INICIAR SESIÓN
Un año después.La que alguna vez fue la gloriosa mansión de la familia Rocci ahora yacía desolada; la inmensa propiedad solo tenía a Marco y Jane, a quienes no les quedaba nada más que el uno al otro.Tras perder su posición en la familia, su nueva vida no se parecía en nada a la que conocían. Atrás habían quedado las decenas de sirvientes, las interminables reuniones sociales y el poder para controlar los bajos fondos de la ciudad.Todos los días, Marco se sentaba en el antiguo cuarto de Eleanor, el espacio que había sido un santuario para Bianca, pero que ahora, con mucho esfuerzo, habían restaurado para su hija. Aunque quedaban pocas pertenencias de Eleanor, intentaban desesperadamente reconstruir los fragmentos de la vida de su hija.Jane pulía la caja de música cubierta de polvo hasta dejarla reluciente. En el silencio de la noche, la abría para escuchar su melodía sencilla y melancólica, imaginando a una joven Eleanor practicando piano en ese mismo cuarto.—Si tan solo le hubiér
—¡No! ¡Ya no aguanto!Al atardecer del quinto día, Bianca se quebró.Se zafó de sus guardias y se puso de pie sobre las rocas, con la mirada encendida por un odio demencial.—¿Creen que torturarme va a revivir a Eleanor?—¿Y quién era ella? ¡Solo era una inútil!De nada le sirvió suplicar. Ahora, se vengaría.***Una semana después, en la sala de vigilancia, Tony, el técnico, entró corriendo a la oficina de Marco.—¡Jefe, interceptamos algo muy importante!Puso una grabación y la voz de Bianca se escuchó con toda claridad:—Señor Colombo, puedo darle las rutas comerciales de la familia Frost. A cambio, necesito que me proteja y me dé suficiente dinero para irme de aquí.Marco palideció. Y pensar que él, el Consigliere, había criado a una traidora bajo su propio techo.La grabación continuó:—Draven tiene un negocio de armas en el Muelle 5 mañana en la noche. La hora exacta es a las once de la noche. El comprador es la mafia irlandesa de Boston. El negocio es de cinco millones.Marco ap
La noticia de la traición y caída en desgracia de Bianca corrió como pólvora por el mundo de la mafia.Al mismo tiempo, casi todas las Familias se enteraron de que había perdido su lugar en la familia Rocci.A su padre adoptivo, el Consigliere Marco; a su madre, Jane; y a su prometido, el Capo Draven, ya les daba igual si vivía o moría.Durante su reinado en la alta sociedad, Eleanor no había sido la única a la que había maltratado.Ahora, las mismas herederas a las que antes había pisoteado se aliaron en su contra.Incluso sus supuestas mejores amigas, desesperadas por salvar el pellejo, se unieron a la jauría que la cazaba.En menos de una semana, Bianca estaba destrozada. Quedó aislada en el ambiente social de la mafia.Nadie quería saber nada de una traidora que había perdido la protección de su familia.Tras días de una lucha desesperada, se detuvo. Comprendió que su único camino para sobrevivir era recuperar la confianza de la familia.***Tres días después, abrieron la puerta de
Tres días después de que Eleanor recibiera sepultura. Para Bianca, esos tres días transcurrieron como cualquier otro.Al volver de una fiesta, vio a Marco, Jane y Draven sentados en la sala y se echó en sus brazos con un puchero ensayado, tal como solía hacer.—¡Mamá, papá, Draven, la fiesta de hoy fue todo un éxito!Sostenía varias bolsas de marcas de lujo y lucía una sonrisa triunfal.—Hice contacto con las hijas de otras tres familias importantes. Todas están muy interesadas en nuestros negocios. Sobre todo la princesita de la familia Santini, ¡dijo que quiere colaborar con nosotros!Hizo una pausa a propósito y luego añadió, como si fuera una ocurrencia de último momento:—Y mi hermanita, ¿ha vuelto a dejar en ridículo a la familia? Tengo días sin verla. No se habrá fugado con cualquier muerto de hambre, ¿o sí?Apenas había pronunciado esas palabras cuando Marco le dio una cachetada que le volteó la cara. La cachetada resonó en la lujosa sala y Bianca retrocedió, tambaleándose.Ató
Al principio, Marco pensó que era una de esas llamadas de publicidad. Pero tras escuchar unos segundos, la puso en altavoz.—¿Señorita Eleanor? Le llamo para saber si todavía necesita el paquete de cremación básico que apartó. Si nos deja un anticipo del 5 %, se lo podemos seguir guardando. ¿Señorita Eleanor? ¿Señorita Eleanor?Al escuchar las palabras “paquete de cremación básico”, Draven se cubrió los ojos con las manos, destrozado.—Entonces era verdad lo que escuché ese día. El día que Eleanor fue a la iglesia para cortar lazos con nosotros, ya estaba contactando a una funeraria. Nos equivocamos. ¡Todos estos años estuvimos terriblemente equivocados! Eleanor no tenía ni para pagarse un final digno… y todo porque no tenía dinero…Se derrumbó y se echó a llorar sin poder contenerse. Solo en ese momento la familia comprendió que Eleanor no tenía ni para un funeral decente.Marco le arrebató el celular, gritando furioso.—¿Qué demonios es eso del paquete básico? ¡Mi hija tendrá el mejo
A Antonio no le sorprendió que Draven y los demás irrumpieran en su tienda acompañados de sus hombres. Desesperada, Jane se abalanzó sobre Antonio y lo sujetó de la camisa.—¿Dónde está mi hija? ¡Devuélvemela!Marco apartó a Jane y dio un paso al frente.—Viejo, ¿dónde está Eleanor? Soy su padre. Necesito verla.Antonio los miró con una dureza indiferente, sin siquiera dignarse a responder. Se limitó a guiarlos hacia la silenciosa trastienda. Fue abriendo una puerta tras otra.La habitación estaba en calma, con unas cuantas velas parpadeando en un rincón. Cuando la última puerta se abrió y reveló un cuerpo cubierto por una sábana blanca, Marco y Jane se quedaron paralizados.—¡¿Qué es esto?! ¡¿Qué significa todo esto?! ¿Nos trajiste a una morgue? ¡¿Te estás burlando de nosotros?!Draven avanzó furioso y arrancó la sábana de un tirón.En el instante en que vio aquella cara familiar, el Capo, un tipo que jamás titubeaba en medio de una guerra callejera, retrocedió tambaleándose, con los