Los siguientes días después de salir del hospital, Naim y yo no tuvimos ningún contacto.Pero en las redes sociales, constantemente, veía noticias de él.Él y sus amigos, todos los días aparecían en antros y karaokes, las mujeres a su lado eran cada más joven, bella y divertida que la otra. Y no pude evitar pensar que esa rea la vida que él quería. Con esto en mente, empecé a recoger las cosas de la casa, y, cuando me preparaba para irme, me encontré con él abrazando a una muchacha en la puerta.Naim se quedó pasmado un momento, e, instintivamente, quitó las manos de la joven. Pero, en cuanto recordó su farsa de la amnesia, volvió a abrazarla con total descaro. —Recuerdo que esta debería ser mi casa, ¿verdad? Sin mi permiso, Renata, ¿esto no cuenta como allanamiento de morada?Apreté la mano que sostenía la maleta. Aquella casa, efectivamente, era de Naim. Pero, también, era la casa que habíamos preparado para cuando nos casáramos. ¡Así que ahora pensaba meter a otra mujer a
อ่านเพิ่มเติม