Share

Capítulo 2

Author: Anónima
A la mañana siguiente, bien temprano, fui al hospital.

Justo después de pagar y mientras esperaba que me llamaran para el procedimiento, vi a Nelson saliendo con Elsa de la sala de ecografías, llevándola del brazo, despacio, casi guiando cada uno de sus pasos.

Se sentaron en unas sillas cercanas, y los vi mirar juntos las imágenes del ultrasonido. Elsa le señalaba algo en el papel, y Nelson la escuchaba con atención, tomando notas en el celular de vez en cuando.

Al verlos, me llevé la mano al vientre casi sin pensarlo, sintiendo cómo un nudo se me formaba en la garganta y me apretaba el pecho.

No quería enfrentar esa situación incómoda, así que decidí irme antes de que me vieran. Pero, justo en ese momento, Nelson levantó la vista y me encontró con la mirada.

Se puso de pie de golpe, claramente molesto.

—¿Me estás siguiendo?

Ni siquiera tuve tiempo de responder, cuando Elsa, algo nerviosa, tiró suavemente de su manga.

—Nelson... ¿y si Ivana está malinterpretando todo? Mejor voy a hablar con ella. No quiero que haya malos entendidos entre ustedes.

Trató de incorporarse, pero Nelson la sujetó con cuidado y le dijo que no se moviera.

—Estás embarazada, no te levantes. Yo me encargo de hablar con Ivana.

No tenía la menor intención de quedarme a ver su show, así que me di la vuelta para irme, pero Nelson me agarró de la muñeca con fuerza y me hizo tambalear, casi haciéndome caer.

Cuando logré afirmarme y lo miré, su cara estaba completamente descompuesta por la rabia.

—Ivana, anoche quedó todo claro. ¿Otra vez con lo mismo? ¿En serio me has seguido hasta acá?

Me zafé de su mano con fuerza, sintiendo el ardor en la muñeca por el tirón.

—Mira, yo no tengo ningún interés en seguirte, ¿sí? El que se está haciendo la película eres tú.

Pero Nelson no me creyó ni una palabra.

—¿Entonces qué haces en el hospital?

Saqué la factura con calma y se la mostré.

—Vine a que me revisen.

Frunció el ceño con una expresión entre molesto y confundido.

—¿Estás enferma y yo ni enterado?

Intentó quitarme el recibo, pero, antes de que lo lograra, Elsa se acercó, con los ojos llenos de lágrimas, y me tomó la mano con suavidad.

—Ivana, desde que Eduardo se fue, me he sentido muy sola. Solo quería tener un hijo... alguien que me acompañara. Por eso le pedí ayuda a Nelson. De verdad, nunca quise causar problemas entre ustedes.

Si de verdad Elsa solo hubiera querido un bebé para no sentirse sola, bien podría haber ido a un banco de esperma. Pero no: había elegido un nombre y apellido: el de Nelson. Y esa manera en la que se hablaban... ese tonito bajito, casi cariñoso, y las miradas pegadas como si no hubiera nadie más alrededor. Ahora lo entendía todo.

Porque cuando una al fin despierta, todo eso que antes parecía normal empieza a pesar. A doler. Y una entiende que siempre estuvo ahí... solo que no quería verlo.

Retiré la mano sin decir nada, aguantándome la ironía, pero en eso Elsa soltó un grito y dio un paso atrás como si fuera a caerse.

Nelson reaccionó de inmediato y la sostuvo en brazos, con una expresión de preocupación que no le conocía.

—¡Elsa! ¿Estás bien?

Ella, aferrada a su cuello y con lágrimas en los ojos, murmuró con voz débil:

—Estoy bien, Nelson… solo que jamás pensé que Ivana fuera capaz de...

Fue ahí cuando Nelson se volteó y me clavó una mirada llena de furia. Me congelé.

—¡Ivana! ¿Tienes idea de que Elsa está embarazada? ¿Cómo puedes ser tan cruel?

Jamás imaginé que Elsa pudiera recurrir a algo tan bajo... y mucho menos que Nelson le creyera sin dudarlo.

Lo miré sin decir una palabra, con el rostro inexpresivo.

