Share

Capítulo 4

Author: Mangonel
Me incliné sobre ella y empujé con fuerza para entrar. Esta vez la humedad era abundante, lo que facilitó entrar suave y profundo.

La suspensión del auto comenzó a mecerse con violencia bajo nuestro ritmo; por fortuna, en esta ocasión nadie interrumpió el momento. La intensidad no duró demasiado. Terminé pronto, cayendo exhausto contra el respaldo del asiento del conductor.

Lucía también descansaba, satisfecha, con las piernas colgando relajadas a un costado de la consola central.

—Profe, no esperaba que fueras tan bueno —dijo ella con voz melosa—. Me dejaste bien a gusto. Cuando lo hacía sola en casa, nunca se sentía así de bien.

Al escuchar aquello, la curiosidad me ganó.

—¿Y cómo le hacías tú sola?

Inclinó la cabeza, haciendo memoria con un gesto inocente.

—Pues cuando me daban ganas, usaba los dedos. Pero luego sentía que no alcanzaba, así que empecé a usar pepinos. Pero nunca llegaba al punto. Siempre quise probar con un hombre de verdad, pero mis papás son súper estrictos y nunca
Continue to read this book for free
Scan code to download App
Locked Chapter

Latest chapter

  • Aprobó El Examen Sentada En Mis Piernas   Capítulo 7

    En cuanto me vio, su cara se transformó en una máscara de enojo e intentó huir. Me adelanté para cortarle el paso.—No te vayas. Necesito hablar contigo.Lucía respondió con la voz quebrada, al borde del llanto:—Ya déjame en paz, ¿quieres? ¿No me has jodido lo suficiente? Todo el mundo en el instituto ya vio el video. Ya no puedo salir sin que se me queden viendo todos.Sus palabras me dejaron mudo. No sabía qué contestar. A fin de cuentas, todo este desastre había comenzado por mi culpa.Bajé la voz y traté de sonar convincente:—Mira, sé que me equivoqué, pero tengo una solución. Solo tienes que salir a decir que somos una pareja normal. En estos tiempos, es muy común que un hombre mayor ande con una universitaria. Y si dices eso, podemos exigir que borren los videos. Si somos pareja, difundir eso es una invasión a la privacidad.Pero Lucía seguía cerrada, sin mostrar interés en mi plan. Me rechazó.—Dejaste de darme las clases prácticas y de seguro voy a reprobar el examen de manej

  • Aprobó El Examen Sentada En Mis Piernas   Capítulo 6

    Al llegar al Instituto de Artes de San Pedro, dejé a Lucía para que regresara a su dormitorio y me dirigí a las oficinas de la escuela de manejo. Tenía que hablar con mi jefe antes de que la situación empeorara. En cuanto localicé al Director Bernal, intenté sonar lo más servicial posible.—Jefe, quería comentarle algo sobre lo que pasó hace un rato en la calle...No pude terminar la frase. Agitó la mano, cortándome de tajo con un gesto grave y pesado.—Mira, Adrián, ahórratelo. Ya me llamaron. Que traigas a una alumna sentada en tus piernas mientras maneja es una vergüenza. ¡Qué falta de profesionalismo!Me sentí acorralado, tragándome mi frustración sin poder defenderme bien, como quien muerde algo amargo y no puede escupirlo.—Oiga, pero usted no sabe cómo estuvo. La alumna me rogó, casi me obligó a que le enseñara así, mano a mano.Bernal levantó la mirada, mirándome con una intención clara y suspicaz.—¿Ah, sí? ¿En serio? Porque lo que yo escuché es que tuviste relaciones con esa

  • Aprobó El Examen Sentada En Mis Piernas   Capítulo 5

    Después de todo, su siguiente examen, el de manejo en calle, es muy diferente a las maniobras en el circuito cerrado; aquí hay que salir al tráfico real. Ya no se trata solo de evitar accidentes por seguridad, sino de que si nos veía un oficial de Tránsito, el problema no se limitaría a una simple infracción. En casos graves, uno podía terminar hasta en el Ministerio Público.Por eso, cuando Lucía sugirió volver a sentarse en mis piernas, me negué. Ella hizo un puchero y, con voz melosa y consentida, reclamó:—Mmm, seguro es que ya no te gusto, Profe. Por eso ya no quieres que vaya encima de ti.Me apresuré a explicarle, tratando de no sonar brusco:—¡Cómo crees! Por mí encantado, si fuera por mí te pediría que no te bajaras nunca. ¿Cómo voy a querer rechazarte? Pero es que esta etapa no tiene nada que ver con la anterior —continué, intentando razonar—. En el circuito estábamos encerrados, nadie nos veía. Pero aquí tenemos que salir a la avenida y el policía de tránsito anda muy activ

