La lujosa boda de Vanessa y Mauricio estaba llena de invitados.Abajo, sus padres se limpiaban las lágrimas, sollozando por lo bajo: —Ay, Vanessa, nuestra niña, por fin se casó.Mi alma flotaba en el aire, y no pude evitar pensar con un profundo dolor que antes a mí también me habían querido así.—¡Qué bien se ven! —gritó alguien a todo pulmón, en ese momento—. Mauricio y Vanessa, ¡son el uno para el otro!—Sí, nada que ver con la Jimena esa, que se hizo pasar por la señorita González tantos años y al final resultó una impostora que daba pena ajena. Hasta muerta trae mala suerte.Vanessa pareció escuchar mi nombre también, por lo que se detuvo un momento y sonrió con desprecio.Pensé, burlándome de mí misma, que sí, yo había sido quien le había quitado su vida de niña rica por más de veinte años, tenía razón en burlarse.Pero, al segundo, Vanessa miró hacia la cámara que transmitía en vivo la ceremonia y dijo: —Hablando de eso, todavía tengo que agradecerle a Jimena. Ella no
Baca selengkapnya