All Chapters of Cenizas De Un Amor Falso: Chapter 11 - Chapter 20

Después de que Lucía fue recogida por Lluvia, esa misma noche trasladaron todas sus pertenencias de la casa de los Lago a casa de los Ramos.—Lucía, si hubiera sabido que Julián era así, nunca debiste haberlo salvado. ¡Habría sido mejor dejar que lo atropellaran!Mientras hablaba, Lluvia la ayudaba a desempacar.Vio que Lucía seguía mirando fijamente la pantalla del celular, sin moverse.Se acercó a mirar.Lucía estaba viendo una publicación de la madre de Julián."¡Nació el primer nieto de los Lago! ¿Quién dijo que no tendríamos descendencia? ¡Luna es una verdadera bendición para esta familia!"La publicación venía con una foto del recién nacido.No habían pasado ni quince minutos, y los comentarios ya se acumulaban."¡Felicidades! ¡Ya tienen heredero!""Julián no falla. Primer intento y ya es un niño.""¿Así que Luna dio a luz? ¡Y un gordito tan lindo! Valió la pena el sobre que le di el año pasado."Todos eran familiares o amigos de los Lago.Por lo que decían, todos sabían de la ex

—¿¡Julián, ya basta, no crees!? Lo que más importa ahora es el bebé y Luna. ¿Qué te importa esa tal Lucía? Ella no tiene a nadie en esta ciudad, ¿de verdad crees que se va a divorciar de ti?—¡Buaaaa!El bebé rompió a llorar de repente.Y Luna también empezó a llorar.—Lo siento, Julián. No sabía que las cosas se iban a salir de control así. Si Lucía no puede aceptar esto, entonces me iré... me iré con el bebé y desapareceré para siempre.Yo no soy tan miserable como para convertirme en un obstáculo en tu relación con ella.Dicho eso, Luna abrazó al niño y dio la vuelta para marcharse.Ni siquiera la madre de Julián pudo detenerla.—¡Julián, es tu hijo! ¿Qué es más importante para ti, el bebé o Lucía? Esa chica seguro salió a despejarse. Ya volverá, te lo aseguro.—¿Señor? ¿Están buscando a la señora?Una de las empleadas entró, hablando con cautela:—El día que la señorita Luna dio a luz, la señora también se desmayó. Yo la llevé al hospital. No ha vuelto en tres días. Pensamos que us

Al amanecer, Julián se dirigió directamente al jardín de rosas.Pero cuando llegó, lo que antes era un campo de mil hectáreas de flores...Ahora no era más que cenizas.Justo en ese momento, el jardinero llegaba para hacer labores de limpieza.Al ver a Julián, se acercó de inmediato.—Señor Lago, ¿cómo es que llegó tan temprano?—¿Qué pasó aquí? ¿Dónde están las rosas? ¿Dónde están todas las flores?Julián, furioso, agarró al jardinero por el cuello de la camisa.—¡Solo estuve unos meses sin venir! ¿¡Así es como cuidan este lugar!? ¿¡Quién fue el idiota que las quemó!? ¡¿Sabes cuánta dedicación puse en esas rosas?! ¡¿Sabes que eran las favoritas de Lucía?!—¡Señor Lago, cálmese! Esas rosas... fue la señorita Lucía quien me pidió que las cortara, y también fue ella quien les prendió fuego. Nosotros no hicimos nada, se lo juro.Las pupilas de Julián temblaron.Una tenue capa rojiza cubrió sus ojos.Tardó un buen rato en poder hablar, y cuando lo hizo, la voz le temblaba:—¿Lucía quemó la

Después de que Lluvia se fue, todos los presentes miraban a Julián con asombro e incredulidad.—¿Será verdad? ¿Él sí la engañó?—Parece que el escándalo del año pasado era cierto. Julián se metió con otra mujer, y por su culpa, Lucía perdió a su bebé. No pudo con eso, y por eso se divorció.—¡Bien merecido! ¡Uf! ¡Los ricos nunca son buena gente!Uno por uno, todos lo miraron con desprecio y se alejaron.Solo quedó Julián, de rodillas en el suelo, completamente destrozado.No se movió durante mucho tiempo.No sabía cuánto había pasado, pero de pronto se levantó con desesperación.Quería ir tras Lluvia, preguntarle dónde estaba Lucía.Justo entonces, sonó su teléfono.—¿Hola?—Señor Lago, su voz suena muy mal. ¿Está bien?Julián respiró hondo, tratando de controlarse.—Estoy bien. ¿Qué pasa?—Señor, hay un problema en la empresa. Necesitamos que venga cuanto antes. ¿Tiene tiempo?—¿No pueden resolverlo ustedes? Solo llevo unos días sin ir. ¡Déjenme en paz!—No es algo menor, señor. Vario

Luna sabía que ya no podía seguir ocultando la verdad. Total, estaban en el hospital, nadie podría hacerle nada.—No, ese niño no es de Julián. ¡Es de otro hombre!—¿Qué dijiste? ¡Ese niño no es de nuestra familia!La señora Santos gritó y, furiosa, le dio una bofetada a Luna.—¡Maldita! ¿De quién es ese hijo que llevas en el vientre?Luna sintió un ardor en la mejilla. Se cubrió el rostro hinchado y alzó la mirada hacia Julián.—Julián, ¡sí estuve contigo! Solo que justo quedé embarazada dos meses antes. Y tú me confundiste con Lucía, me llevaste a ese privado. Yo simplemente seguí el juego. No pensé que descubrirían todo tan rápido. Pero ya no importa. Me voy con mi hijo, me desapareceré de sus vidas.Intentó marcharse, pero Julián se paró frente a ella con el rostro sombrío, bloqueándole el camino.—¿Después de arruinar mi matrimonio con Lucy, de hacer que perdiera a nuestro hijo, todavía quieres irte así como así?—¿Qué dijiste? —La señora Santos quedó pasmada—. ¿Te divorciaste de