Share

Capítulo 3

Author: Luna Roja
Respiré hondo, luchando para contener las lágrimas.

Así que hasta él pensaba eso de mí.

Alcé la vista y lo fulminé con la mirada.

—De seguro llevas pensando eso desde hace mucho, ¿no? ¡Si no, por qué habrías subido al escenario de la mano de Tania para dar el discurso de agradecimiento!

Rodrigo golpeó la mesa con fuerza y se puso de pie, gritándome furioso.

—¿Cuándo vas a parar con tus tonterías? Ya te dije que solo somos compañeros de trabajo. Me ha ayudado muchísimo, ¿qué tiene de malo que subiera conmigo? ¡¿O qué, crees que todo el mundo se conforma como tú con un sueldo miserable y sin ninguna ambición?! ¡Dime para qué sirves, además de sirvienta!

—¡Pum!

Le aventé el plato de sopa que estaba en la mesa a la cabeza. El caldo tibio escurrió por su cabello hasta el suelo, dejando un desastre pegajoso.

Risa, furia y burla, definieron su rostro mientras se quitaba lentamente el tazón de la cabeza.

—Bien. Quédate sola si tanto te gusta. ¡Nunca debí haber vuelto!

Dicho esto, tomó su saco y se fue sin mirar atrás.

El silencio se apoderó de la sala. Mis ojos se posaron en un libro sobre la mesa. Lo abrí lentamente y, pedazo por pedazo, arranqué la primera página, donde estaba la dedicatoria.

Hice la hoja una bola, la arrojé con rabia al bote de basura y subí a la habitación para empezar a empacar. Iba a irme.

Habíamos compartido techo por cinco años; cada rincón de ese cuarto guardaba un recuerdo nuestro. Apenas había llenado la mitad de mi maleta cuando vi que Rodrigo había vuelto. Arrastraba dos maletas.

Mi vista subió de las maletas a la persona que las acompañaba: era Tania, con la cara bañada en lágrimas y una actitud desvalida.

—Lo siento mucho... Es que en serio no tengo a dónde ir...

No quedaba ni rastro de la arrogancia con la que me había escrito mensajes antes.

Me puse de pie lentamente y pregunté con una calma que no sentía.

—¿Piensas quedarte aquí?

Rodrigo se interpuso, protegiendo a Tania con su cuerpo.

—No te hagas ideas raras. La traje porque no tiene dinero para pagar una renta. Además, le da miedo la oscuridad y no puede dormir sola, así que... pues se va a quedar a dormir conmigo.

No pude evitar reírme con sarcasmo.

—¿O sea que van a dormir juntos en la misma cama?

Como si yo no existiera en esa misma casa. A Tania se le abrieron los ojos como platos.

—¡Te juro que no tengo otras intenciones con Rodrigo!

Frente a mí, le tomó la mano para calmarla y luego me clavó la mirada como si fuera una desconocida.

—Si tienes algún problema, es conmigo. Deja de actuar como una loca.

De cualquier manera, ya me iba. Perdí las ganas de discutir. Asentí, tomé mis cosas y empecé a caminar hacia la salida.

—Espera.

Me detuvo, sujetándome de la muñeca. Su vista se fijó en la caja con mis pertenencias.

—Deja la lámpara de noche.

Rodrigo sabía que no puedo dormir sin algo de luz, y esa pequeña lámpara la había hecho yo misma. Se paró frente a mí, bloqueándome el paso.

—¿Cuánto quieres por ella? Tania no puede dormir si no hay luz.

Miré la mano que me sujetaba y me solté con un movimiento suave. Pensando que me negaba, empezó a regañarme, pero se calló en cuanto saqué la lámpara de la caja.

Si tantas ganas tenían de quedarse con sus porquerías, por mí estaba bien. Se quedó pasmado un instante, pero enseguida le puso la lámpara a Tania en las manos.

—Ves qué fácil. Si hubieras sido así de razonable desde el principio, nos habríamos ahorrado todo este teatro.

