Jamás pensé que volvería a estar en el ojo del huracán, y mucho menos así.Y Abril, la misma que provocó que todos me juzgaran, fuera de su disculpa en el grupo, no me había escrito en las cuatro horas que habían pasado desde el incidente.Si no me hubiera topado a Mateo de pura casualidad, seguiría sin saber nada.Lo que más me dolía era que mi esposo, Zaid, mi compañero en este viaje, el gran director Gómez, al ver la ‘metida de pata’ de Abril, no solo no dijo nada para defenderme a mí, su esposa, a la que arrastraron injustamente al centro del chisme, sino que salió de inmediato a defender a Abril.Con razón la chava ni me mandó un mensajito para disculparse.¡Seguro pensó que no era para tanto y, con el respaldo de Zaid, le valió!¿Y yo?Sin darme cuenta, me tomaron una supuesta "foto del destino", que luego, misteriosamente, compartieron en el grupo. ¿No era una injusticia?Si de verdad se investigara, ¿no podría demandarla por violar mis derechos de imagen?Mientras más lo pensab
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