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Capítulo 6

Penulis: Luna Bianchi
Del otro lado de la línea, el responsable del hospital dudó un instante antes de responder en voz baja:

—Espere un momento, iré a comprobar.

Mientras esperaba, su mente había echado a volar, como si viajara en otro mundo.

En su vida pasada, había despertado después de una fuerte explosión que iba dirigida a él. Su madre, con los ojos enrojecidos, le contó que el padre de aquella chica que lo esperaba afuera se había lanzado para apartarlo y, por ello, estaba gravemente en coma. Desde entonces, aquella muchacha se convertiría en su familia, y el debía cuidarla bien.

La recordaba sonriendo, escondiendo en ella más dolor del que dejaba ver, y con sus ojos rojos, de tanto llorar. En ese instante, su impenetrable y frío corazón se ablandó de golpe.

Al principio, todo fue por responsabilidad. Ella tenía miedo de los negocios familiares, y él le enseñó pacientemente, pasó a paso, cómo enfrentarlos. La primera vez que quedó atrapada en un tiroteo, él la cubrió con su propio cuerpo y l
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  • Renací y no quiero un esposo mafioso   Capítulo 8

    Vincenzo regresó a la mansión tambaleándose, como si cada paso le pesara toneladas. La mansión estaba completamente en silencio. Paso a paso, bajó por las escaleras, entró en la bodega, donde ahora solo se respiraba un fuerte olor a sangre y muerte. El lugar donde antes había encerrado a Ailora, ahora se encontraba completamente vacío. Y en el frío suelo, todavía se podía ver las grandes manchas oscuras de sangre, ya secas. Se lanzó al suelo de rodillas, y con sus uñas rascaba frenéticamente aquella sangre, como si así pudiera devolverla a su dueño. —¡Ailora… Ailora, dónde estás… sal… me equivoqué… de verdad que me equivoqué…Su llanto desgarrador resonaba por toda la bodega vacía, gritos y lamentos, como si hubiera perdido toda su cordura. Pero a cambio, lo que obtuvo fue sólo silencio. Hasta que una voz familiar, pero cortante, irrumpe en el silencio. —Deja de buscarla, hace tiempo que Ailora ya no está aquí. Vincenzo se estremeció por completo, y al girar vio a su madre

  • Renací y no quiero un esposo mafioso   Capítulo 7

    —¿Qué…?De pronto, Vincenzo se puso pálido y la ira se apoderó de él, sentía que su pecho se iba apretando cada vez más, hasta sentir que se quedaba sin aliento. Tuvo que aferrarse con fuerza al asiento del avión para no desplomarse ahí mismo. ¡Ahora mismo…! —dijo entre dientes— ¡Traigan al médico que atendió el parto de Ailora! ¡Quiero hablar con él cara a cara! En cuestión de instantes, él médico apareció frente a él en la pantalla. Al verlo, el médico palideció al instante de miedo, y mientras hablaba su voz sonaba temblorosa. —Y-yo… yo realmente no sabía nada… Fue la señora quien insistió en que le suministráramos los medicamentos para retrasar el parto… Yo intenté convencerla, pero ella no me escuchó. Solo decía que si lograba aguantar hasta después de la fecha prevista, sus bebés tendrían alguna posibilidad de sobrevivir… Ni siquiera había terminado de hablar, y la cara de Vincenzo ya reflejaba una tensión extrema; apretaba las manos hasta crujir sus nudillos. —¡Imposi

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    Del otro lado de la línea, el responsable del hospital dudó un instante antes de responder en voz baja:—Espere un momento, iré a comprobar. Mientras esperaba, su mente había echado a volar, como si viajara en otro mundo. En su vida pasada, había despertado después de una fuerte explosión que iba dirigida a él. Su madre, con los ojos enrojecidos, le contó que el padre de aquella chica que lo esperaba afuera se había lanzado para apartarlo y, por ello, estaba gravemente en coma. Desde entonces, aquella muchacha se convertiría en su familia, y el debía cuidarla bien. La recordaba sonriendo, escondiendo en ella más dolor del que dejaba ver, y con sus ojos rojos, de tanto llorar. En ese instante, su impenetrable y frío corazón se ablandó de golpe. Al principio, todo fue por responsabilidad. Ella tenía miedo de los negocios familiares, y él le enseñó pacientemente, pasó a paso, cómo enfrentarlos. La primera vez que quedó atrapada en un tiroteo, él la cubrió con su propio cuerpo y l

