Share

Fui El Reemplazo De Mi Hermana
Fui El Reemplazo De Mi Hermana
Penulis: Shirley

Capítulo 1

Penulis: Shirley
Tras la muerte de mi hermana, firmé un contrato matrimonial de cinco años con su esposo, un hombre de la mafia, para saldar la deuda de sangre de mi familia en su lugar.

Le entregué cinco años de mi vida a la familia Falcone y lo único que obtuve fue un marido que solo me quería para calentar su cama y un niño que me veía como su enemiga. Ya era hora de dejarlos.

—¿Estás segura de que quieres dejar la familia?

La pregunta de Don Corrado resonó en su despacho privado; su voz autoritaria rebotaba contra las paredes revestidas de nogal.

—Todavía queda una semana de contrato.

Me quedé de pie ante el inmenso ventanal que iba del suelo al techo, contemplando el jardín de rosas rojas como la sangre que adornaba la finca Falcone. Mi voz sonó tranquila, sin emociones.

—Cinco años fueron suficientes, Don. Ya cumplí con mis obligaciones. No le debo nada a los Falcone.

Ese matrimonio había sido mi penitencia. El error fatal de mi padre había creado una deuda de sangre entre nuestras familias, una deuda que quedaría totalmente pagada tras estos cinco años de matrimonio. Durante ese tiempo, fui la esposa perfecta del subjefe y una madre capaz, dedicando mi vida a Horton y a su hijo sin recibir nada a cambio.

Pero, al menos, el contrato estaba por terminar. Por fin iba a ser libre. Antes de que el Don pudiera responder, un crujido seco resonó desde el jardín, seguido por el estruendo de un vidrio al romperse.

Los fragmentos del ventanal volaron hacia adentro y varios cristales me cortaron el brazo. Me llevé la mano a la herida mientras la sangre caliente se filtraba entre mis dedos. Me giré hacia el jardín. Luca estaba allí, parado con firmeza, aferrando un pequeño palo de golf.

Posaba como si fuera un hombrecito, pero sus facciones delicadas estaban distorsionadas por un odio que resultaba aterrador en un niño de su edad.

—¿Otra vez chillándole al abuelo? —gritó—. Supongo que no entendiste el mensaje la última vez. ¡Tal vez debería callarte de una vez por todas y mandarte al infierno para que acompañes a mi mamá!

Lo miré incrédula, mientras la humillante escena de mi fiesta de cumpleaños pasaba por mi mente como un relámpago.

Había sido mi cumpleaños número veinticinco. Desde que llegué a la finca Falcone, nunca había celebrado un cumpleaños propio.

En esa ocasión, había pedido discretamente un pastel pequeño para mí y hasta me había arreglado un poco. Sentí el cuello desnudo, así que tomé un collar del tocador sin pensarlo mucho, olvidando que era el que mi hermana más amaba.

Cuando Luca lo vio, enfureció. Caminó hasta el pastel de cumpleaños y apagó todas las velas de un soplido. Luego, arrancó varias rosas negras de un florero y las clavó en el pastel, una por una.

Había convertido mi cumpleaños en un funeral falso. Dio un paso atrás, admirando su “creación” con satisfacción.

—¿Crees que mereces que te celebren? Mi mamá seguiría aquí si no fuera por ti, ¡eres una maldición! —Dijo con odio—. Acuérdate de esto: de ahora en adelante, este no es tu cumpleaños. Es tu aniversario luctuoso.

Después, ante la mirada atónita de todos los miembros de la familia, agarró una botella de champán de la mesa y vació el líquido helado sobre mi cabeza, destruyendo la poca dignidad que me quedaba. Para sorpresa de todos, no lloré. Salí en silencio y me fui a mi pequeña recámara.

Me sentía extrañamente tranquila, tal vez porque ya no me quedaban esperanzas que pudieran romperme. Pero Luca me siguió; mi silencio solo lo hizo más descarado.

—¿Qué? ¿Ahora sí estás triste? Qué patética —insultó, imitando a la perfección el tono de un gánster experimentado—. ¡Cuando crezca y me quede con la familia, lo primero que haré será echarte para que te coman los tiburones!

No podía entender dónde había aprendido ese lenguaje tan vil el niño que yo había criado durante cinco años. En ese momento, ya no quise darle importancia. Realmente había tenido suficiente.

—No hará falta —le dije—. Me voy mañana.

Regresé al presente y fui al estudio para curarme la herida. Mientras me vendaba el brazo, escuché que algo se rompía en el piso de arriba. Un mal presentimiento me erizó la piel.

