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Capítulo 06

Author: Ana Fénix
—¿Por qué no dormiste un rato allá?

—Ese lugar no es mi casa —respondió Lucas, quitándose la chaqueta, y, de manera natural se la ofreció a Camila—. Además, ya te lo dije: hoy es tu cumpleaños. Yo debía estar aquí contigo.

Camila tomó la chaqueta, la cual estaba impregnada de un fuerte perfume, tan intenso que resultaba desagradable.

Sin decir nada, la dejó sobre el sofá y se alejó discretamente de Lucas.

—Por cierto, ¿qué día dijiste que era tu control prenatal? —preguntó él, acercándose y colocando su gran mano sobre el vientre de Camila.

—Bebé, ¿extrañaste a papá? La próxima vez iré con mamá al hospital, así podré verte. ¿Estás emocionado?

Mientras lo veía hablar con esa sonrisa feliz, Camila solo sentía un frío desgarrador en el pecho.

¿Bebé?

Ese bebé ya había sido asesinado por él. ¿Cómo estaría esperando verlo?

—¿El lunes que viene? ¿Vas a tener tiempo?

—Sí, esta vez te lo prometo.

Lucas se levantó y la abrazó por detrás.

—Lo siento, Camila. Admito que últimamente te he descuidado. Pero fue porque tú eres muy celosa. Renata y yo no somos lo que tú piensas, solo somos amigos. Además, ayer te enojaste conmigo delante de todos. ¿No crees que eso también me dejó mal?

Camila se quedó rígida. No respondió.

Él llevaba tres años de casado… y, aun así se había arrodillado para proponerle matrimonio a Renata frente a todos. ¿Acaso creía que eso no era humillante para ella?

Lucas, al ver que no respondía, intentó calmarla:

—Mira, hoy es tu cumpleaños. Elige a dónde quieres ir, y yo iré contigo, ¿sí?

Camila no tenía ningún lugar especial al que quisiera ir.

Como era del norte, nunca había visto el mar. Lucas le había prometido llevarla a las Maldivas algún día, pero habían pasado años, y ese deseo… jamás lo cumplió.

—Quiero ir a las Maldivas. Dijiste que me llevarías a ver el mar.

Lucas frunció el ceño.

—Queda muy lejos. Ir y volver tomaría mucho tiempo. ¿Y si vamos a una ciudad cercana? Puedo reservar una cabaña y así el lunes volvemos a tiempo.

—Estaba bromeando —repuso Camila, esbozando una sonrisa.

Solo lo estaba probando. Y, como esperaba… él seguía sin poder dejar a Renata.

Para celebrar el cumpleaños de Camila, Lucas reservó un restaurante.

Ella no quería ir, pero pensó que, después de esa comida, ya no se volverían a ver, así que aceptó.

Al llegar al restaurante, Lucas le entregó amablemente el menú.

—Pide lo que quieras.

Se mostró muy atento, pero, antes de que Camila pudiera decidir qué quería, él ya estaba ordenando platos por su cuenta.

—Unas costillas de cordero con hierbas, caracoles al estilo francés, foie gras… Ah, y una botella de vino tinto.

Camila frunció el ceño. Ninguno de esos tres platos le gustaba, y, por lo que recordaba, Lucas no comía cordero.

Sin embargo, antes de que pudiera decir algo, Renata apareció de repente frente a ellos. Se quitó rápidamente el abrigo y se sentó con una sonrisa.

—¡Ay, Camila! ¡Feliz cumpleaños! Estaba grabando una escena cerca de aquí y no almorcé. Lucas temía que me diera hambre, así que me invitó a venir. No te molesta, ¿verdad?

Camila abrió la boca, pero, antes de que pudiera contestar, el mesero ya traía los platos a la mesa.

—¡Wow! ¡Todos mis platos favoritos! Muero de hambre, voy a empezar.

Sin pedir permiso, Renata tomó cuchillo y tenedor y comenzó a comer con entusiasmo, mientras Lucas la miraba con ternura.

—Claro que son tus favoritos. Los pedí especialmente para ti. Come despacio.

—¡Gracias, Lucas! ¡Eres el mejor! ¡Te amo!

Le dedicó una gran sonrisa, pero, al notar lo que acababa de decir, se dio cuenta de su error.

De inmediato giró hacia Camila con cara de disculpa.

—Perdón, Camila. Es que estoy tan acostumbrada a decir «te amo» a los fans… Me salió sin querer. Espero que no te moleste…

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