  • Renací y no quiero un esposo mafioso   Capítulo 5

    —¡¿Qué tonterías estás diciendo?!Vincenzo se levantó de golpe, y con furia dijo:—¡¿Cómo te atreves a desearle un mal a mi esposa? Pero al otro lado de la llamada, la niñera seguía perturbada, llorando y con miedo. —Padrino, yo no estoy mintiendo… la señora de verdad, de verdad ya no respira… parece que ya han pasado varias horas desde que murió… ¡debajo de ella todo está lleno de sangre, y el niño tiene la carita morada! —¡Cállate!Su grito fue tan fuerte que casi perdió el control. —¡Estás despedida, lárgate ahora mismo! ¡Mandaré a otra persona que cuide de mi esposa! Cuando colgó el teléfono, sus manos estaban en temblores, sin ser capaz de poder contenerlas. En ese momento, Lucia entró con el bebé cargado en sus brazos, y con una voz delicada y quejumbrosa le preguntó:—¿Por qué estás así de violento? Afuera están los invitados esperando para tomarse una foto con nosotros tres… Si te escuchan gritar así de enojado, van a pensar que estás descontento conmigo y con el

  • Renací y no quiero un esposo mafioso   Capítulo 4

    El rostro de Lucia también cambió ligeramente, como si se quedara sin palabras por un momento. Pero, al instante, sus ojos brillaron con astucia y rápidamente dejó salir las lágrimas, y entre sollozos sacó su teléfono: —¡De verdad que la señora dio a luz ayer! El niño ha estado todo este tiempo en la sala de recién nacidos… Yo sabía que ella intentaría acusarme y ponerme en aprietos, así que personalmente le pedí al médico que grabara un vídeo del bebé. Luego le tendió el teléfono, en la pantalla se veía un bebé que evidentemente tenía ya un mes, con un vídeo de tan mala calidad y tan falso que no era imposible no notarlo. Pero Vincenzo solo lo miró rápidamente la pantalla… y le creyó. —¡Te atreves a engañarme! —gritó furioso. ¡Para ablandarme el corazón, haz sido capaz de usar una barriga y sangre falsa! ¿¡Qué tan repugnante y miserable puedes ser!? ¿Aún crees que esta vez también me vas a engañar? ¡Sigue soñando!Levantó la pierna y me dio una patada brutal en la barriga. Mi

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    Volví a despertarme, en el suelo, esta vez por el brusco y frío chorro de agua que me arrojaron. Frente a mi, estaba Vincenzo con una cara que reflejaba el más puro desprecio hacia mí. —Ya estás despierta, no sigas haciéndote la víctima. —dijo mirándome desde lo alto. —Sabes perfectamente que mañana voy a anunciar al heredero y lo de Lucia, pero aún así insistes en irte a otra ciudad. ¿Acaso quieres que todos piensen que Lucia te intimida? —Señora, sé que usted me odia. Puedes vengarte de mí. Pero, ¿por qué dejas que la señora Giulia me arrebate a mi hijo? Esa asistente, antes de que la arrastraran de aquí, seguía gritando y diciendo que la señora Giulia iba a regresar para gestionar los papeles, entregarte a mi hijo, que yo no merecía ser la madre del heredero… —dijo Lucia. Cuando iba a responde, abrí mi boca pero mi garganta no dejó escapar ninguna palabra. Desesperada solo podía mover la cabeza de un lado a otro, y con una voz temblorosa, supliqué:—Yo… no… llévenme al al ho

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