Capítulo 4

Mantuve la compostura a la fuerza, aunque por dentro estaba destrozada. Al final, solo una frase escapó de mis labios:

—Entonces nos vemos en el Consejo de Sabios.

Sin decir más, me encargué de que los asuntos urgentes de la manada quedaran en buenas manos y luego concentré toda mi energía en prepararme para el juicio que decidiría mi destino.

Nuestro conflicto se extendió por toda la Comunidad de Hombres Lobo de Norteamérica a través del enlace mental. La situación era mucho más grave de lo que había imaginado.

Me convertí en la Luna traidora, despreciada por todos los hombres lobo, mientras que Ryder logró proyectar la imagen perfecta de un Alfa víctima. Corría el rumor de que había tenido varios abortos para destruir el linaje del Alfa por culpa de un amante errante, e incluso que había malversado los recursos de la manada para financiar mi traición.

Otros decían que había sufrido daño cerebral durante la pelea contra los errantes invasores, y que mi lobo interior había perdido el control, lo que explicaba mis acciones dementes. Una avalancha de energía mental maliciosa me arrollaba. Ni siquiera mis padres, que eran sabios de la manada, pudieron soportar la vergüenza.

—¡Eres una deshonra para esta familia! A Lyra la criamos con tanto cariño y ella solo nos ha dado respeto y gratitud. ¡Tú, nuestra propia hija, no nos has traído más que vergüenza! ¡A partir de hoy, olvídate de que eres mi hija! Lyra merece ser nuestra hija mucho más que tú. Las atrocidades que cometiste mancharon el nombre de la familia. ¡Ojalá nunca hubieras nacido!

Abrumada por las acusaciones, decidí guardar silencio, esperando el veredicto del Consejo de Sabios, que llegaría en tres días. La mañana del juicio, cientos de hombres lobo ya se habían reunido fuera del Salón del Consejo, todos esperando verme, la Luna malvada, ser despojada de mi marca sagrada de Luna y expulsada como una patética loba solitaria.

Apenas había llegado a la entrada del salón cuando Ryder me cerró el paso. Me miró con cariño.

—Todavía no es tarde. Aún puedes retirar la solicitud. Por nuestro hijo, por la estabilidad de la manada… no hagas que esto se salga de control. Te lo juro por la Diosa Luna, de ahora en adelante voy a ser solo para ti.

Los presentes asintieron, y las voces de apoyo a Ryder resonaban a través del enlace mental.

—Qué entregado es el Alfa. La Luna debería darle otra oportunidad.

—La Luna debería perdonar al Alfa por el bebé que espera.

—Solo estaba ayudando a su hermana adoptiva. La familia debe apoyarse.

Lyra estaba a un lado, cargando al cachorro, con un brillo burlón en los ojos que solo yo podía ver. Incluso mis propios padres, los sabios, parecían desear que me exiliaran, asqueados de que hubiera manchado el honor de la familia mientras su preciosa hija adoptiva seguía siendo perfecta.

Pero yo estaba decidida a irme de este lugar sofocante y, al mismo tiempo, limpiar mi nombre. Mi expresión se mantuvo indiferente mientras esperaba que el Gran Sabio declarara el inicio del juicio.

—Se da inicio a esta reunión de emergencia del Consejo de Sabios para revisar la solicitud de disolución del vínculo de pareja entre el Alfa Ryder y la Luna Ember.

—Primero, el Alfa Ryder presentará su caso.

Ryder se puso de pie, su voz sonaba fuerte y dolida.

—Estimados Sabios, mi Luna malinterpretó todo. Todo esto es porque he estado cuidando de un cachorro huérfano. Ella piensa que mi interés por Lyra y su cachorro es inapropiado, pero Lyra es su hermana adoptiva. Cuidar de la familia es el deber de un Alfa. Amo a mi Luna con todo mi ser. No quiero verla sufrir por celos, por eso mismo acepté esta audiencia.

Una ola de aprobación recorrió a los presentes, y el enlace mental se llenó de simpatía por Ryder.

—¡Qué tolerante y bueno es el Alfa! Y cuánta paciencia le tiene a la Luna, con lo irracional que se ha puesto.

El Beta, Marcus, se levantó a testificar.

—Sabios, la Luna se ha comportado de manera muy extraña últimamente. Ha estado en contacto con hombres lobo que no son de la manada. Sospecho que alguna bruja de fuera la hechizó. Por eso tomó esta decisión tan terrible.

Otro testigo pasó al frente.

—La Luna ha estado muy inestable con los asuntos de la manada. Hasta empujó al Alfa y a su pobre hermana. Un comportamiento así demuestra que no es apta para ser Luna.

Testigo tras testigo pasó al frente, cada uno acusándome de varios “crímenes”. Después de escuchar todos los testimonios, el Gran Sabio me miró.

—¿Tiene algo que decir en su defensa? Si no presenta nuevas pruebas, el Consejo la declarará culpable, romperá el vínculo por la fuerza y le revocará su título de Luna.

Se escucharon murmullos entre los presentes. Todos esperaban verme quedar en ridículo. Ryder y Lyra intercambiaron una mirada, con un brillo triunfante en los ojos.

Creían que ya habían ganado. Me levanté lentamente, mi mirada recorrió todo el salón.

—Estimados Sabios, de hecho, sí tengo nuevas pruebas.

A Ryder le cambió la cara.

—Ya basta de estupideces. ¿Qué pruebas vas a tener?

Saqué una caja con calma, hablando con una voz carente de emoción.

—Aquí dentro están mis tres pruebas: dos cristales y un documento. Contienen los recuerdos de cada tormento que he soportado, la verdad sobre a dónde se escapa Ryder todas las noches y la razón por la que estoy hoy aquí.

En el momento en que las palabras salieron de mi boca, a Ryder y a Lyra se les fue el color de la cara.