No fui al nuevo departamento que Iván me había preparado, sino que volví al viejo residencial donde vivía antes de casarme.Apenas entré, ese olor familiar de paredes húmedas y muebles viejos me envolvió por completo, y no pude evitar pensar en el Iván de aquel entonces.Yo crecí en un orfanato. Desde pequeña, una «hermana mayor» desconocida me ayudaba económicamente desde lejos. Cuando se enteró de que ya estaba viviendo en el departamento que había comprado a mi nombre y que, además, había sido admitida en la universidad, cortó todo contacto.Ese invierno, ¡justo ese invierno!, la familia de Iván se mudó al piso de abajo.Él solía subir a buscarme casi todos los días. Sabía que me encantaban los camotes asados, así que cada noche me traía una bolsita y golpeaba con fuerza la puerta de hierro.¡Crash! ¡Crash!Cuando abría, entre el vapor tibio, aparecía su sonrisa radiante.Se colaba en mi pequeño departamento sin pedir permiso, me pelaba un camote, lo soplaba y me la acercaba
Baca selengkapnya