El Filibusterismo Design

Diego Pinto organizó sesenta y seis viajes solo para pedirme matrimonio. Y fue recién en el intento número sesenta y siete que logró de verdad tocarme el corazón. El día después de la boda, le preparé sesenta y seis tarjetas de perdón. Teníamos un trato: cada vez que me hiciera enojar, podía usar una para ganarse mi perdón sin discusiones. Durante seis años de matrimonio, cada vez que me enojaba por su amiga de toda la vida, él venía y me pedía que le quitara una tarjeta. Pero cuando usó la tarjeta número 64, Diego se dio cuenta de que algo en mí ya había cambiado.

"Tal vez nunca lo sabría. O tal vez era la mujer que veía ante mí quien tenía las respuestas. Esta no era una princesa ni una reina. Esta era una guerrera, una guerrera que pretendía luchar." ** Yo, Constance Cladwell, era la hija del Rey Alfa en los Territorios del Norte—una princesa destinada a reinar hasta que el Rey del Sur invadió mis tierras, matando a mi manada y a mi familia. Huí buscando protección del Rey Alfa de los Territorios del Este para advertirles de los peligros que se avecinaban, solo para enfrentarme con lo que nunca esperé: mi compañero destinado. Ahora arrojada a un mundo donde la guerra estaba a la vuelta de la esquina y atrapada entre el hombre que anhelaba y las atenciones del Rey, me quedo con una decisión. ¿Me sacrificaré y me convertiré en la Reina Luna para asegurar venganza contra mi enemigo, o aceptaré el destino y lucharé por el amor de mi compañero? ** «La Princesa Rechazada» es una obra de Claire Wilkins, una autora de eGlobal Creative Publishing.

Frente a la entrada del hospital, mientras una hemorragia me bañaba las piernas durante el embarazo, Leandro Rivera me dejó sola para llevar a casa a su clienta... la misma a quien le estaba tramitando el divorcio. No importó que suplicara con la mirada. No miró atrás. Solo se fue. Esa misma noche, en lugar de estar a mi lado, apareció en la publicación de la clienta en Facebook. «Qué suerte tener a mi gran abogado... ¿quién dijo que no hay sopa para la resaca? Oh, cierto... ¡yo sí la tengo!» No dormí en toda la noche. A la mañana siguiente, con una calma que no sentía, marqué el número de mi padre. —Papá, ya lo decidí. En tres días vuelvo a casa... a hacerme cargo de la empresa.

“Let’s end this. Let’s break up,” he said, his voice cold. “Stacy is the only woman I’ve ever loved,” he continued, humiliating her in front of everyone at his birthday party. Cassia’s head spun as she stood there, unable to move or utter a word. For the past five years, she had put him first in everything, even choosing him over her career and future. She loved him so deeply that she wouldn’t have minded losing it all just to be with him. Her only desire was to have his heart, but despite all her sacrifices, when his first love returned, he chose her, neglecting Cassia and shattering her entire world. How was she supposed to pick herself up after giving everything for him? But Cassia was determined. She vowed to get back at him—and at everyone who underestimated her. After he chose his first love over her, she resolved to start fresh, become successful, and compete with Darvan’s company. This time, her revenge would be cold and calculated. She wouldn’t be swayed by emotions again. Now, however, she was torn between two charming men: a well-known senior in the design world and Darvan’s uncle, who controlled a significant portion of the family’s business shares. She wondered whether she should align herself with her senior or use Darvan’s uncle to bring down the entire family. Meanwhile, Darvan realized too late that he needed her back. He had fallen deeply in love with her. “Please, let’s get back together. I want to fight for us this time,” the famous Darvan Sinclair begged, dropping to his knees and pleading for her forgiveness. He would do more than just beg if it meant keeping her by his side again.

Cuando la exnovia de mi esposo sufrió quemaduras con agua hirviendo, él, para castigarme, me metió en una vaporera lo suficientemente grande para una persona y subió la temperatura al máximo. —¡Pagarás el daño que sufrió Luciana, multiplicado por mil! —sentenció. Atrapada en ese espacio estrecho, apenas podía respirar, mientras mi cuerpo ardía y yo le suplicaba entre lágrimas: —¡Por favor, voy a morir! Pero él, abrazando a su exnovia, se marchó sin mirar atrás. —Tranquila, no morirás. ¡Pero sí entenderás el sufrimiento de Luciana! Grité desesperada dentro de la vaporera mientras el agua hirviendo, debajo de la bandeja, me salpicaba la piel. Poco a poco, mi voz se fue apagando. Él se fue de viaje al extranjero con su exnovia, y, solo una semana después, al regresar al país, recordó mi existencia. —Esa maldita ya debe haber aprendido su lección. ¡Sáquenla de ahí! Lo que él no sabía era que en aquella vaporera, que había dejado calentarse cuando el agua se evaporó, mi cadáver ya estaba cubierto de gusanos.

