Capítulo 2

Sabía que ella quería verme en una situación incómoda.

Pero no era tonta. No iba a hacer lo mismo que ella en la vida anterior, que salió furiosa de la ceremonia.

Eso solo les daría motivos para criticar a los presentes y a la familia Vega.

Recordaba que entonces se decía que Camila no era lo suficientemente madura para ser la nuera de la familia Vega.

Como resultado, después de la boda, la Doña Vega nunca la había tratado bien y la había hecho pasar un infierno dentro de la familia Vega.

Sosteniendo el micrófono, sonreí con confianza hacia la audiencia.

—Hoy, Mateo tiene un negocio muy importante. Así que seré yo quien lo represente en el brindis. Espero que me disculpen.

Al escuchar esto, el murmullo entre los asistentes cesó.

La Doña Vega, sentada en la mesa principal, me miró con apreciación.

La familia Vega era poderosa y valoraba mucho la reputación y la opinión ajena.

Por eso, en esos momentos, como nuera, no debía mostrarme perturbada. Debía actuar como la anfitriona que controlaba la situación.

Camila también notó la mirada de la Doña Vega. Una chispa de irritación brilló en sus ojos.

“Qué asco. ¡Ya verás cómo te hago quedar en ridículo durante la ceremonia!” pensó.

En realidad, pensé que poder escuchar los pensamientos de los demás era una gran ventaja.

Con esa ventaja, todo se volvió mucho más fácil.

Cuando llegó la ceremonia de brindis, me dirigí con calma hacia la Doña Vega, sosteniendo mi vestido con elegancia.

Camila me observaba atentamente, contando en su mente:

“Uno, dos, tres.”

En el momento siguiente, me moví ágilmente para esquivar y tomar la copa.

Camila, sin poder contenerse, cayó al suelo, empapada.

—¿Estás bien?

Marcos corrió a ayudarla, pero en su mente pensó:

“¡Qué tonta!”

Todos los ojos estaban sobre ellos.

La Doña Vega lucía furiosa.

—Qué torpeza. ¿No puedes comportarte como una nuera de la familia Vega?

—Lo siento, mamá. No fue intencional.

Camila se apresuró a disculparse, aunque en su mirada había descontento.

Si yo fuera ella, en esta vida no volvería a hacer tonterías, simplemente viviría en paz.

Pero como ella no quería que yo estuviera bien, tampoco iba a quedarme callada.

Debido a la vergüenza que pasó Camila, la boda terminó rápidamente.

La Doña Vega no le ofreció una sola sonrisa durante toda la ceremonia.

Sin embargo, cuando me miró, sus ojos reflejaban satisfacción.

Me tomó de la mano y dijo: —Clara, esta noche haré que Mateo regrese para acompañarte y compensarte.

Y, como era de esperar, Mateo regresó por la noche.

Al abrir la puerta, se estaba desabrochando la corbata, luciendo cansado.

Rápidamente fui hacia él para ayudarle con la ropa.

—Mateo, debiste estar cansado hoy.

Él solo me lanzó una mirada y no dijo nada.

En mi vida anterior, los sirvientes me habían contado que Mateo no había vuelto a casa en la noche de bodas.

Camila se quedó sola en la habitación nupcial, convirtiéndose en el hazmerreír de todos.

Cuando fue a quejarse con la Doña Vega, terminó recibiendo una reprimenda, acusándola de ser incapaz de ganarse el corazón de un hombre.

Mientras Mateo se duchaba, preparé la cama y le serví té.

Luego, arreglé el sofá, preparándome para dormir allí sola.

Cuando Mateo salió, al ver la escena, una chispa de sorpresa cruzó sus ojos.

Me apresuré a decir: —Tú duerme en la cama, yo duermo en el sofá.

—¿Clara, estás usando trucos para llamar mi atención?

Entreabrió los ojos, observándome. Su bata dejaba entrever su pecho, donde pequeñas gotas de agua aún brillaban.

No se podía negar que tenía un buen físico.

Desvié la mirada con rapidez.

—No. No tenemos sentimientos entre nosotros, así que dormir juntos sería incómodo para ambos.

—Si es posible, me gustaría cooperar contigo.

—¿A qué te refieres?

—Después de todo, solo estamos en un matrimonio de conveniencia. Muchas parejas así llevan vidas separadas y solo actúan en público. Yo me casé contigo para vivir una vida cómoda, y no aspiro al amor.

Al escucharme, una sonrisa apareció en sus labios: —Eres muy inteligente.

—Perfecto, yo también pienso de esa manera. Puedo aceptarlo.

Yo solo era una persona común, sin la habilidad o la confianza para ganarme el corazón de un hombre así.

En la familia Vega, su actitud hacia mí dependía completamente de la Doña Vega.

No quería terminar como Camila en la vida anterior, siendo el blanco de todos.

Eso no me traería ningún beneficio.

Y en la vida anterior, él también fue violento con Camila.

No quería provocarlo ni terminar recibiendo golpes.

Así que elegí convivir pacíficamente con él.

En esta vida, solo quería hacer dinero, abrir mi propia empresa y tener éxito por mis propios medios.