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Capítulo 7
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La boda que nunca fue mía Capítulo 8
—Mamá, soy tu hijo de sangre.Hugo se levantó de inmediato para echarlo.—¡Vete! ¡Vete! ¡No tenemos un hijo como tú!Al oír estas palabras, Ezequiel finalmente dirigió una mirada suplicante hacia mí.—Celia, lo siento, de verdad no sabía la verdad.—Ahora quiero casarme contigo, podemos ir a registrar el matrimonio mañana y puedes elegir dónde celebrarla.—Tranquila, mantendré la distancia con Anabel.Lo miré con sarcasmo y dije con frialdad:—Ezequiel, ¿pierdas la dignidad ya?—Hace mucho que rompimos, ¿tiene sentido que sigas molestando?—Déjame ir, búscate la vida.Ezequiel me miró atónito, incapaz de creer que esas palabras salieran de mi boca.No, tenía que ser falso. Solo estaba enfadada.Inmediatamente me miró con esperanza y suplicó:—Celia, estás enfadada, ¿verdad?—Tienes que estarlo. Tú me quieres mucho, ¿cómo podrías abandonarme?Al final, las lágrimas brotaron de sus ojos.Hugo no pudo soportarlo más y llamó a la guardia para que echara a él.De pie en la entrada, tiró to
La boda que nunca fue mía Capítulo 7
Ezequiel se acercó directamente a mí y se arrodilló.—Celia, lo siento, de verdad no lo sabía.No le hice caso, solo salí con mis cosas.Después de que yo saliera, los padres de él, ignorando las disculpas de su hijo, salieron detrás de mí.A partir de ese día, todo lo relacionado con Ezequiel y yo fue eliminado de Internet.La reputación de Ezequiel cambió radicalmente.Pasó de ser un hombre sincero a ser un canalla despreciable.Incluso cuando salía a comprar, los comerciantes se negaban a atenderle.La gente, llena de odio, lo insultaba allá donde fuera.En cuanto a Anabel, aunque estaba en prisión, muchos empezaron a investigar su pasado.Y lo que descubrieron fue impactante.Su salida al extranjero no fue para estudiar.Usó a Ezequiel para seducir al presidente de una empresa poderosa.Quedó embarazada mediante métodos bajos, y cuando intentó suplantar a la esposa legítima, el presidente la hizo abortar por la fuerza y la amenazó hasta que huyó.Solo se a
La boda que nunca fue mía Capítulo 6
Antes del juicio, Ezequiel ya había montado el ridículo de enviarme un mensaje, suplicándome que le diera otra oportunidad."Celia, ya sé todo. Fue porque tú atacaste primero que Anabel se defendió. Me sorprende que no reflexiones y aún tengas el valor de denunciar. Te advierto, admite públicamente lo que hiciste ahora mismo, o cuando comience el juicio, no te dejaré pasar."No respondí. Discutir con un necio es la mejor manera de volverse uno.Simplemente lo bloqueé y eliminé.Con el apoyo masivo del Internet, Anabel y Ezequiel estaban tan seguros de que ganarían el caso.El día del juicio, presenté un video ante el juez.Debido a la gran atención pública, y con el consentimiento previo de ambas partes, el tribunal transmitió el juicio en vivo.Para garantizar la imparcialidad, todas las pruebas se mostraron directamente.Así que tan pronto como el video fue entregado al juez, lo mostró frente a todos.Primero fui golpeada en la cabeza con una urna de cenizas, luego, forzad
La boda que nunca fue mía Capítulo 5
Al oír esto, los ojos de Ezequiel se enrojecieron al instante. Sus piernas flaquearon y cayó de rodillas en el suelo. Tembloroso, intentó arrastrarse hacia la habitación del hospital.—No... no puede ser...—Celia no puede estar tan mal… lo siento… Celia...Yolanda le dio una bofetada fulminante en el rostro, gritando furiosa:—¡Desgraciado! ¿De qué sirve arrepentirte ahora?—¿Dónde estabas antes?—Mi pobre Celia, ¡qué destino tan cruel!Ezequiel quiso explicarse, pero se dio cuenta de que no podía decir nada.Y Anabel tiraba de su brazo, llorando con los ojos hinchados:—Eze, ¡sálvame! No quiero ir a la comisaría.—Eze...El cariño de la infancia y los cuatro años de mimé tras su regreso le dieron la seguridad de que, hiciera lo que hiciera, Ezequiel la sacaría del problema.Por eso creyó que esta vez solo era un aborto y la pérdida de un útero.Nada grave.Incluso ahora, sus ojos reflejaban arrogancia. Estaba segura de que con solo una palabra de él, abandonaría la de
La boda que nunca fue mía Capítulo 4
Ezequiel estaba trabajando.Su celular sonó una y otra vez antes de que, con aire de suficiencia, lo descolgara.Al ver que la llamada era mía, su tono se tiñó de un desdén:—Pensé que aguantarías más esta vez, pero no ha pasado ni un día y ya no puedes resistirlo.—Pero, cosidero nuestro pasado, puedo darte una oportunidad.Acto seguido, dictó sin piedad:—Celia, en agradecimiento por salvarme la vida, puedo perdonarte esta vez. Pero no sueñes con compararte con Anabel, te lo digo, ¡no eres digna!Apenas terminó de hablar, la expresión ansiosa de la enfermera al otro lado de la línea se transformó en fastidio y le espetó directamente:—Aló, Sr. Juárez, la Srta. Celia González tiene registrado su número como contacto de emergencia. Está siendo reanimada en el hospital. ¿Podría venir?Ezequiel soltó una risa fría, se reclinó en su silla y respondió con indiferencia:—¿Cuánto te pagó Celia para que actúes?—¿Reanimación? Qué ridículo. Dile que la próxima vez use un truco nuevo si quiere
La boda que nunca fue mía Capítulo 3
Hubo un tiempo en que él se arrodilló ante mí sosteniendo un anillo, con los ojos llenos de ternura, y dijo:—Celia, te trataré bien toda la vida.En ese momento, acepté el anillo llena de alegría y durante todos estos años juntos, lo había considerado un tesoro, sin quitármelo nunca.Pero incluso así, Ezequiel no creyó mis palabras.Solo miró mi espalda y dijo con sarcasmo:—Es porque descubriste que estás embarazada de mí y quieres usarlo para amenazarme y alejarme de Anabel, ¿no?—Te digo que incluso si son gemelos en tu vientre, en mis ojos no son más importantes que ella.No dije nada, solo bajé las escaleras.En mi vida anterior, fue después de saber que yo tenía tres meses de embarazo que me encerró en el sótano, haciendo cada día de mi vida peor que la muerte.Cuando por fin llegó el día del parto, tuve una hemorgencia masiva en el hospital.Él, sin dudarlo, le dijo al doctor que priorizara al bebé, abandonando mi vida, y llamó a mi hija, al que di a luz arriesgando mi vid
