Poder enfrentarlo es algo increíble, porque no cualquiera es capaz. Por eso, es muy difícil hacer que una persona fuerte se rompa.Sofía tuvo que admitir que, por el momento, no confiaba del todo en Alejandro.Por lo menos, no podía bajar la guardia con él.Porque tampoco sabía qué esperar.—Perdón, señor Montoya, en serio no es nada, no quiero hablar de eso.Sofía se resistió a que él intentara descifrarla, mostrándose seria y distante. Esa barrera, que parecía a punto de caer, de la nada se volvió impenetrable.Ella se volteó y se fue.Sabía que Alejandro debía estar mirándola.Pero si no quería hablar sobre algo, no lo haría; nadie podía obligarla.Al llegar a casa, Sofía intentó llamar a Carmen, pero ella no contestó.Probablemente estaba ocupada, así que no insistió.***Gabriel esperó dos horas, pero Sofía no salió. Ya era tarde y el bar estaba muy animado. Aunque a él le encantaba el bullicio, no estaba de humor para disfrutarlo.Decidió ir a un lugar más tranquilo para jugar bi
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