Después de aquel día, Victor no volvió a casa. Aquello no era ninguna novedad, sino todo lo contrario. Era su vieja táctica de castigarme con su silencio. Me dejaba ahogarme en mis propias dudas, en la incertidumbre, hasta que, por fin, aparecía con unas cuantas palabras dulces, y todo volvía a comenzar. Antes, yo cedía, porque aún lo amaba. Pero, esta vez… no iba a funcionar. Sin darle más vueltas, comencé a empacar mis pocas pertenencias. En la villa, todo le pertenecía a él: los muebles, los cuadros… todo; hasta el aire que se respiraba parecía suyo. Lo único que era mío eran unas cuantas mudas de ropa. Sí, mi vida entera había girado en torno a Victor Blackwood.Al día siguiente, regresé a la sede principal de la familia, para entregar mis cargos. Quería irme de una vez por todas, dejando todo atrás: poder, dinero, rango… pero, sobre todo, a él. Mi amiga más cercana, Lynn Monroe, estaba encargada del proceso, por lo que, cuando vio mi solicitud de renuncia, primero se qued
Read more