Tori Tori No Mi Model Thunderbird

Mi esposo, el jefe de la mafia, pierde a su primer amor por suicidio. Celeste Reyes no podía aceptar que se casara conmigo. Desde entonces, Darius Sterling la llora públicamente todos los días, y nos convertimos en esa clase de pareja que se desprecia más que a nadie. Sin embargo, cuando la familia Moretti de Eastbourne envía asesinos tras de mí, Darius recibe la bala que estaba destinada a mí. La bala estaba envenenada. Mientras yace débilmente en mis brazos, susurra: —Te he salvado la vida. Mi deuda con tu madre está saldada. En nuestra próxima vida, no volvamos a encontrarnos. Ya no quiero odiarte. Solo espero que siempre seas la chica de al lado. Ahora es mi momento de estar con Celeste. Y así como así, muere en mis brazos. Lloro con todas mis fuerzas, pero Darius no vuelve a mirarme. Solo entonces me doy cuenta de lo tonto e infantil que ha sido nuestro odio durante todos estos años. Más tarde, después de eliminar a los Moretti, me quito la vida por él. Sin embargo, cuando vuelvo a abrir los ojos, tengo 20 años, el año de nuestro compromiso. Rechazo el plan de mi padre de un matrimonio concertado y decido ir a New Verden a gestionar el negocio familiar. Esta vez, me mantendré lejos de Darius y le daré a él y a Celeste mis bendiciones.

Mi prometido me pidió matrimonio en un puestito callejero, pero a ella le juró amor eterno en un yate de lujo. A 48 horas de la boda, lo dejé.

En la manada hay una regla de oro: el heredero Alfa nunca debe tener a una humana como compañera. Pero César Oliveira, el Alfa, rompió ese juramento y me marcó. Para estar conmigo, desafió al Consejo de Ancianos sin pensarlo, recibió noventa y nueve latigazos y fue condenado a arrodillarse frente al altar durante tres días y tres noches. Aunque su camisa estaba hecha trapo por la sangre, me sostuvo la mirada y me regaló una sonrisa. —Alicia, no tengas miedo, solo te quiero a ti. Al final, el consejo cedió y aceptó que nos fuéramos, pero a cambio, César debía dejar un heredero de linaje puro para la manada. Desde ese momento, la palabra que más escuché de su boca fue: "Espera." La primera vez, me pidió que esperara porque necesitaba que otra loba quedara embarazada. Así fue. Se acostó con Gloria... hasta que ella esperó su primer cachorro. La segunda vez, me pidió que esperara una vez más, porque esa vez fue una cachorra, y el consejo se empecinaba en que tenía que ser un cachorro. Así que volvió a acostarse con Gloria innumerables veces, hasta que ella quedó embarazada de un cachorro. Justo cuando pensé que, por fin, la espera había llegado a su fin, esa cachorra, recién bautizada, ingirió acónito por accidente. Todos asumieron que yo había sido la culpable. Cuando me metieron en esa cámara de congelación, a veinte grados bajo cero, César estaba en la puerta, con los ojos inyectados en sangre. —Te dije que esperaras... —me lanzó una mirada fría, tan helada que me quitaba el aliento—. Sabes lo que significa el veneno de lobo para nosotros, ¿por qué le hiciste daño a mi cachorra? ¡Qué locura! Sentí un tirón en el pecho, como si me hubieran arrancado el alma. Mis uñas se hundieron en la palma de mi mano, y no sentí dolor. Cuando la puerta de la cámara se abrió de nuevo, abrí mi mano, que estaba bañada en sangre. Esta vez, no esperaría ni un minuto más.

Cinco años de relación bastaron para que Mariana Beltrán le entregara el alma entera a Emilio Navarro. Pero en la noche de bodas descubrió que él ya se había casado en secreto con su hermana adoptiva, y que el acta matrimonial en su mano no era más que una mentira cuidadosamente tejida para engañarla. En ese instante, el corazón de Mariana se apagó por completo. Después del choque provocado, el fin de su carrera como bailarina y el plan de embarazo prestado… al final, ella regresó a casa para aceptar un matrimonio arreglado por su familia. Cuando volvieron a encontrarse, Emilio alcanzó a ver cómo Sebastián Cruz, el heredero más intocable de la capital, la tomaba con delicadeza entre los brazos, protegiéndola como si fuera algo irremplazable. Emilio se quedó con los ojos rojos, se arrodilló casi enloquecido y suplicó: —Mariana… fue mi culpa. Te lo ruego, vuelve conmigo. Pero Sebastián se interpuso con el rostro helado: —Lárgate. No manches la vista de mi esposa.

Callan me besó a fondo, avivando las llamas entre nosotros antes de mordisquearme el labio.Deseosa de más, abrí la boca como una dulce invitación. Pasó su lengua por la mía y profundizó el beso. Me aferré a los lados de su camisa, balanceándome contra él.Las manos de Callan bajaron hasta agarrarme las nalgas y tirar de mí contra él. Sentía su dureza contra mi muslo.—Callan... Susurré mientras sus labios recorrían mi cuello.—¿Mhm? —Callan murmuró contra mi piel.—Hazme el amor.*Tras una ruptura que supuso la pérdida de su negocio, Isla tiene una política de no tener citas con sus compañeros de trabajo. Es una mujer con algo que demostrar, y ningún hombre se lo va a quitar esta vez.Excepto, quizá, el director general Callan. Después de una noche de vapor, Callan está decidido a derribar los muros de hielo de Isa.¿Podrá Isa dejar atrás el pasado y arriesgarlo todo por Callan?"No sólo otra chica nueva" es una creación de Scarlett Rossi, autora de eGlobal Creative Publishing.