Luego, rodeó la cintura de Tania con el brazo y entró con ella en la recámara, sin voltear a verme. Yo, por mi parte, tomé mi maleta y volví a la que había sido mi casa antes de estar con él.
Patuloy na basahin ang aklat na ito nang libre
I-scan ang code upang i-download ang App

Pinakabagong kabanata

  • No Era tu Socia, Era tu Dueña   Capítulo 9

    Esa noche Eric bebió mucho y tenía la cara sonrojada. No hicimos nada más, solo me abrazó con fuerza contra la cama mientras susurraba algo.—Estoy tan feliz... Por fin estamos juntos.De pronto caí en la cuenta de que él y yo compartíamos un pasado que yo no recordaba. Un pasado que se encontraba en esos tres años de memoria que había perdido.No pude evitarlo, lo empujé un poco para preguntarle.—Dime, ¿de dónde nos conocemos?Eric se tensó. Se incorporó para mirarme.—¿Ya recordaste?—No. Necesito que me cuentes. Tal vez así pueda recordar.Las comisuras de sus labios cayeron con decepción. Se dejó caer a mi lado y, mientras me abrazaba, comenzó a contarme todo lo que yo había olvidado.Me contó que habíamos sido compañeros en la universidad, ocho años atrás. Como nuestros padres querían que fuéramos más independientes, terminamos compartiendo un departamento. Durante ese tiempo, aprendimos a cuidarnos el uno al otro, a cocinar y a limpiar la casa juntos.Poco a poco, él fue asumien

  • No Era tu Socia, Era tu Dueña   Capítulo 8

    Lloviznaba tras la ventana de la cafetería. Mientras discutía los detalles de un contrato con mi cliente, reconocí una silueta familiar.Rodrigo estaba aferrado al celular, discutiendo con ansiedad con la persona al otro lado de la línea.—Juez Lima, sobre mi caso...Su voz se cortó y palideció al instante.—Sí, entiendo que es la familia Vidal la que no lo permite... pero yo...Mi cliente siguió mi mirada y se rio.—¿Ese no es el licenciado Córdoba? Me contaron que últimamente no consigue ni un caso.—Ah, ¿sí?Bajé la vista y seguí revisando mis documentos.—Qué buena noticia.De pronto, mi cliente recordó la alianza matrimonial entre la familia Vidal y la mía, y sintió un escalofrío.Los negocios de los Vidal no tenían nada que ver con el mundo legal.Pero los de mi familia sí. Incluso sabía que yo había salido con Rodrigo, aunque desconocía por qué habíamos terminado. Hasta ese momento, él había asumido que mi matrimonio era solo un acuerdo de negocios.Ahora, todo parecía indicar q

  • No Era tu Socia, Era tu Dueña   Capítulo 7

    Eric no volvió a decir nada después de eso.Cambiamos de tema y empezamos a hablar de otras cosas.Me preguntó por qué me había gustado Rodrigo y por qué me había empeñado tanto en ayudarlo a ser socio en su despacho.Su pregunta me hizo dejar los cubiertos sobre el plato y ponerme a recordar el pasado.—Fue amor a primera vista. Fui yo la que se enamoró primero.No pude evitar sonreír al recordarlo.—Cuando lo conocí, acababa de entrar como pasante al despacho. Se mataba trabajando hasta la madrugada todos los días. Me partía el corazón verlo así, así que conseguí un trabajo de asistente legal en el mismo lugar, solo para poder estar cerca y cuidarlo.Eric se sirvió un poco más de comida. Seguí hablando.—Una vez se desató un aguacero y se enfermó, tenía fiebre y se puso mal. Fui a su departamento a cuidarlo y me encontré con un pastelito echado a perder sobre la mesa. Resulta que se había acordado de que era mi cumpleaños y se gastó lo último que le quedaba de dinero para comprármelo

