—Erika, por favor, no digas eso. Vale ha estado muy ocupada con la empresa.Regina intervino, fingiendo amabilidad para calmar la situación.Valeria observó a su tía. Sabía que, antes de que llegara, Regina ya se había encargado de meterle un sinfín de ideas en la cabeza, no solo a ella, sino a todos los demás parientes y amigos presentes.Su tía, en particular, no era muy lista. Su madrastra la había utilizado como su marioneta en innumerables ocasiones a lo largo de los años.Pero parecía que nunca aprendía la lección.Se acercó con una sonrisa.—Hola, tía.Erika resopló con desprecio. Sin perder la compostura, Valeria se sentó cerca de ella.—Como que no descansaste bien anoche. Pero bueno, con lo que concierne, ya con mi madre muerta y tres metros bajo tierra. ¿O ya se te olvidó?Al escuchar esas palabras tan hostiles, la tía arrugó la frente.—Pero, ¿qué maneras son esas de hablar? Tu mamá… —dijo, mirando de reojo a Regina antes de continuar—. Bueno, tu tía Regina, ¿no ha sido bue
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