Share

La amante con VIH y el esposo que pagará caro
La amante con VIH y el esposo que pagará caro
Author: Gala Montero

Capítulo 1

Author: Gala Montero
Cuando volví a la vida, estaba desayunando con Roberto Larios, quien, con un gesto que antes habría considerado tierno, me pasó un huevo cocido ya pelado.

—Mari, ¿qué ibas a decir?

En mi vida anterior, justo un día como aquel, le había revelado que Sabrina Belmonte tenía VIH.

Sabrina había acudido a mí para su revisión prenatal y, al ver los resultados de sus análisis de sangre, descubrí que era seropositiva, es decir que era portadora de anticuerpos de VIH.

Ella ni siquiera sospechaba que un simple análisis de sangre pudiera detectar algo así. Y encima había tenido el descaro de decirme, con una sonrisita triunfal:

—¡Adivina de quién es el bebé que estoy esperando! Muy bien, ¡de tu esposo!

Un vacío se apoderó de mí.

Ella y Roberto... se habían acostado. Roberto me había traicionado, lo que quería decir que probablemente se hubiera contagiado.

Pensando en esto, en ese momento, el dolor pasó a segundo plano.

Lo primero que hice fue buscarlo para contarle y rogarle que fuera al hospital a hacerse pruebas y tomar antirretrovirales.

Sin embargo, él no me creyó ni una palabra. De hecho, volcó la mesa, lleno de furia, y, con la cara desencajada, me espetó:

—Marina, ¿cómo puedes ser tan maldita? Solo porque Sabrina y yo hemos sido más… cercanos últimamente, ¿ya vienes inventando que tiene VIH?

—Escúchame, esto es muy serio... —intenté explicarle.

Pero no alcancé a terminar la frase cuando me dio una fuerte cachetada.

—¡Yo soy quien mejor conoce a Sabrina! ¡Sé perfectamente si está enferma o no, así que deja de inventar cosas!

En aquel entonces, rompí mi juramento profesional solo para protegerlo, por su propio bien. Ni siquiera le había reclamado por su infidelidad. Mi única preocupación era su salud.

Y así me había tratado.

Pues esta vez, que se quedara en la ignorancia.

«¡Que disfrute con su adorada Sabrina!»

—No, nada —respondí, forzando una calma que no sentía—. Solo quería decirte que últimamente tengo mucho trabajo, así que no vendré a casa por un tiempo.

A esas alturas, era muy probable que Roberto ya estuviera infectado, por lo que, para mí, lo mejor era distanciarme cuanto antes.

—Claro, mi amor. Tú concéntrate en tu trabajo, tienes todo mi apoyo —repuso con una sonrisa.

Solo verlo me revolvía el estómago. Aun así, logré contener las náuseas y le devolví una sonrisa forzada.

—Muchas gracias, Roberto.

Sabrina había regresado al país ese mismo mes; eso quería decir el embarazo tendría unas dos semanas.

Mientras que mi bebé... Yo ya estaba embarazada desde antes de su regreso, y, desde que lo supe, no había vuelto a tener intimidad con él.

Calculando las fechas, era casi imposible que me hubiera contagiado.

De todas formas, para estar completamente segura, decidí ir al Hospital General a hacerme un análisis de sangre.

Cuando el resultado confirmó que todo estaba bien, respiré, aliviada.

En mi vida anterior, mi final había sido tan trágico…

Parecía que esta vez el destino, o quizás Dios, estaba de mi lado, y yo no pensaba desperdiciar esa nueva oportunidad.

¡Debía alejarme de ese miserable y a enfocarme en mi carrera!

Con esto en mente, alquilé un departamento cerca del Hospital General y compré todo nuevo, desde muebles hasta artículos personales.

¡No quería conservar nada de mi vida anterior!

