Traição

Instead of my family’s private jet to the warrior camp, I chose a packed train—all for my mate, Alpha Kael. He claimed he wanted a romantic journey and a taste of a normal life. Just for one day. But when the train stopped, I severed our mate bond. He gasped, clutching his chest, his eyes wide with disbelief. “Elena… you’re doing this just because I gave Seraphina our private cabin?” “Yes.” He gave a bitter laugh, looking at me like I was a spoiled princess. “Baby, don’t be ridiculous. You know it's dangerous for an Omega to be alone. Especially when she's surrounded by so many predatory males.” “Name your price. My kills at camp? I’ll tell everyone I’m yours. Or… should I just mark you again?” Before I could answer, the Omega he was “protecting” whimpered his name. "I feel their eyes on me," Seraphina whimpered. "I'm scared." Instantly, he wrapped his arms around her, a human shield. He stalked possessively off the train with her in his arms. He never even gave me a second glance. Kael had no idea who he was protecting. The Omega he pitied was no victim. Seraphina belonged to a trafficking ring that preyed on lone she-wolves. It wasn’t until he found me kidnapped and broken that he collapsed, begging for a forgiveness that was long gone. But I had already sent a mind-link to the only man who could destroy him. My father. The Lycan Chairman. The one man with the power to make or break any Alpha. “Cut off Kael's resources. All of them. Now.”

A woman was chased by people who want to kill her. She was accused by many crimes. Now, her name is as dirty as her silky night dress as she run for her life. Hoping to escape and hide, she met another woman and a man who helped her. But as it turns out, one of them – or maybe both – or maybe all of them are traitors.

En mi vida pasada, obligué a Diego Ramírez —hijo de una familia en quiebra— a casarse conmigo usando como excusa el hijo que llevaba en mi vientre. El día de la boda, su amor verdadero dejó una carta de despedida antes de lanzarse al mar: “Al final, el verdadero amor nunca puede vencer al poder. Me rindo.” Cuando Diego recibió la noticia, no mostró la menor reacción; incluso sonrió mientras terminaba la ceremonia conmigo. Pero medio año después, el día del aniversario luctuoso de esa mujer, nos llevó a mí y a mi hijo de tres años a bucear. Me arrancó la manguera de oxígeno a mí y a mi hijo bajo el agua, y los dos fuimos ahogados vivos. Tras mi muerte, vi cómo colocaba mi cadáver frente a la tumba de su amada, pidiéndole perdón. “Carmen, ya vengué tu dolor. Si allá, donde descansas, lo supieras, ¿te daría alegría?” Al abrir los ojos de nuevo, regresé a aquella noche en que usé a mi hijo para obligarlo a casarse conmigo.

El día del control prenatal, mi esposo Emilio estaba ocupado en el trabajo, pero su amiga de la infancia, con quien llevaba años de coqueteo, Laura se ofreció a llevarme en auto. En el camino, de pronto giró el volante y el vehículo se estrelló de lleno contra la parte baja de un camión de carga; la carrocería quedó aplastada al instante. No llamé a mi esposo, que era médico de urgencias, sino que marqué al servicio de emergencias y esperé el rescate, solo porque, en mi vida anterior, lo primero que hice fue llamarlo para que me llevara al hospital. Al final, el bebé se salvó, pero Laura murió en el acto por la gran pérdida de sangre. Él decía que no me culpaba, que me recuperara tranquila, incluso me consiguió una habitación individual en el hospital. Pero el día del alta, me llevó a la tumba de Laura, allí, me clavó un cuchillo en el vientre; el bebé murió y yo quedé al borde de la muerte. Sus ojos estaban llenos de un odio encendido, y, ante mis súplicas, solo dijo con frialdad: —¡Si no hubieras girado el volante a propósito, Laura no habría muerto! ¡No creas que por fingir inocencia voy a creerte! Ojo por ojo: ¡quiero que la acompañes en la tumba! ¡El dolor que ella sufrió antes de morir, tú lo vivirás diez veces... cien veces más! Giró el cuchillo con fuerza, una y otra vez, atravesando mi cuerpo. La sangre salpicó sobre la lápida, tiñendo de rojo el nombre de Laura. Cuando abrí los ojos, estaba de vuelta en el lugar del accidente.

