Lina se quedó parada.—El día que conocí a Noah, estaba flaquito y chiquito, con una carita muy bonita, pero por sus problemas de nacimiento, tenía la piel pálida y fría. Sus ojitos negros te miraban fijamente, pero con la mirada medio perdida. Cuando vi mi reflejo en sus ojos, me dolió el corazón. Aunque en ese momento no tenía idea de que era mi hijo, esa imagen todavía la tengo grabada hasta el día de hoy.A Lina se le encogió el corazón escuchándola.—Desde el primer encuentro, Noah mostró un cariño instintivo hacia mí y Paz. —Valeria hizo una pausa y continuó—: Al principio no era cercano con Santiago, pero cuando Rafael y yo fuimos a buscarlo a Kalahari, Noah estaba súper pegado y confiaba completamente en Santiago, incluso más que en mí.—Tal vez es el poder de la sangre, ¿no? —Lina miró a Mateo en sus brazos—. Este chiquito cuando era recién nacido era súper demandante, no quería que nadie más lo cargara, solo Emilio. Si lo agarraba otra persona, se ponía a llorar. Emilio práct
Baca selengkapnya