Book 1 – My Dad’s Mafia Best Friend When Lyra is sent to Italy to stay with her father’s best friend, Adrian, after his business collapses in New York, her first concern is for her dad—but right behind it is the forbidden desire she’s harbored for Adrian since they met a year ago. Adrian fights his own battle, struggling to keep his best friend’s daughter out of his mind. But as the fire between them grows, resisting becomes impossible. With their age gap, the weight of taboo, and the dangerous Mafia world Lyra’s father wants to shield her from, how long can they ignore the spark between them? Book 2 – Greg and Kael’s Love Story (M/M) Fashion design student Greg is already overwhelmed—balancing classes, an internship, and the secret that his best friend’s boyfriend is a Mafia boss. The last thing he needs is trouble knocking at his door. But trouble doesn’t just knock—it sneaks in, wearing the name Kael. Greg should stay far away, but danger has never looked so tempting. As their worlds collide in a game of deception, attraction, and secrets too dangerous to expose, the question isn’t just how long Kael can hide—it’s how long Greg can resist. Book 3 – Bella and Quinn’s Love Story (W/W) Bella has spent years burying her dark past, even from her closest friends. But one mistake lands her behind bars, trapped with a mysterious woman who won’t stop getting under her skin. When an attempted poisoning leads to her breaking out from prison, Bella never expects the real shock to come after—the truth about her family, her past, and the undeniable pull toward the very woman she should be avoiding, Quinn.

Adele has been married for 10 years, being a full-time, dutiful wife and mother who sacrified her life and career for her family. But in return, their 7-year- old son, Ethan, suddenly began to despise her. “You make me sick, I wish Aunt Julia was my mother. I'm embarrassed to call you my mother, bitch!” Ethan barked. Adele was humiliated, shamed, and dragged by the public and Julia, who stole her design, yet her husband, Ryan, bowed to them and apologized. “I'm sorry, my wife has been stressed lately. Being a full-time housewife, she has no idea what the world is like. Please don't hold her accountable for this.” He turned to Julia, “Can you forgive her for crashing your daughter's birthday? I'm sure she didn't mean to. I agree, she's mentally unstable.” Adele was left reeling from heartbreak after heartbreak. She had never imagined that one day both her husband and son would choose someone else over her. Tired of trying to mend a broken relationship, she calmly finalized the divorce and even gave up custody of her son, but would Ryan let her enjoy freedom and peace, just like that? Adele soon found out that divorcing a prominent CEO who has so much power and influence than she was made aware, was no joke. God on her side, she got into a marriage contract with a bigger monster. But this monster and his 7-year-old daughter worshipped the ground she walked on. Adele rose from ashes: a net worth of over a 100 billion, one of the most influential women in the country, and a happy wife and stepmother. And now, her ex-husband and son wants her back and would do anything! But come on, the ship has sailed! However, it seems there are secrets to unravel...

—¿Viniste en un crucero? —Sí. Mi padre es marino mercante y capitán de un crucero. El me dejó aquí y regresó a su labor de recorrer el mundo. Sólo puede regresar cada cierto año. Así que voy a necesitar hacer amistades lo más pronto. No me gusta andar sola, menos en una ciudad desconocida —¿Querrías, Bierny ser mi amigo? —¡Encantado! Princesa: Nalexa, un honor servirle de guía en tierra. Discord (GenX): #3396 Saga: (https://www.instagram.com/genx_conectados)

Drogada y engañada, dio a luz en medio de una tragedia: su hijo fue declarado falsamente muerto al nacer. Consumida por el dolor, desapareció… pero años después, regresó con su hija y un hijo adoptivo, impulsada por un deseo implacable de vengarse de quienes arruinaron su vida y la de su difunta madre. Pero el destino tenía preparado un giro impactante: su hijo está vivo… y su padre es un poderoso CEO.

Renací. Volví a los 18 años, justo antes del examen de admisión a la universidad. Era el año en el que Diego Alonso más me amaba, y también el último. Porque ya había conocido a su verdadero amor, Valeria Reyes, la mujer por la que se enamoraría de verdad. Por ella, fue capaz de todo, al punto de que me pidió ser su novia, solo para distraerme de mis estudios. Así que en lugar de la universidad de élite en la que hubiera podido entrar, terminé en una simplemente ordinaria. Hasta fingió un accidente para retenerme y que me perdiera el concurso; todo para que Valeria ganara esa medalla de oro. En otra ocasión, cuando Valeria perdió mucha sangre, él me manipuló para que donara una cantidad excesiva. Esto arruinó mi salud para siempre, dejándome con dificultades para quedar embarazada. Al final, Diego se vio forzado a casarse conmigo, pero pasaba los días sumido en la depresión, obsesionado con las fotos de su amor. El día que supo que Valeria se casaba, me abandonó sin piedad y se quitó la vida por amor. En esta vida, por fin estoy despierta. No volveré a amarlo. Solo quiero ser egoísta, y amar únicamente a mí misma. Entonces cuando Diego me preguntó con arrogancia: —Renata, ¿quieres ser mi novia? Yo, tranquilamente, negué con la cabeza. —No.