Don Arturo a.k.a. 'Godfather', the infamous mercenary of all times. Contracted by bosses to eliminate their opponents like chess pieces all over the world. Not until he decided to retire and left a legacy behind to bloom someday when the rightful heir comes to replace him in his throne. However due to corrupted politics, unfairly judgments in the court of law, forgery, and unstoppable horrifying crimes which happened in the society as years passed by, he formed a league in a restricted island and trained children he picked in streets in exchange of becoming a living, killing machine. He taught these children to fight and plan to execute bad people someday.

Hezekiah, a strong and independent woman find her life, completely upside down when she works as an assistant for Darius Hedalgo, a mysterious and ethically ambiguous man. Despite having a stable job and loyal boyfriend, Sandro, a one night stand encounter with Darius pulls her into a world of secrets and Hidden motives. She gives in to temptation and indulges in the moment, only to find herself pregnant. As the truths unfold, Hezekiah must choose between loyalty and her own desires, taking on a journey of love, revenge and self-discovery. Temptation. Secrets. Sacrifice. Will Hezekiah risk everything to find herself? Or will the truth destroy her first? Get ready for a heart-pounding story of love, betrayal, and the seductive power of the unknown.

Jessica’s fairytale love story comes to a tragic end when her husband and first love cheats on her with his ex-girlfriend. Jessica is forced to leave the marriage which has become a cold and loveless one. She leaves and has a surprise pregnancy 1 month later which she decides to keep secret. Fate gives her a second chance at love when she saves the life of a billionaire and ends up falling for his charm and sophistication. It wasn’t without obstacles however. Her ex-husband returns when he learns he has a child with her. Out of jealousy, he kidnaps the child and peddles lies against Jessica to the billionaire. In a twist of events, Jessica gets to know that her ex-husband’s lover, Gwen, is connected to the  organization that tried to kill the billionaire. Jessica has two options: to give up on another chance of finding true love or fight for love against the opposition. 

El mismo día que me tocó dar a luz, la alumna de mi esposo —embarazada y con el orgullo atravesado— decidió largarse sola a escalar la Cordillera de los Andes. Mientras él se la pasaba buscándola sin dormir, como un desesperado, yo estaba en el hospital, desangrándome en un parto complicado que me mandó directo a terapia intensiva. Cuando por fin abrí los ojos, lo primero que vi fue al médico entregándole a mi esposo el parte donde decía que mi vida estaba en riesgo... y él, en vez de acercarse a darme un poco de consuelo, me aventó en la cara los papeles del divorcio. —Camila es mi mejor estudiante —me soltó, serio—. No me voy a quedar de brazos cruzados viendo cómo hace semejante locura. Tú vas a ser mamá, te toca aguantar. En esa vida no firmé. Apenas salí de la sala de partos, me fui directo a la universidad a denunciarlo por la relación que tenía con su alumna. A ella la terminaron sacando del posgrado, y la presión fue tan fuerte que un día se cortó la garganta delante de mí. Cuando él llegó, ya no había nada que hacer: dos vidas se habían ido de golpe. Él no dijo una sola palabra, organizó el entierro y después me trató como si nada hubiera pasado. Yo, ingenua, pensé que por fin la vida iba a darme un respiro. Pero el día que nuestra hija cumplió un año, él le pisó al acelerador y el carro en el que íbamos se fue directo al precipicio. Ese mismo día... se cumplía un año de la muerte de su alumna. Cuando volví a abrir los ojos, estaba otra vez en la sala de partos, justo en el momento en que casi se me iba la vida.

Con tal de salir con su asistente en Navidad, mi esposo puso somníferos en la leche en polvo de nuestra hija. Cuando, angustiada, llevé como pude al hospital con fiebre alta, me sorprendió ver cómo mi esposo subía las escaleras con su asistente en brazos. —¡Yolanda se torció el pie, la estoy acompañando a que la revisen! Mientras nuestra hija era atendida en el quirófano, él no mostró el más mínimo interés. Yo apretaba con fuerza el billete de lotería de un millón de dólares en el bolsillo. Era hora de abandonar ese matrimonio de siete años.

Cuando mi novio piloto canceló por decimoctava vez nuestra boda, me cansé. La primera vez, dejó todo porque su alumna tuvo la regla y corrió a comprarle té de jengibre con azúcar moreno. La segunda, su alumna falló en una misión; él solo dijo que estaba de mal humor y me convirtió en el hazmerreír de todos en el banquete. En tres años de relación, siempre que ella tenía un problema, él me dejaba plantada sin pensarlo dos veces. Al fin, comprendí: quizá en su corazón yo nunca importé. Así que compré un billete a París y decidí viajar sola por el mundo. De esta forma, ya nadie volvería a abandonarme.