Una vez instalada, en lugar de ir a trabajar, decidí pasar primero por la casa que compartía con Roberto. Recordaba perfectamente que esa mañana no había usado su coche para salir, lo que significaba que tendría la oportunidad de revisar la cámara del automóvil, y así encontrar pruebas de su infidelidad.

Continue to read this book for free
Scan code to download App

Latest chapter

  • La amante con VIH y el esposo que pagará caro   Capítulo 10

    Él me miraba con una ternura que me envolvía por completo.—Marina, eres la mujer de mi vida, no hay más. Y yo, Robert, voy a estar contigo siempre, pase lo que pase.Al volver en mí, lo observé.Antes, con solo verlo, un amor profundo me inundaba.Ahora, solo quedaba odio.—Roberto, ¿cómo te atreves a decirme algo así? Me traicionaste, ¡me mataste!, ¿y todavía sueñas con que me quede a tu lado? ¡Qué asco me das! ¡Eres un cínico de lo peor! ¡Lárgate de aquí, maldita sea!Grité, desahogando toda la furia que llevaba dentro.Mis palabras lo dejaron paralizado; sus ojos se enrojecieron al instante.Grandes lagrimones resbalaron por sus mejillas y se estrellaron contra el suelo.—Perdóname, en ese momento no pude controlarme... por eso te fui infiel. Estoy tan arrepentido, en serio, tan arrepentido. Si pudiera regresar unos meses atrás, te juro que no te habría traicionado.—No existe el "si hubiera". Roberto, todo esto te lo buscaste tú solito. Te lo mereces.Apenas terminé de hablar, una

  • La amante con VIH y el esposo que pagará caro   Capítulo 9

    Sentí una punzada de inquietud y me apresuré a volver a casa.Apenas abrí la puerta, vi a Sabrina.A la luz de un farol de la calle, distinguí que sostenía una jeringa llena de un líquido carmesí.—Marina, tú me empujaste a esto a propósito, ¿verdad?Su expresión era feroz.—Sabías que Roberto iba a despreciarme. Solo querías usarlo para vengarte de mí.Retrocedí un paso, aferrándome al picaporte, lista para huir.Pero ella adivinó mis intenciones.—Ni te muevas. Si corres, te clavo esta jeringa. Total, a mí ya no me importa morir.«Está completamente loca», pensé.En ese momento, los guardaespaldas ya se habían ido; no había nadie para protegerme.Le aventé la bolsa con todas mis fuerzas.Luego, abrí la puerta y salí corriendo.Corrí a toda velocidad mientras ella me perseguía como una desquiciada, incluso me lanzó la jeringa, pero por suerte logré esquivarla.Finalmente, llegué a una estación de policía cercana y denuncié lo ocurrido.Pero Sabrina ya había desaparecido; se había esco

  • La amante con VIH y el esposo que pagará caro   Capítulo 8

    —¿Tienes sida y no me dijiste nada? ¿Y todavía querías acostarte conmigo?Roberto estaba que echaba chispas.Se arrancó la ropa con furia y la tiró al suelo.Después, sacó un pañuelo y se frotó las manos desesperadamente, como queriendo limpiarse una mancha invisible.—Sabrina, te lo advierto, si me llega a pasar algo, ¡te juro que te mato!Estaba lívida.—¿No dijiste que estarías conmigo, aunque tuviera cáncer? Y ahora me tratas con este asco. ¡Qué hipócrita!—¿Y te lo creíste?Roberto dijo eso y amagó con irse.Pero Sabrina se aferró a su pierna.—¡No te vayas! ¡Hoy es nuestra boda!Él la apartó de una patada, con la voz cargada de ira.—¡Déjame en paz, enferma!La escena me trajo de golpe el recuerdo de mi vida pasada.A mí también me había apartado de esa manera brutal.De la pierna de Sabrina comenzó a brotar sangre, un rojo intenso que manchaba la blancura inmaculada de su vestido de novia.Roberto, aterrado, dio media vuelta y echó a correr.Al bajar precipitadamente del estrado

