Capítulo 5

Le sostuve la mirada con total indiferencia.

Era Isabella, la madre de Grey. Siempre había mostrado debilidad por Scarlett, pero conmigo nunca tuvo demasiada amabilidad.

Sabía bien todas las humillaciones que me había tragado, pero nunca dijo una sola palabra en mi defensa.

Antes la respetaba solo por ser mayor, pero ya no tenía ganas de seguir ignorando lo evidente.

Me di vuelta para irme, pero ella me sujetó del brazo con una expresión severa, casi feroz.

—No vengas con tus dramas —dijo, soltando las palabras con un desprecio notorio—. ¿En serio estás pensando en divorciarte de mi hijo?

—¿Y qué otra opción me queda? —respondí—. Si ya casi se van juntos a la cama, ¿debo seguir haciéndome la ciega y sonreír mientras los felicito?

Isabella se quedó callada, sorprendida por mi respuesta directa.

Solté su mano y, con calma, añadí:

—Entre tu hijo y yo, esto ya terminó.

La expresión de Isabella se puso rígida de golpe. El enfado le bullía por dentro, y empezó a echarme pestes sin filtro.

—¡Eres una resentida! —dijo, con un aire de desprecio total—. Scarlett fue mi nuera, ¿sabes? Grey, como hermano mayor, está obligado a cuidar de su cuñada. ¿Qué tiene de malo eso, dime? ¿Por qué te empeñas en retorcerlo todo y ponerle etiquetas asquerosas?

Me señaló con desdén.

—Se nota a leguas que vienes de una familia sin clase. No tienes educación, no sabes lo que es el respeto, ni la comprensión, ni nada.

—Tienes el corazón negro. El mismo día de tu boda vienes a hablar de divorcio, solo para hacer quedar mal a nuestra familia.

—¡Reconoce tu error y punto! No voy a permitir que ensucies el nombre de Grey ni el de Scarlett. Si te quieres divorciar, será después de que pase el escándalo, no ahorita mismo.

Fruncí el ceño y respondí con firmeza:

—No voy a pedir perdón. Y sí, me voy a divorciar. Si hace falta, lo arreglamos en los tribunales.

Ella soltó una carcajada cargada de burla.

—Por favor... —bufó—. Solo eres una de esas de barrio, ¿con qué dinero nos vas a demandar?

Cada palabra salía cargada de desprecio.

—Alguien como tú solo llegó a casarse con mi hijo por pura suerte. Dudo mucho que tus padres estén de acuerdo con que lo dejes así, de la nada.

Cuando mencionó a mis padres, fue un golpe seco: sentí cómo se me llenaban los ojos, listos para desbordarse.

Mis padres nunca estuvieron de acuerdo con que me casara con Grey. Al final cedieron porque insistí tanto.

Para que no me faltara nada, me dieron una buena cantidad de dinero como regalo de bodas.

Temía que alguien se fuera a poner celoso, así que vendí casi todo en silencio y guardé el dinero, sin decírselo a nadie.

Cuando se enteraran de que quería divorciarme, claro que se enfadarían... pero en el fondo, sabía que me apoyarían.

No tenía ganas de seguir explicándole mi vida a alguien tan cerrada, así que la ignoré y me dispuse a salir.

Pero no me dejó. Se adelantó de nuevo y me bloqueó el paso.

—Keisha, no me hagas usar la fuerza contigo.

La miré, fría, levantando una ceja.

—¿Qué pasa? ¿Ahora todos quieren golpearme?

Su expresión se endureció aún más y, con un gesto, hizo señas a los sirvientes para que me sujetaran.

No podía contra tres personas. En segundos, me tenían inmovilizada.

Isabella se acercó, levantando la mano, llena de rabia.

—Hoy te voy a enseñar lo que significa ser una nuera agradecida —dijo con desdén.

La bofetada ya estaba en el aire cuando, desde la puerta, se escuchó una voz furiosa:

—¡Alto ahí! Si te atreves a tocarla, te arranco la mano.

La mano de Isabella se detuvo en el aire. Retrocedió instintivamente unos pasos.

Varios guardaespaldas entraron de prisa, apartaron a los sirvientes y se pusieron alrededor de mí, protegiéndome.

Cuando vi quién había llegado, no pude evitar soltar una sonrisa cansada.

Mi hermano mayor, Nelson, se acercó rápidamente, con el rostro lleno de preocupación. Me recorrió con la mirada de arriba abajo y, al ver la herida en mi frente, su expresión se oscureció al instante.

Con la voz cargada de furia, gritó a todos:

—¿Quién demonios se cree con derecho a ponerle una mano encima a mi hermana?