Al escuchar eso, Valeria se quedó paralizada.Noah estaba sentado tranquilo en el sofá, pero al escuchar las palabras de Paz, sus ojos se enrojecieron.No lloró, pero el pequeñito sentado ahí con los ojos rojos se veía realmente lastimoso.Valeria lo notó y se sentó junto a su hijo con su hija en brazos, abrazando a la niña con un brazo y rodeando a su hijo con el otro.—Tranquilos, no estén tristes, papá solo se fue de viaje lejos. —La voz de Valeria era suave. Con todo sucediendo tan repentinamente, solo podía calmar primero a sus dos hijos—. Pero Noah y Paz deben recordar que no importa a dónde vaya papá, siempre los amará.Noah, acurrucado en los brazos de su mamá, preguntó bajito: —¿Papá nos llamará?Valeria dijo: —Si tiene tiempo, les llamará, pero si no llama, seguro está ocupado, pero pensando en ustedes y extrañándolos.—¿Por qué papá tenía que irse al extranjero? —Paz hundió su carita en el pecho de su mamá, llorando a mares—. Papá dijo que me llevaría al jardín, que les iba
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