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Capítulo 2

Author: Luz de Luna
Daniel activó el altavoz y la voz furiosa de Sofía resonó por todo el quirófano.

—Si no vienes a consolarme, me voy a enfadar de verdad.

—Sofi, en cuanto termine la operación, voy a verte. —la tranquilizó Daniel con paciencia.

—Si no estás aquí en cinco minutos, abortaré al bebé. ¡Y te quedarás sin hijo! —Sofía dijo con enojo.

Al oír que Sofía estaba embarazada, sentí un dolor punzante en el pecho.

En mi vida anterior, creí que Daniel y Sofía comenzaron su relación después de que yo fuera a prisión.

Pero ahora me daba cuenta de que ya estaban liados desde hacía tiempo. ¡Incluso esperaban un hijo!

Aún aturdida por la noticia del embarazo, vi a Daniel salir corriendo del quirófano.

—¡Agárralo! —dije rápidamente.

—Daniel, no puedes irte. La operación del paciente no puede esperar.

—¿No oíste lo que dijo Sofi? ¡Va a abortar! ¡Si no voy, será demasiado tarde! —Daniel me fulminó con la mirada enojada.

—¿Y qué pasa con el paciente? —pregunté, frunciendo el ceño.

—Volveré lo antes posible. Unos minutos no importan. —respondió Daniel con indiferencia.

Lo miré con incredulidad. Un trasplante de corazón era una operación de alto riesgo. Cada minuto de retraso ponía al paciente en mayor peligro.

En mi vida anterior, precisamente por esa demora, el paciente había muerto desangrado.

Pensando en esto, me negué rotundamente a dejarlo ir.

Al ver que no lo soltaba, Daniel se enfureció.

—Lucía, ¿estás haciendo esto a propósito para que Sofi aborte?

Iba a negarlo, pero Daniel me empujó con fuerza.

Perdí el equilibrio, caí al suelo y me golpeé la espalda contra la mesa de operaciones. No pude evitar soltar un gemido de dolor.

Daniel ni siquiera me miró. Se dio la vuelta y se marchó a grandes zancadas.

Al ver lo que había pasado, los demás en el quirófano se apresuraron a levantarme.

—Lucía, ¿estás bien? Daniel se está pasando de la raya. Está bien que defienda a Sofía, pero ahora te está lastimando por ella.

—Sí. Hace tiempo que creo que pasa algo entre ellos. ¡Pero no imaginé que ya tuvieran un hijo!

—Ahora no es momento de hablar de eso. Voy a buscar a Daniel para que vuelva. —dije, agitando la mano.

Más importante que la traición de Daniel era la operación del paciente.

Esta vez, no permitiría que la tragedia de la vida anterior se repitiera.

Apenas salí del quirófano, fui rodeada por un grupo de familiares.

—Doctora, ¿cómo está el paciente? ¿La operación ha sido un éxito?

Reconocí de inmediato a la familia del alcalde. Justo cuando iba a hablar, vi a la anciana madre del alcalde arrodillarse frente a mí.

—Doctora, por favor, salve a mi hijo. Se lo suplico.

La esposa del alcalde, embarazada de siete meses, también se arrodilló, llorando.

—Doctora, también se lo suplico. Todos dicen que solo en su hospital pueden operar a mi esposo. Por favor, sálvelo.

Me apresuré a levantar a ambas y les aseguré con solemnidad:

—No se preocupen, haré todo lo posible por salvarlo.

Daniel ya había desaparecido, así que regresé sola al quirófano.

Todos se acercaron de inmediato, mirando detrás de mí.

—Lucía, ¿dónde está Daniel?

—No pude alcanzarlo. —respondí negando con la cabeza.

El anestesista, al oír esto, se alarmó de inmediato.

—El paciente está bajo anestesia general y tiene el pecho abierto. Si no hacemos la operación pronto, cuando se le pase la anestesia, morirá de dolor.

—Daniel es el único en toda la ciudad que puede hacer esta operación. Incluso si buscáramos ayuda externa ahora, sería demasiado tarde.

—Yo haré la operación. Fui compañera de clase de Daniel. Lo que él sabe, yo también lo sé. —dije, tomando aire profundamente.

Todos los presentes se negaron sin pensarlo dos veces.

—Lucía, ahora eres solo asistente. Según las normas del hospital, no puedes operar.

—¿Qué te parece si llamas a Daniel para que venga lo antes posible?

Al ver sus expresiones decididas, me tragué las palabras sobre que Daniel no regresaría.

Frente a ellos, marqué el número de Daniel.
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