Corrí escaleras arriba y encontré la pluma fuente antigua que tanto atesoraba partida en dos; su tinta azul oscuro estaba salpicada como sangre sobre mi preciado manuscrito, devorando las palabras. Esa pluma era lo único que mi madre me había dejado.

Me arrodillé en el piso, juntando con cuidado los fragmentos de la pluma y las páginas arruinadas por la tinta.

No lloré cuando las mujeres de la familia me ignoraron y humillaron deliberadamente en las fiestas. No lloré cuando Horton solo recordaba que yo existía cuando quería usar mi cuerpo, tratándome como una sustituta barata de mi hermana, Seraphina.

Ni siquiera lloré cuando los jefes de la familia discutieron abiertamente qué hacer conmigo después de que expirara el contrato, hablando como si yo fuera un mueble viejo que podían tirar a la basura.

Pero ahora, al ver rota la pluma que me había dejado mi madre... Mi calma terminó.

Lágrimas desesperadas rodaron por mi cara. Esa pluma era el último recuerdo de la única persona en el mundo que me había amado.

Luca estaba de pie en la puerta, observando mi dolor como si fuera una obra de arte. Sonrió cruel y satisfecho.

—Duele, ¿verdad? ¿Que destruyan lo único que te importa? —dijo con malicia—. Esto es por mi mamá. Ahora voy a destruir todo lo que amas, una cosa a la vez. ¡Asesina!

En ese instante, perdí el control. Me levanté, lo agarré del brazo y lo jalé hasta ponerlo frente a mí.

—¡Recoge cada pedazo y arréglalo!

Seguro nunca me había visto tan fuera de sí, porque Luca se quedó paralizado. Pero antes de que pudiera hablar, una mano poderosa me agarró del cuello y me azotó contra la pared.

—¿Qué demonios te pasa? ¿Estás demente?

Los ojos de Horton estaban rojos mientras me fulminaba con la mirada, apretándome el mentón con fuerza.

—¿Te atreves a tocar al heredero de esta familia por una pluma rota y unos papeles viejos?

Me mantuvo presionada contra la pared, obligándome a mirar hacia arriba, al hombre que alguna vez pensé que me protegería. Para él, aquello era solo basura barata. Pero para mí, era la cosa más preciada del mundo.
Lanjutkan membaca buku ini secara gratis
Pindai kode untuk mengunduh Aplikasi

Bab terbaru

  • Fui El Reemplazo De Mi Hermana   Capítulo 12

    HORTON—Bip... bip... bip...El tono de ocupado me taladraba los oídos. Me quedé petrificado en el vasto y vacío pasillo de la finca Falcone, con la mano aún aferrada al celular.La pantalla se oscureció, reflejando mi cara demacrada. Sin rasurar, con los ojos hundidos, parecía un vicioso de la calle.Hace un momento, al otro lado de la línea, había escuchado algo más que el rechazo tajante de Christine. Había escuchado la risa de Julian Thorne, llena de desprecio por un perdedor como yo.—¡Maldito sea!Aventé el celular contra la pared con toda la fuerza que me quedaba.El aparato se hizo añicos. Me sujeté la cabeza y me deslicé por la pared hasta quedar de rodillas en el suelo. El alcohol me ardía en el estómago, pero no lograba calentar mi cuerpo tembloroso.Se acabó. Todo se había terminado. Cuando llegué a la librería, vi a Julian sosteniendo la puerta abierta.La luz del sol la iluminó cuando ella lo tomó del brazo; su sonrisa radiante tenía un brillo que jamás había visto en los

  • Fui El Reemplazo De Mi Hermana   Capítulo 11

    En la librería más grande de Manhattan, un inmenso cartel de mi nuevo libro colgaba en el centro del lugar.—Muchas felicidades, señorita Rossi, la primera edición de cien mil copias ya se agotó —dijo el gerente de la tienda, con la cara iluminada por una sonrisa radiante—. Sin lugar a dudas, este es el fenómeno literario del año.Firmé el último ejemplar, dejé la pluma sobre la mesa y me sobé la muñeca, que ya empezaba a dolerme.Cinco años atrás, jamás habría imaginado un momento de tal éxito, y mucho menos siendo la autora superventas Christine Rossi. Tenía que admitirlo: la sensación de tener el control de mi destino era embriagadora.Estaba a punto de levantarme para dar por terminado el día cuando una figura pequeña entró a tropezones, llamándome con timidez.—Christine...Levanté la mirada y mis movimientos se congelaron por un segundo.Luca, que ya tenía casi siete años, estaba más alto. Llevaba un trajecito formal y apretaba con fuerza una copia de mi libro contra su pecho.Pe