  • La amante con VIH y el esposo que pagará caro   Capítulo 7

    Al final, todos ellos enfrentaron las consecuencias legales.Pero Roberto se libró.Apreté los puños, obligándome a tragar mi rabia.No importaba. Tenía otros ases bajo la manga para meterlo en la cárcel.***Esa noche, Roberto volvió a buscarme.Tocó a la puerta, pero esta vez no abrí.Se rio con ironía desde el otro lado:—Marina, el dinero lo puede todo. Hoy, todos ellos se vendieron para no delatarme.—Jaja, ¿de verdad crees que puedes conmigo?—Aunque fuiste lista, ¿eh? Anticipaste mi jugada.—A ver si tienes tanta suerte la próxima vez.Pasó un buen tiempo desde que se fue sin que intentara tenderme otra trampa.Sabía que estaba planeando algo grande para perjudicarme.Contraté varios guardaespaldas para mi protección.Mientras tanto, me enfoqué en mi trabajo en el hospital, pues se acercaba la época de ascensos.No solo buscaba venganza; también quería seguir adelante con mi carrera.Un día, Sabrina vino a verme.Se acariciaba el vientre, ya muy abultado.—Robert y yo nos vamos

  • La amante con VIH y el esposo que pagará caro   Capítulo 6

    —La policía sigue revisando las grabaciones —dijo alguien—. En cuanto terminen, todo saldrá a la luz.—¡Usted mató a mi esposo! ¿Qué más tiene que decir en su defensa?Una mujer se abalanzó sobre mí y me dio un puñetazo con todas sus fuerzas.Su hija, a un lado, ni siquiera se atrevía a levantar la cara para mirarme.Cuando la mujer intentó golpearme otra vez, la policía la detuvo.Nos llevaron a todos a la delegación para aclarar los hechos.***En el sanitario, me topé con la hija del paciente; se estaba lavando las manos.No aparentaba mucha edad, seguramente acababa de entrar a la universidad.—Linda, acabas de entrar a la universidad, ¿no?Ella asintió con timidez.—Entré a Medicina. Quiero ser doctora, ser tan buena como usted.—Seguro que lo logras.Le dije con suavidad.—Yo podría ayudarte con tus estudios.—Pero necesito que cuentes la verdad sobre lo que le pasó a tu papá.—¿Él le contó?Levantó la vista hacia mí, incrédula.La última vez que visité a su padre, noté que ella,

  • La amante con VIH y el esposo que pagará caro   Capítulo 5

    —Pero, ¿por qué lo hiciste?Me tomó la mano con una fuerza desmedida, casi con desesperación.—Ya tienes un hijo.Me solté de su agarre con un tirón brusco.—Roberto, ¿no que “adorabas” a Sabrina? Pues ahora les hago el favor de quitármeles de en medio, ¿o no te parece una gran idea?En la vida pasada, él mismo me lo dijo: yo era el obstáculo que le impedía estar con Sabrina.Esta vez, simplemente les concedería su deseo.—Marina, te vas a arrepentir si me dejas. Te lo aseguro.Su cara era una máscara de furia. Salió dando un portazo estruendoso.Yo no me arrepentiría. Ni por un segundo.El que se iba a arrepentir era él.Después de todo, el sida le daba pánico.***En cuanto mi cuerpo se recuperó lo suficiente, hice una visita a Consorcio Dínamo, la empresa de Roberto.Sabía que él no estaría allí ese día.Vi que había subido fotos a sus historias de Instagram con Sabrina; estaban escogiendo los detalles para su sesión de fotos de boda.Y de pie de foto: [Mi cielo, qué hermosa te ves]

More Chapters
Explore and read good novels for free
Free access to a vast number of good novels on GoodNovel app. Download the books you like and read anywhere & anytime.
Read books for free on the app
SCAN CODE TO READ ON APP
DMCA.com Protection Status