Yolanda la regañó con la mirada. —¡Soy una jubilada sin nada que hacer, qué cosas podría estar escondiéndote! Ja,ja,ja….Valeria seguía sintiéndose algo inquieta. —Mamá, si hay algo que necesitas contarme, no te lo quedes guardado.—No pasa nada, mi niña si hubiera algo mamá te lo contaría de inmediato.Yolanda sonrió complacida. —Valeria, lo más orgulloso y satisfactorio de mi vida es poder tener una hija como tú. Soy incompetente, te hice irte tan joven de casa para vivir en el campo con tu abuelo, por suerte tu abuelo te crio muy bien.—Mamá, no hables así —Valeria se entristeció—. Simplemente no tuviste alternativa. Aunque me mandaron lejos, cada mes venías a escondidas de los Núñez a visitarme, lo sé, en tu corazón sufrías mucho por mí.Yolanda le tocó cariñosa la cabeza. —Valeria, ahora solo deseo que puedas ser feliz y plena, no importa qué decisiones tomes, siempre te voy a apoyar.Valeria la miró desconcertada, sintiendo cierta intranquilidad.—Mamá, mantente tranquila —levant
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