—Ella jamás diría algo así.Intervino Marcus, y su voz, tajante, silenció la afirmación desesperada de Ethan. Pasó a Leo a un solo brazo con destreza y me rodeó la cintura con el otro, atrayéndome hacia él. Su tacto era posesivo y protector, dejando claro a todos a quién pertenecía.Mirando a Ethan con dureza, la voz de Marcus sonó con una certeza absoluta. Su declaración me provocó un escalofrío. Incluso después de tanto tiempo juntos, Marcus todavía tenía ese efecto en mí: me hacía sentir adorada, deseada, suya.—La única persona que amará en esta vida soy yo.Tras decir eso, se inclinó para besarme, con intenciones claras. Pero se detuvo, y su cuerpo se tensó. Me tomó de la mano izquierda, y sus ojos se enrojecieron, encendidos por una furia que rara vez le había visto.—¿Dónde está tu anillo?Fue hasta ese momento que recordé que aún no me lo habían devuelto. Con todo el caos y la confrontación, lo había olvidado. Levanté la mirada y vi a Bella retrocediendo sigilosamente a lo lejo
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