  • No Era tu Socia, Era tu Dueña   Capítulo 6

    Me preocupaba que su comportamiento afectara la imagen de la empresa, así que bajé deprisa.Rodrigo discutía acaloradamente con el guardia de la entrada, con la cara enrojecida y sin aliento. Sus ojos se iluminaron en cuanto me vio.—¡Ximena! ¡Déjame pasar! ¡Ya les dije que conozco a alguien que trabaja aquí!El guardia me miró, incómodo. Le hice un gesto con la mano para que dejara pasar a Rodrigo. Prefería aclarar las cosas de una vez, en lugar de que siguiera viniendo a molestarme.Él carraspeó, se acercó a mí con pasos rápidos y observó el lugar.—¿Así que trabajas aquí?Me reí suavemente.—Sí, el edificio es mío.Luego empezó a hacerme una serie de preguntas. No tenía paciencia para su plática, así que lo interrumpí sin rodeos.—¿Qué es lo que quieres?Rodrigo me clavó la mirada.—¿En serio te comprometiste?Levanté la mano para mostrarle el anillo de compromiso de diamantes.—No creíste en la foto, ¿pero qué me dices de esto?Me tomó la mano bruscamente, intentando quitarme el an

  • No Era tu Socia, Era tu Dueña   Capítulo 5

    —¿Así que tú eras la inversionista?A Rodrigo se le aflojó la mano de golpe y el celular se le resbaló, cayendo al suelo.—¿Entonces todas mis conexiones y mis recursos los conseguí gracias a ti? ¡No puede ser! Si tú te la pasas archivando papeles, ¡no sabes nada de esto!Dicho esto, se abalanzó sobre mí para quitarme el celular. Dejé que lo tomara para que lo revisara. El registro de llamadas de mi celular era idéntico al que él tenía.—¡Esto es un truco!Observé cómo le daba vueltas a mi celular sin parar, marcando una y otra vez el número que mi asistente le había dado.Finalmente, pareció asimilar que yo era quien lo había estado apoyando en secreto todo este tiempo. Toda su arrogancia se desvaneció en un segundo. Se quedó parado frente a mí, cabizbajo.Antes de que pudiera encontrar las palabras, yo ya estaba juntando mis cosas.—Para que quede claro: lo nuestro se acabó.—¡No!Rodrigo me sujetó la mano con fuerza.—¡No voy a dejarte! ¡No me importa si eres la inversionista o no,

  • No Era tu Socia, Era tu Dueña   Capítulo 4

    A la mañana siguiente, fui al despacho para recoger mis cosas y, de paso, presentar mi renuncia.Cuando dejaba mi carta de renuncia sobre el escritorio de uno de los socios, me encontré con Rodrigo. Me la arrebató de las manos.—Primero te vas de la casa y ahora esto. Ximena, ¿cuándo vas a parar con tu drama?Dicho esto, la hizo pedazos frente a mí.—Ven a ayudarme a organizar los expedientes.Lo ignoré, saqué otra copia de mi bolso y la puse de nuevo sobre el escritorio. En ese momento, Tania entró corriendo, desesperada.—¡Tenemos un problema serio! ¡Se filtró la información del cliente de tu caso! ¡Ahora todo el mundo sabe que el cliente está en algo ilegal y que tú lo ayudaste con una demanda falsa! ¿Qué vamos a hacer?Rodrigo se quedó paralizado. Luego, se abalanzó sobre mí, me sujetó con fuerza de la muñeca y me gritó.—¡Así que por eso querías renunciar! ¡Fuiste tú la que filtró la información! ¿Tienes idea de lo importante que es este cliente para mí?Ah, con que era un caso to

Higit pang Kabanata
Galugarin at basahin ang magagandang nobela
Libreng basahin ang magagandang nobela sa GoodNovel app. I-download ang mga librong gusto mo at basahin kahit saan at anumang oras.
Libreng basahin ang mga aklat sa app
I-scan ang code para mabasa sa App
DMCA.com Protection Status