¿tal vez tú...?

Garrett se rio con aspereza.

—No creas que puedes fingir una enfermedad como Lidia. Tú no eres una Omega como ella, ¿cómo podrías tener cáncer así de la nada? Parece que Lucas tenía razón todo este tiempo: eres una mentirosa.

Lucas, mi prometido y mi segundo objetivo en esta misión. Así que de esa forma me veían. Cerré los ojos, incapaz de mirarlo por más tiempo.

—Tienes razón. Les he estado mintiendo a los dos. Como puedes ver, ya estoy bien. Puedes regresar a celebrar su cumpleaños.

Garrett arrugó la frente, a punto de hablar, cuando una voz tímida llegó desde la puerta.

—Hermano, por favor no le hables así a Nia...

Lidia estaba parada en la entrada, con un elegante vestido de fiesta blanco y los ojos enrojecidos.

—¿Estás enojada porque Garrett y Lucas están celebrando conmigo? Pero por más enojada que estés, no puedes lastimarte para llamar su atención, por favor.

La voz de Garrett se volvió dura.

—¡Mira cómo eres! Lidia sigue pensando en ti, ¿y tú qué haces?

Detrás de ella entró mi prometido Lucas, con la cara oscurecida por la furia. Sin darme oportunidad de defenderme, caminó hacia mí y me dio una fuerte cachetada.

—¡Escúchame!

Lucas me señaló con el dedo, con la mirada de asco.

—Aunque intentaras matarte cien veces, yo me casaré con Lidia. ¿Entiendes?

Se rio secamente, sin humor.

—Si estás tan desesperada por morirte, ¿por qué no lo haces bien? ¿A quién intentas impresionar con este acto de suicidio falso? ¡Deja de hacerte la víctima!

Al escuchar esa frase cruel, me agarré la mejilla mientras mis ojos se encontraban con la mirada victoriosa de Lidia. Ella articuló las palabras en silencio, con una sonrisa triunfal:

“Nia, ¿por qué no te mueres todavía?”

Una risa baja y de autodesprecio escapó de mis labios. En el silencio atónito de la habitación, tomé la daga de plata de la mesa de noche y la dirigí con fuerza hacia mi corazón.
Continue to read this book for free
Scan code to download App

Latest chapter

  • El Precio De Salvar A Mis Verdugos   Capítulo 9

    Tras descubrir la verdad, Garrett se obsesionó frenéticamente con la investigación. Utilizó todos los recursos y contactos que tenía, escarbando en cada suceso desde el momento en que me trajeron de vuelta a la familia Ironwood. Revisó las grabaciones de cada cámara de seguridad de la mansión, contrató investigadores privados para seguir a Lidia e incluso volvió a contactar al doctor que me había hecho los exámenes médicos iniciales.Vio incontables momentos que antes había ignorado. En las cintas de seguridad, observó a Lidia tirarse vino tinto “accidentalmente” en su propio vestido cuando yo pasaba, para luego voltear hacia él llorando y asegurar que yo la había empujado. Vio cómo Lidia cambiaba mis medicamentos por vitaminas a escondidas, para luego fingir ser una amiga preocupada y llevarme de urgencia al hospital cuando mi salud colapsaba. La vio en las reuniones familiares, diciendo cosas deliberadamente para causar malentendidos y hacer creer a todos que yo la maltrataba.Aún

  • El Precio De Salvar A Mis Verdugos   Capítulo 8

    Garrett no supo cómo llegó a casa.Empujó la puerta de la entrada de la residencia, ignorando las preguntas preocupadas del mayordomo, y subió en silencio la gran escalera hacia el segundo piso. Se encerró en su recámara; las cortinas pesadas bloqueaban toda la luz exterior, dejando el espacio en completas penumbras. Apoyó la espalda contra la puerta y su cuerpo se fue deslizando despacio hasta quedar tirado sobre la alfombra.De pronto recordó el día en que me trajeron por primera vez a la Manada Ironwood. Había sido una tarde soleada, pero al recordarla ahora, la luz le parecía hiriente y desagradable.Yo estaba de pie en el centro de la opulenta sala de los Ironwood, que parecía más un palacio. Debido a la desnutrición crónica, me veía terriblemente pequeña y delgada, como una hierba mala luchando por crecer en un rincón oscuro.Llevaba una camisa vieja y descolorida, tan delgada que se podían ver los hilos deshilachándose en las costuras. El estilo era anticuado, fuera de lugar en