WARNING: THIS BOOK MAY CONTAIN STEAMY AND MATURE SCENES WHICH IS STRICTLY NOT FOR KIDS OR UNDER 18+ Life in the Ember Pack seemed ordinary—until Annatoria, the Luna, was accused of infidelity by her husband, the Alpha. Infidelity was the last thing Anna would ever consider, even in a failing marriage. Yet there she stood, publicly shamed and branded a whore. A cruel setup led to her rejection and banishment, leaving her broken and alone. For three long years, Anna struggled to survive, enduring hardship after hardship. But with the help of Alpha Asher—a close friend who secretly harbored feelings for her—she rose from the ashes. Now, as a powerful Alpha in her own right, she’s the talk of the shifter world. On the day she returns to the Ember Pack to reclaim her son, fate strikes once again. As she nears the pack gates, a deep, familiar growl sends shivers down her spine. “You’re my mate.” Her wolf stirred. “What is that scent?” A mate? How did the “banished” Annatoria gain the power to walk into the pack unchallenged? And who is the wolf claiming her as his?

Mila is a fierce, resilient woman who doesn’t back down from challenges. She fell deeply in love with Alex, only to have her world shattered when he betrayed her with his mistress, Lily. Alex, obsessed with having a son, had divorced Mila after learning she supposedly couldn’t conceive. When Lily became pregnant, she secured her place by Alex’s side, leaving Mila devastated. Yet Mila, with her signature sass, decided to rebuild her life, throwing herself into her career with newfound strength. Just as Mila’s life starts to stabilize, she discovers something shocking: she’s one month pregnant. Reluctant to believe it, she re-tests, only to confirm the news. Soon, Mila learns the original claim of infertility was all part of Lily’s scheme to steal Alex and secure his wealth. Fueled by the betrayal, Mila sets out to reveal Lily’s deceit. But Lily is always one step ahead, twisting each of Mila’s moves to her advantage. Now, Mila faces her greatest challenge: outsmarting Lily and taking back control of her life, her dignity, and her future. Will Mila expose the truth before Lily’s schemes destroy everything?

My husband—the mafia boss—loses his first love to suicide. Celeste Reyes couldn't accept that he was marrying me. Since then, Darius Sterling mourns her publicly every day, and we become the kind of couple that despises each other more than anyone else. However, when the Moretti family of Eastbourne sends assassins after me, Darius takes the bullet meant for me. The bullet is poisoned. As he lies weakly in my arms, he whispers, "I saved your life. My debt to your mother is repaid. In our next life, let's not meet again. "I don't want to hate you anymore. I just hope you'll always be the girl next door. Now, it's time for me to be with Celeste." And just like that, he dies in my arms. I cry my heart out, but Darius never looks at me again. Only then do I realize how foolish and childish our hatred has been all these years. Later, after I eliminate the Morettis, I take my own life for him. Yet, when I open my eyes again, I'm back at 20—the year of our engagement. I reject my father's plan for an arranged marriage and choose to go to New Verden to manage the family business. This time, I'll stay far away from Darius and give him and Celeste my blessings.

WARNING: MATURE CONTENT Isabella Monte is distraught when her family loses everything. Determined not to lose her parents, she swore on her father's hospital bed to get back all they had lost, however her father told her that it was futile as their suffering was caused by Angelo Flores, the wealthiest bachelor in Panama. Angelo would stop at nothing to completely get rid of the Monte's as he blames them for the death of his parents and sister. While at the hospital with her father, Isabella is visited by none other than Angelo and a deal is placed before her. "Marry me and I will let your family go." Against her father's will, Isabella agrees to Angelo's demands. Her hatred for him is stronger than ever as she vows to make him pay for her family's suffering. But, what happens when Isabella finds herself falling for the enemy?

My son accidentally ate peanuts and suffered a severe allergic reaction. I threw away all the anti-allergy medication in the house and even hung up when he called 911 for help. I watched helplessly as his airway swelled shut and he suffocated to death. In my previous life, when my son struggled to breathe, I immediately drove him to the hospital. After an intense rescue effort, he survived, and I finally breathed a sigh of relief. However, my mother-in-law stormed in, furious, accusing me of being a monster and blaming me for nearly killing him. I hurried to explain that he was fine. Yet, when I presented the doctor's report and discharge paperwork, I was horrified to discover that they had turned into a death certificate. My son, who had been resting safely in the ICU, was gone. He had somehow appeared in the morgue. Refusing to accept it, I checked the surveillance footage. However, the footage clearly showed that my son never left the operating room. Instead, it was just me, talking to myself the entire time. I had no idea what was happening. No one believed me. They locked me in a psychiatric hospital. In the end, as my condition worsened, a swarm of frenzied patients attacked me and tore me apart alive.