—Yo no la empujé.

Apenas terminé de hablar, él explotó aún más.

—¡Lo vi con mis propios ojos y todavía te atreves a negarlo! Si no reacciono a tiempo y a Elsa le pasa algo, ¡no te lo iba a perdonar nunca! —Luego bajó la voz, pero seguía igual de cortante—. Pensaba esperarte para salir juntos después de tu cita, pero ya ni hace falta. Vuelve sola. Yo me encargo de llevar a Elsa.

Y, dicho eso, se fue abrazándola con cuidado, como si llevara en brazos algo frágil.

Ver esa preocupación —la misma que nunca había mostrado conmigo— me revolvió algo por dentro, y, sin poder evitarlo, lo llamé justo antes de que saliera por la puerta.

—Nelson... si te dijera que estoy embarazada y que hoy vine al hospital para abortar... ¿te quedarías conmigo?
Continue to read this book for free
Scan code to download App

Latest chapter

  • Mi esposo, su héroe   Capítulo 9

    Quizá movido por la culpa, Nelson me entregó una buena suma en la separación, y yo la acepté sin poner objeciones.Ese dinero me permitió vivir cómoda y empezar a viajar por todo el mundo.En cada lugar enviaba postales a mis padres y escribía sobre mis experiencias en un blog. Poco a poco, fui ganando seguidores que admiraban mi valentía al viajar sola.En esos viajes descubrí la belleza del mundo y recuperé el rumbo de mi vida.Los cinco años casada con Nelson ya parecían de otra vida.Cuando regresé de ese largo viaje alrededor del mundo, mis padres me pusieron al día con las últimas noticias sobre Nelson.Después del divorcio, Elsa aprovechó su embarazo para intentar obligar a Nelson a casarse con ella.Él se negó al principio, diciendo que no la amaba, que solo sentía lástima porque había perdido a su esposo.Pero Elsa no era la misma inocente de antes; todo con Nelson era calculado, buscando escalar socialmente y asegurarse un lugar junto a un hombre con dinero.Ahora que finalme

  • Mi esposo, su héroe   Capítulo 8

    Miré a Elsa sentada frente a mí, tomando su café despacio. Su actitud ahora era totalmente diferente a la que mostraba con Nelson.Dejó la taza con cuidado y me lanzó una mirada cargada de desprecio.—Nelson me ama a mí, así que apúrate y firma el divorcio.Frente a la verdadera cara que Elsa por fin mostraba, mantuve la calma y di un sorbo tranquilo a mi café.—¿Y quién te dijo que soy yo la que no quiere divorciarse?—Nelson es el que está rogando que no nos separemos.Elsa se quedó desconcertada un instante, pero pronto reaccionó con furia.—¡Eso no puede ser! Estoy esperando un hijo suyo, ¿cómo puede no querer casarse conmigo? ¡Eres tú la que no lo deja en paz!Luego, con una sonrisa maliciosa, agregó:—Ah, seguro no lo sabes, ¿verdad? Este hijo que llevo no es por inseminación artificial, como Nelson te hizo creer. ¡Hace tiempo que él y yo dormimos juntos!Por un segundo me quedé paralizada.Nunca creí que la traición de Nelson fuera más que emocional, jamás pensé que llegaría a e

  • Mi esposo, su héroe   Capítulo 7

    Nelson se veía muy distinto al hombre enérgico que yo había conocido; ahora tenía una barba descuidada y el rostro demacrado.Al verme, sus ojos brillaron de inmediato y se acercó rápido.—Ivana, ¿cómo te sientes? ¿Estás mejor?Asentí, manteniéndome distante y sin mostrar ninguna emoción.—Estoy mejor. Si no necesitas nada más, me voy.Rápido extendió el brazo para detenerme y, algo nervioso, me entregó una cajita pequeña. Al abrirla, vi un par de anillos.—Ivana, llegaron los nuevos anillos de matrimonio que encargué.Los primeros anillos los habíamos diseñado juntos Nelson y yo. Tenían un significado muy especial para los dos y prometimos no quitárnoslos nunca.Pero un día me di cuenta de que Nelson ya no llevaba el suyo.Cuando le pregunté, me dijo que Elsa se entristecía al verlo porque le recordaba a Eduardo, así que decidió quitárselo por un tiempo.Eso me dolió mucho y terminamos peleando fuerte. No entendía cómo, si solo ayudaba a Elsa por respeto a Eduardo, tenía que llegar a