  • Aprobó El Examen Sentada En Mis Piernas   Capítulo 4

    Me incliné sobre ella y empujé con fuerza para entrar. Esta vez la humedad era abundante, lo que facilitó entrar suave y profundo.La suspensión del auto comenzó a mecerse con violencia bajo nuestro ritmo; por fortuna, en esta ocasión nadie interrumpió el momento. La intensidad no duró demasiado. Terminé pronto, cayendo exhausto contra el respaldo del asiento del conductor.Lucía también descansaba, satisfecha, con las piernas colgando relajadas a un costado de la consola central.—Profe, no esperaba que fueras tan bueno —dijo ella con voz melosa—. Me dejaste bien a gusto. Cuando lo hacía sola en casa, nunca se sentía así de bien.Al escuchar aquello, la curiosidad me ganó.—¿Y cómo le hacías tú sola?Inclinó la cabeza, haciendo memoria con un gesto inocente.—Pues cuando me daban ganas, usaba los dedos. Pero luego sentía que no alcanzaba, así que empecé a usar pepinos. Pero nunca llegaba al punto. Siempre quise probar con un hombre de verdad, pero mis papás son súper estrictos y nunca

  • Aprobó El Examen Sentada En Mis Piernas   Capítulo 3

    Ella bajó la cabeza y se inclinó sobre el volante, dejando sus caderas en la posición perfecta, listas para mí. Ajusté mi asiento hacia atrás, abriendo el espacio justo para poder moverme con libertad y hacer lo que tenía en mente. Separé la suavidad de sus glúteos con las manos y, sin dudarlo, deslicé la lengua lentamente a lo largo de su intimidad, saboreando cada centímetro. Lucía no pudo contenerse más y comenzó a gemir, con la voz quebrándose entre agudos y graves, incapaz de disimular. Escucharla hizo que una corriente eléctrica me recorriera el cuerpo; sentí cómo mi propia emoción llegaba al límite, dolorosa y urgente, hinchándose dentro de mí. Lucía habló con tono suplicante, casi con dolor:—Ay, Profe, ¿por qué me hace esto? Entre más lo hace, más desesperada me siento... ya no aguanto. No juegue, por favor... lo necesito adentro, ¿sí?Ante su súplica tan directa, me bajé los pantalones hasta los tobillos y me acomodé en el asiento. Mi hombría estaba erguida, apuntando hac

  • Aprobó El Examen Sentada En Mis Piernas   Capítulo 2

    La pregunta me agarró tan desprevenido que por un momento me quedé mudo.—Es un tumor que tengo en la pierna —improvisé lo primero que se me vino a la mente—. Tú aguántate tantito y concéntrate en manejar.Cuando Lucía se acomodó bien, puse mis manos sobre las suyas para guiar el volante y empecé a instruirla con paciencia.—Agarra firme el volante y no quites la mirada del frente. Pie izquierdo al embrague, derecho al freno. Ve soltando el embrague despacito hasta que sientas que el auto quiere avanzar.Esta vez Lucía lo hizo con muchísimo cuidado; ya la habían reprobado cuatro veces y le daba pánico volver a fallar.Cuando el embrague llegó al punto de corte, el auto empezó a vibrar con fuerza.Lucía se sacudía intensamente sobre mis piernas y esa fricción rítmica se sentía increíble. Sus glúteos suaves rebotaban contra mí. Sentí un cosquilleo recorrer todo mi cuerpo, como si cada poro se abriera para disfrutar con avaricia de su suavidad.Por puro instinto, llevé las manos a su cint

More Chapters
Explore and read good novels for free
Free access to a vast number of good novels on GoodNovel app. Download the books you like and read anywhere & anytime.
Read books for free on the app
SCAN CODE TO READ ON APP
DMCA.com Protection Status