Al escuchar la respuesta de Juan Torres, cerré los ojos, conteniendo las lágrimas que amenazaban con caer.La verdad es que este resultado no me tomó por sorpresa, ya que me lo esperaba.Después de todo, sabía el lugar que Ana ocupaba en su corazón, uno que nunca en la vida podría ser reemplazado.La primera vez que pospuso la boda, fue porque Ana se torció el pie.La segunda vez que lo hizo, también fue por el mismo motivo.Hubo una tercera, cuarta, y así hasta ese día, que ya era la séptima vez.Con la misma excusa, ella lo había hecho siete veces seguidas, sin siquiera molestarse en disimular un poco.¡Y para colmo, Juan se lo creyó todas y cada una de las veces!Trató nuestra boda como si fuera una broma, posponiéndola una y otra vez.Contuve la tormenta de emociones en mi pecho y, sin poder aceptarlo, le cuestioné:-Juan, no me puedo creer que no te des cuenta de que lo hace a propósito. Cada vez que estamos a punto de celebrar nuestra boda, ella se tuerce el pie. ¿Acaso es posibl
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