  • Mi esposo, su héroe   Capítulo 6

    Al oírme, Nelson se alteró y empezó a explicarse con una voz cargada de nervios.—Ivana, por favor, no quiero divorciarme. No sabía que estabas embarazada, ¿por qué nunca me lo dijiste?Me parecía irónico que se quejara de eso. En pocos días ya había olvidado todo lo que pasó en el hospital, justo cuando le hice una pregunta que para mí fue la última esperanza, la última oportunidad para salvar nuestro matrimonio. Pero me decepcionó. Eligió a Elsa sin dudarlo.—¿Recuerdas lo que te pregunté ese día en el hospital, justo cuando te ibas con Elsa?Nelson me lanzó una mirada confundida y luego su cara mostró dolor e incredulidad. Su voz temblaba al contestar:—¿Entonces... ese día no estabas enferma? ¿Fuiste al hospital para... abortar?Asentí con calma.—Así es.Él recordó claramente esa respuesta y entendió que él mismo había renunciado a nuestro hijo.Pero aún así insistió:—Ivana, podemos tener más hijos. Cuando te recuperes, lo intentamos de nuevo, ¿sí?Lo miré con incredulidad. ¿De v

  • Mi esposo, su héroe   Capítulo 5

    Cuando finalmente desperté, lo primero que vi fueron los ojos de mi mamá, llenos de lágrimas.Al darse cuenta de que estaba despierta, rápidamente se secó las mejillas y tomó mi mano con cuidado, preocupada.—Ivana, mi niña, ¿cómo te sientes?No lloré cuando supe que Elsa esperaba un hijo de Nelson.Tampoco lloré cuando, tirada en esa fría camilla del hospital, sentí cómo la vida que llevaba dentro se apagaba poco a poco.Pero al ver la angustia y el dolor en la mirada de mi mamá, todo lo que había estado guardando se rompió y me puse a llorar sin consuelo.Ella me abrazó fuerte, acariciándome la espalda para calmarme, mientras su voz se quebraba de tristeza.—Mi niña, no sabía cuánto estabas sufriendo. Perdóname por no haber estado antes...—Cuando salgas de aquí, te divorcias de ese hombre. Mi hija no merece que la traten así.Asentí con fuerza, dejando que las lágrimas fluyeran, refugiada en el abrazo cálido de mi mamá.Cuando entró mi papá, yo ya había recuperado un poco la calma.

  • Mi esposo, su héroe   Capítulo 4

    Al oírme, Ana me lanzó una mirada sorprendida, pero, al ver que me mantenía serena, su expresión se relajó apenas un poco.—Qué bueno que lo tomes así, Ivana. A fin de cuentas, los Navarro no podemos quedarnos sin , ¿verdad? Menos mal que Nelson salió un hombre responsable. Si no fuera por él, ya habría perdido la esperanza de ver llegar un nieto.Mientras hablaba, le acariciaba el vientre a Elsa con una ternura casi maternal, llena de satisfacción.Pero para mí, todo eso no era más que una burla cruel.¿Responsable? Si Eduardo pudiera verlo desde su tumba y supiera lo «responsable» que había sido Nelson, dejando embarazada a su viuda, no sé cómo podría descansar en paz.Al notar que seguía en silencio, Elsa me dirigió una mirada tímida.—Ivana... ¿todavía estás molesta con nosotros? Yo solo quería tener un bebé. Esta casa se siente tan vacía, y me asusta quedarme sola...Su voz temblaba, y pronto rompió en un llanto suave, como si fuera ella la víctima de todo esto.Ana no tard

More Chapters
Explore and read good novels for free
Free access to a vast number of good novels on GoodNovel app. Download the books you like and read anywhere & anytime.
Read books for free on the app
SCAN CODE TO READ ON APP
DMCA.com Protection Status