All Chapters of Mientras él celebra su boda, yo me hundo en el mar: Chapter 11 - Chapter 20

Al ver que todo había sido descubierto, Paula dejó de resistirse. Se arrodilló, abrazándose a las piernas de Gabriel, llorando desconsoladamente:—¡Gabriel, me equivoqué! Pero debes creerme, nunca quise hacerle daño a Camila.—Todo esto fue idea de mi padre. Él quería utilizarme para establecer una relación contigo, así que me obligó a armar esta trampa contra Camila...—Al principio me negué. Constantemente le pedí a mi padre que no lo hiciera, pero él me dijo que los sentimientos de Camila hacia ti no eran simplemente de gratitud de una hija adoptiva hacia su padre adoptivo, ¡sino el amor de una mujer hacia un hombre!—Mi padre también dijo que si te enterabas de que Camila tenía cáncer, seguramente, por compasión, aceptarías estar con ella... y entonces yo perdería toda oportunidad.—Gabriel, ciertamente cometí un error, pero todo fue porque te amo demasiado. Durante el tiempo que pasamos juntos, me enamoré locamente de ti. No quería que nuestra relación fuera solo una actuación, ¡qu

En el momento en que abrió el sobre, la elegante caligrafía de Camila apareció ante sus ojos:"Tío, la persona que abre esta carta debe ser tú, ¿verdad? Porque creo que no habrá nadie más que venga a buscarme.Es bastante triste, si lo pienso. He vivido tanto tiempo y si un día desapareciera repentinamente, aparte de ti, no se me ocurre una segunda persona que vendría a buscarme.Y lo más triste es que ahora ni siquiera estoy segura de si vendrás a buscarme.Después de todo, ya tienes a Paula...Perdón, otra vez digo cosas que no te gusta oír. No te enfades, no lo digo como reproche. En realidad, me alegro por ti. Una persona sola en este mundo se siente demasiado solitaria; encontrar a alguien que te guste y pasar la vida junto a ella es una fortuna.Tío, no sé por qué, cada vez que te deseo felicidad no me crees. Siempre piensas que sigo enamorada de ti, que mis buenos deseos son falsos, que te estoy engañando, que tengo otras intenciones.Pero no es así. Admito que sigo queriéndote,

—Gabriel, por favor, cálmese —dijo el encargado, sudando profusamente—. Entiendo cómo se siente, pero ha malinterpretado mis palabras. Cuando hablé de descongelación, no me refería al presente, sino a muchos años en el futuro.—Nuestra tecnología actual solo nos permite congelar rápidamente el cuerpo humano sin dañar las células. En cuanto a la descongelación... lamento decirle que nuestra tecnología actual no es capaz de hacerlo.—¿Cómo que no es posible? —exclamó Gabriel furioso—. ¿La congelación y la descongelación no deberían ser parte del mismo proceso? Si no pueden descongelar, ¿por qué ofrecen servicios de criopreservación a los voluntarios?—Gabriel, por favor, tranquilícese y escúcheme. La descongelación y la congelación son procesos distintos. Durante la congelación, si la temperatura desciende con suficiente rapidez, congelando a la persona en un instante, las células del cuerpo no sufren daño alguno. Aunque la persona esté congelada, sus células permanecen intactas, vivas, s

Cuando el joven hablaba de la hermana de su vecino, sus ojos brillaban como si una luz repentina iluminara la oscuridad de la noche. Su vida entera parecía haber sido iluminada por esta vecina.—Esperé tanto tiempo hasta que finalmente crecí, pero cuando me declaré a ella lleno de esperanza, me rechazó —al decir esto, la luz en los ojos del joven se apagó de golpe—. Me dijo que es doce años mayor que yo y que si estuviéramos juntos, la gente hablaría.—No lo acepto. Creo que la edad no es un problema, ¡el amor verdadero puede superar cualquier obstáculo! Y quiero demostrarle que las personas modernas tienen una mentalidad abierta. Una relación entre una mujer mayor y un hombre más joven no es nada del otro mundo. Si nos atrevemos a dar este paso, seguramente nos espera un final feliz.—Por eso estoy en la calle, recopilando opiniones. Señor, ¿podría tomarse unos minutos para escribir en este cuaderno lo que piensa sobre las relaciones donde la mujer es mayor? Quiero mostrarle que, aunqu

Tres días después, Gabriel finalmente se encontró con la Camila que tanto había añorado.Camila yacía en el ataúd criogénico, con los ojos cerrados, su expresión dócil y tranquila, como si estuviera dormida.Contemplando a la pequeña rosa dormida en el ataúd, Gabriel recordó inevitablemente aquellas innumerables noches en que la había arrullado hasta dormirse. También entonces ella cerraba los ojos y se acurrucaba mansamente en sus brazos, con sus largas pestañas ligeramente curvadas hacia arriba, hermosa como una muñeca de porcelana.La única diferencia era que ahora, incluso sus pestañas estaban cubiertas de escarcha.Su rostro lucía tan pálido... Dentro del ataúd criogénico debía hacer mucho frío.Camila, no tengas miedo, el tío pronto estará contigo.—Camila, perdóname, el tío te mintió —Gabriel extendió su mano, deseando acariciar la pálida mejilla de Camila, pero terminó tocando la fría tapa del ataúd.No podía tocarla.Así como ella, tantas veces, había intentado tocar su corazón