  • El Precio De Salvar A Mis Verdugos   Capítulo 7

    Garrett sintió que cayó en un abismo que lo inmovilizó. Las palabras de Damine, le llegaron al corazón como un bisturí, dejándolo petrificado. Igualmente inmóvil en el umbral de la puerta se encontraba Lucas, quien había acudido a toda prisa tras escuchar el alboroto. Había estado inquieto, con la intención de verificar cómo iba la cirugía de Lidia, pero sus pies lo habían guiado inconscientemente en una dirección diferente. Apenas había llegado a la puerta cuando escuchó las palabras de Damine, pronunciadas en voz baja pero con una fatalidad aplastante.—¿Nia murió?Lucas repitió la frase, con la voz seca y como si se forzara a salir de su garganta. Su expresión cambió de la confusión inicial a un horror incrédulo. Al segundo siguiente, irrumpió en la habitación. Agarró a Damine por el cuello de la bata; el médico yacía derrumbado en el suelo, con el espíritu roto, y Lucas casi lo levantó en vilo. La voz de Lucas temblaba de terror y una furia repentina y creciente; cada palabra pa

  • El Precio De Salvar A Mis Verdugos   Capítulo 6

    En el momento en que mi conciencia se hundió en una oscuridad infinita, pensé que era el final. Pero entonces, una calidez se filtró dentro de mí. Mis ojos se abrieron y vi de nuevo a la Diosa de la Luna.—¿Diosa? —susurré, y mi voz resonó en el vasto vacío estrellado—. Mi misión fracasó. No me gané el amor de nadie.La mirada compasiva de la Diosa se posó sobre mí; su voz etérea hizo eco en el espacio, alcanzando lo más profundo de mi ser.—Hija mía, según nuestro acuerdo, con el fracaso de tu misión y la confirmación de tu muerte, tu conciencia debería haberse disipado.Asentí, pues no me sorprendió. Se sentía como el curso natural de los acontecimientos. No había lugar para un fracaso como yo. Mi alma debería haberse desvanecido, regresando a la energía del mundo. Pero entonces, el tono de la Diosa cambió. Había una nota nueva en su voz, algo que casi podría describirse como... preocupación.—Pero, en el momento en que cesaron tus funciones vitales, aquellos cuyos destinos estaban

  • El Precio De Salvar A Mis Verdugos   Capítulo 5

    La mano de Damine, que sostenía la aguja quirúrgica, se sacudía violentamente. A pesar de la temperatura controlada del quirófano, el sudor le escurría por la frente. Parpadeó rápido, intentando enfocar la mirada.—No puedo creerlo —murmuró, más para sí mismo que para los demás—. Esto no puede estar pasando.—¿De qué demonios estás hablando? —rugió, y su voz retumbó en la sala estéril—. ¡Es imposible! Revisé su historial médico, no hay antecedentes de cirugías mayores. ¿Cómo puede faltarle un riñón?El joven asistente se estremeció ante el grito y su cara palideció aún más.—¡Es cierto, Doctor Damine! —insistió con la voz quebrada. Señaló con un dedo tembloroso el monitor cardíaco, que lanzaba alarmas descontroladas—. ¡Mire! Su presión arterial se está desplomando y la saturación de oxígeno cae en picada. ¡Su corazón está a punto de detenerse!El quirófano se sumió en caos. La mente de Damine se quedó en blanco. Un zumbido agudo le llenó los oídos, ahogando el ruido exterior. Parpadeó

  • El Precio De Salvar A Mis Verdugos   Capítulo 4

    —¡Nia!El grito de Garrett, de horror, resonó en la habitación mientras se lanzaba hacia mi cama. Incluso Lucas abrió los ojos de par en par, sorprendido; su mano se movió por instinto para sostener mi cuerpo, que se balanceaba peligrosamente.Desde atrás, Lidia lloró dramáticamente.—¿Por qué te metiste bolsas de sangre en la boca para engañarnos? ¿Es porque no quieres ayudarme?Garrett giró sobre sus talones, con la voz oscura.—¿Qué dijiste?Lidia parpadeó nerviosa y comenzó a explicar entre balbuceos.—Ayer te escuché por teléfono. Nia dijo... dijo que hoy fingiría algunas heridas para que te diera lástima. También dijo que tenía bolsas de sangre escondidas cuando fingió suicidarse, que solo se vería aterrador cuando se rompieran. Al principio no lo creí, pero...Antes de que pudiera terminar, Garrett la interrumpió furioso y me gritó:—¿Crees que esto es divertido? Tienes el corazón podrido, ¿y todavía tienes el descaro de pedir amor? ¡No le llegas ni a los talones a Lidia!La man

More Chapters
Explore and read good novels for free
Free access to a vast number of good novels on GoodNovel app. Download the books you like and read anywhere & anytime.
Read books for free on the app
SCAN CODE TO READ ON APP
DMCA.com Protection Status