Promesa de un siglo

Al regresar a casa después de terminar con todo, ya era pasada la medianoche.La luz plateada de la luna se colaba por la ventana del salón, haciendo que el espacio se sintiera más vacío que nunca.Arrastré mi cuerpo agotado hasta la habitación. Al ver La decoración de la habitación para celebrar a los recién casados, solo pude sentir una profunda ironía.Los pétalos sobre la cama seguían ahí sin recoger. Estaba tan cansada que los barrí al suelo con la mano y me dejé caer sobre la cama sin más.Mientras conectaba mi celular al cargador, “justo” vi una publicación de Diego Ramírez en sus redes sociales:—Te quiero más que ayer pero menos que mañana.La imagen mostraba a Diego abrazando a Camila Morales. Se miraban con ternura, casi a punto de besarse, y ambos llevaban pulseras de pareja.Antes, al ver algo así, habría ido corriendo a buscar a Diego para pedirle una explicación.Pero esta vez, simplemente apagué el celular, me di la vuelta y me dormí.Pasaron varios días y no recibí ni

Diego echó un vistazo al acuerdo de divorcio sobre la mesa, y su expresión cambió de inmediato.Toda su actitud se volvió sombría mientras me observaba fijamente.—Valeria, sé que estás emocionalmente inestable.—Pero acabamos de casarnos, y entiendo que por un impulso puedas tomar una decisión así, te puedo perdonar.Yo solo lo miraba fríamente, sin decir una palabra, hasta que después de un largo silencio finalmente hablé:—Diego, si fui impulsiva, tú deberías saberlo mejor que nadie.El rostro de Diego se congeló de inmediato, y Camila intentó intervenir, pero fue interrumpido por él.—Camila, tengo algo que decirle, ¿puedes volver ahora?Camila parecía querer decir algo, pero al ver la división de bienes en el acuerdo de divorcio, sus ojos se abrieron sorprendida. Justo cuando iba a gritarme, Diego la empujó fuera de la habitación.Tan pronto como ella salió, Diego suavizó su tono.—Valeria, sé que no te gusta que pase tanto tiempo con Camila.—Pero tranquila, solo la considero co

En los días que siguieron, Diego realmente dejó de tener cualquier tipo de contacto con Camila.Delante de mí, eliminó y bloqueó todos sus medios de comunicación con ella.Empezó a tratarme con mucha atención, cuidándome a cada momento como si temiera que algo me pasara.Después de que me dieron de alta, regresé con Diego a nuestra casa matrimonial.Durante ese tiempo, Camila vino a buscarlo muchas veces, pero él siempre la rechazó.Aunque yo sabía perfectamente que no iba a aguantar mucho tiempo.No pasó mucho hasta que llegó el día de mi revisión médica.La noche anterior, al ver lo nervioso que estaba Diego, fingí no saber nada y le pregunté:—Diego, mañana tengo mi revisión, ¿vas a acompañarme, verdad?Diego me lo prometió sin dudar:—Valeria, claro que sí, mañana te acompaño sin falta.Asentí satisfecha, y en cuanto Camila salió a comprar algo, le mandé un mensaje:[Parece que en el corazón de Diego no eres tan importante como crees.][Me dijo que mañana me acompaña al hospital, y

Solo para limpiar el nombre de la empresa y restaurar su reputación, no tuve más opción que hacer públicos aquellos videos provocativos que Camila me había enviado en el pasado.Apenas los publiqué, comenzaron a lloverle insultos de todo tipo por parte de los internautas.Muchos corrieron a dejar comentarios debajo de sus viejos videos románticos, diciéndole que sabía perfectamente que era la tercera en discordia, que no tenía vergüenza.En cuanto al verdadero culpable, Diego, el público tampoco lo perdonó.Se filtró su número de teléfono y su información personal.Tuvo que apagar su celular y alejarse por completo del internet.Con el tiempo, su salud mental comenzó a deteriorarse.Primero dejó de salir de casa. Luego, incluso le daba miedo ver a otras personas.Aunque los padres de Diego intentaron silenciar las noticias lo más rápido posible, la comunidad en línea, como siempre, encontró todo sobre ellos.Incluso salieron a la luz casos antiguos de sobornos y corrupción en los que e