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Capítulo 8

Author: Melanie Vals
—¿Que me disculpe? —pregunté, sin poder evitar enfurecerme y reírme de sus acusaciones—. Ve tú mismo a ver las cámaras de seguridad y comprueba si debo disculparme o no.

No esperaba que Julián me acusara de que había sido yo quien había intentado empujar a Jimena por las escaleras sin ni siquiera comprobar el asunto.

—Jimena está enferma y embarazada. Jamás te haría daño.

Sin embargo, pude ver cómo, tras mis palabras, un destello de pánico brillaba en los ojos de Jimena.

—Olvídalo, Julián. Es normal que Noemí se enfade conmigo, vámonos.

Julián, sin embargo, se negó.

—¡No, ella tiene que disculparse contigo! —exclamó, con un tono que dejaba claro que no pensaba ceder ni lo más mínimo.

Sin embargo, yo no estaba dispuesta a admitir algo que no había hecho.

A Jimena le preocupaba que, a ese ritmo, Julián fuera a comprobar de verdad la cámara de seguridad y ella quedase expuesta, así que se tocó la tripa y dijo que no se encontraba bien.

La cara de enojo de Julián cambió instantáneamente a preocupación y se apresuró a tomarla para ir a ver al médico.

Los observé marcharse, sintiendo cómo una profunda amargura se apoderaba de mi corazón.

Veinte años de compañía, cinco años de días y noches juntos, pero ni una pizca de su confianza. Lo bueno era que ya me había despertado, y aún estaba a tiempo de salir de allí.

Ese día, Julián no volvió, por lo que supuse que se encontraba cuidando de Jimena.

El último día antes de irme, envié mis maletas al laboratorio, dejando solo una en la habitación.

Cuando Julián regresó por la noche, su rostro aún mostraba rastros de ira.

—Jimena sigue en el hospital, y el bebé está inestable, aunque no lo hayas hecho a propósito. ¿Por qué no puedes ser un poco más amable con ella? ¿Por qué tienes que ser tan mezquina?

«¿Mezquina?», bufé para mis adentros.

Creía que había sido generosa con renunciar a mi vestido de novia y al fotógrafo que había contratado… Eso, sin mencionar que había renunciado a mi prometido y dejando que tuviera un hijo con ella.

Ahora incluso estaba haciendo hueco en la casa para ella.

La expresión de Julián se suavizó considerablemente al fijarse en el gran círculo rojo del calendario.

—Bueno, mañana nos casamos y ahora no voy a discutir contigo. Irás a disculparte con Jimena después de la boda y luego nos iremos de luna de miel. ¿Has planeado ya el itinerario de viaje?

No respondí. Si hubiera estado más atento, se habría dado cuenta hace tiempo de que en la casa no había nada que hiciera referencia a la boda, excepto el calendario. Nada, ni un mísero adorno.

—Rom... —comencé a confesar, pero, antes de que siquiera pudiera formular la primera palabra, el móvil de Julián comenzó a sonar.

Cuando atendió, la voz de Jimena llegó desde el otro lado de la línea y la expresión de Julián se tensó.

—Espera, voy para allá.

Tras colgar, Julián se levantó como impulsado por un resorte y se dirigió a la puerta.

—Jimena está un poco mal. Voy a ir a verla. Pero, tranquila, volveré a tiempo para la boda. Mañana espérame en el hotel.

Solo cuando oí el ruido de la puerta al cerrarse salieron las palabras que habían quedado atoradas en mi garganta.

—Rompemos, Julián. La boda se cancela.

El sonido se disipó en la casa vacía, en donde solo se oía el sonido del reloj de pared, con su incesante tic-tac.

Me quedé sentada en el salón de la casa hasta el amanecer, observando cómo el exterior pasaba de la oscuridad a la luz del día.

En ese momento, mi celular zumbó con una alerta: quedaban dos horas para el embarque.

Sin perder tiempo, me levanté y fui a mi dormitorio a buscar mi maleta, —que llevaba mucho tiempo hecha—, tras lo cual saqué mi rotulador y puse una gran cruz sobre el diez del calendario.

A continuación, escribí una frase.

«Julián, rompemos.»

Coloqué mi calendario en el lugar más visible de la casa, tomé la manilla de la maleta, eché un último vistazo al lugar donde había vivido los últimos cinco años y salí por la puerta para tomar un taxi directo al aeropuerto.

Adiós, Julián…

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Comments (1)
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Alba Luz Hernandez
Muy bonita historia
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