Alejandro preguntó:—¿Y qué más?—En este mundo todavía hay muchas personas buenas. Muchos pueden cumplir con el primer requisito, pero no todos pueden ser dignos de Sofía.Carmen respondió:—Alejandro, no te voy a mentir, Sofía es la persona más excepcional que he conocido, no hay nadie como ella. Tal vez por ser su mejor amiga, mi opinión no es del todo objetiva, pero ella es increíble. Su habilidad profesional, su capacidad para aprender... muy pocos se le comparan. A veces desearía que Sofía se quedara sola, porque no hay muchos hombres que estén a su altura. Si tuviera que pensar en algo, el hombre que esté con ella debe ser guapo, tener buen cuerpo y, por supuesto, tener mucho dinero. Ese hombre debería ser más rico que yo, porque si no es tan rico como yo, lo voy a menospreciar.Carmen miró a Alejandro.—Alejandro, tú también sabes que Sofía pasó por un matrimonio muy desafortunado. A veces, las experiencias difíciles le enseñan a uno, y después de su divorcio, ella solo busca l
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