  • Fui El Reemplazo De Mi Hermana   Capítulo 10

    Luca se aferraba a la mano de su padre con la carita surcada por las lágrimas y los ojos tan hinchados que apenas podía abrirlos. El niño traía puesto un calcetín rojo y otro azul, y tenía el cabello tan revuelto que parecía no habérselo lavado en días. En cuanto me vio, se soltó bruscamente de la mano de Horton y corrió hacia mí, tropezándose.—¡Christine!Luca se abrazó a mi pierna con fuerza, aferrándose a mí como un niño maltratado que busca desesperadamente a su madre.—Christine... tengo hambre —me miró hacia arriba, con la cara llena de mocos y lágrimas—. Los sándwiches de Millie saben feo y papá hizo que la leche explotara... Quiero tu lasaña. La casa es un desastre y nadie me cuenta cuentos... ¿Por favor puedes regresar a casa?Su súplica estaba cargada de una dependencia y un remordimiento que jamás le había visto. Aquello me perturbó profundamente. En el pasado, solo corría hacia mí para patearme y llamarme bruja.Pero ahora, al verlo así, aunque sentí una punzada en el cora

  • Fui El Reemplazo De Mi Hermana   Capítulo 9

    Sus piernas le fallaron y cayó pesadamente de rodillas sobre la alfombra. Los últimos cinco años pasaron ante sus ojos como una película vertiginosa.La espalda de Christine mientras se movía por la cocina, una imagen que él siempre había despreciado. La curva suave de su mejilla mientras planchaba sus trajes tarde por la noche. La forma en que sus ojos se enrojecían mientras luchaba contra las lágrimas cuando Luca le lanzaba un juguete a la cabeza. Y esa noche, la sangre en su frente y la calma absoluta en su mirada cuando dijo: “Estamos a mano”.La había odiado durante cinco años. La humilló durante cinco años. Todo en nombre de vengar a Seraphina. En realidad, había estado torturando a la única persona que realmente lo amaba. La mujer que lo sostuvo en la oscuridad.—Destruiste a la única mujer que amaba a esta familia —dijo el Don, expresando la verdad—. Y ahora, ella nunca nos perdonará.Horton se puso de pie a trompicones y salió disparado por las puertas de la finca Falcone c

  • Fui El Reemplazo De Mi Hermana   Capítulo 8

    —¡Quítate de mi camino! ¡Es mi esposa!Horton gritó y se abalanzó hacia mi auto, pero dos guardaespaldas de trajes oscuros le cerraron el paso. Uno de ellos le torció el brazo con facilidad, inmovilizándolo contra el cofre del Rolls-Royce. El otro sacó discretamente un objeto metálico, pequeño y negro, y se lo presionó en la espalda baja.—Señor, cálmese, por favor —dijo el guardaespaldas con una voz educada, pero amenazante.Horton tenía la cara aplastada contra la pintura impecable del auto, con la mejilla deformada por la presión. Los invitados alrededor comenzaron a susurrar, mientras los flashes de las cámaras de sus celulares se disparaban como estrobos en una discoteca. Aunque mantuvieron a los reporteros a distancia, la imagen del subjefe de la familia Falcone sometido como un delincuente cualquiera, sin duda, acapararía los titulares de todo el país al día siguiente.La cara de Horton estaba roja de ira. La humillación pública lo hacía parecer un animal rabioso.—¡Christine!

  • Fui El Reemplazo De Mi Hermana   Capítulo 7

    Acepté sin dudarlo. La oportunidad de escribir de nuevo era lo único que deseaba. A partir de ese día, comenzó mi nueva vida.Empezaba a escribir a las cinco de la mañana. Mis dedos volaban sobre el teclado y las palabras brotaban de un manantial que creía seco.Cinco años en la familia Falcone me habían dado un conocimiento profundo del mundo de la mafia. Conocía sus reglas, sabía cómo el poder corrompía el alma y cómo el dinero la compraba y la vendía. Marco me enseñó a envolver esas verdades oscuras en historias irresistibles.—Escribir no es solo registrar hechos —me dijo—. Es elevar la verdad a la categoría de arte.Tres meses después, terminamos el primer borrador.Marco envió el manuscrito a un viejo amigo en el mundo editorial. En cuestión de una semana, cinco editoriales se enfrascaron en una guerra de ofertas.La semana en que el libro llegó a las librerías, debutó en el número uno de la lista de bestsellers del New York Times.Mis vestidos conservadores y sencillos fueron re

Bab Lainnya
Jelajahi dan baca novel bagus secara gratis
Akses gratis ke berbagai novel bagus di aplikasi GoodNovel. Unduh buku yang kamu suka dan baca di mana saja & kapan saja.
Baca buku gratis di Aplikasi
Pindai kode untuk membaca di Aplikasi
DMCA.com Protection Status