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Capítulo 7
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Ya no necesité tu boda Capítulo 8
Acababa de llegar al edificio de la empresa cuando noté una gran multitud bulliciosa reunida afuera.Un nuevo compañero me dijo emocionado:—¡Alguien está pidiendo matrimonio!—¿Pidiendo matrimonio?Cuando la multitud se abrió ligeramente, vi a Luis parado en el centro.Llevaba el traje a medida hecho originalmente para nuestra boda, su cabello perfectamente peinado, sosteniendo un ramo de rosas.Instintivamente, intenté irme.Pero fui demasiado lenta, Luis me vio e inmediatamente y se abrió paso entre la multitud hacia mí.—Martina, estoy aquí para recuperarte.En dos zancadas, bloqueó mi camino, ignorando completamente mi expresión de disgusto mientras continuaba:—Sé que te lastimé antes. He reflexionado sobre mis acciones. Quiero cortejarte de nuevo. Si ya no me amas, haré que te enamores de mí otra vez.Dicho esto, sacó un anillo de diamante de su bolsillo y se arrodilló en un gesto de súplica:—Entonces, ¿me darías otra oportunidad, Martina?De repente, todos los ojos es
Ya no necesité tu boda Capítulo 7
Luis lo miró con sospecha:—¿Quién es él?—Soy el novio de Martina. Por favor, no la molestes más.Ignorándolo por completo, Luis me repitió:—¿Quién es este tipo?Tomás dio un paso al frente, interponiéndose entre nosotros:—Si tienes algo que decir, dímelo a mí.Luis soltó una risa fría de exasperación y, de pronto, lanzó un puñetazo hacia Tomás.Pero Tomás fue más rápido - esquivó el golpe con agilidad.Su sonrisa desapareció:—Si quieres pelear, salgamos afuera. Te acompañaré hasta el final.Al ver que realmente se disponían a salir a pelear, me apresuré a agarrar del brazo a Tomás y negué con la cabeza.Él me dio una palmadita tranquilizadora en la mano.Ambos salieron rápidamente.Yo sabía que Luis tenía experiencia en peleas desde la universidad.Temía que Tomás saliera lastimado, así que corrí tras ellos.Para mi sorpresa, el normalmente educado Tomás peleó con ferocidad - en menos de tres movimientos, Luis ya sangraba.Un último golpe al abdomen lo derribó, incapa
Ya no necesité tu boda Capítulo 6
Cuatro horas después, el avión aterrizó.El compañero de la empresa vino a recogerme.Para mi sorpresa, era un viejo compañero de la secundaria.—Tomás, no esperaba que fueras tú. Cuánto tiempo.Al verlo por primera vez, apenas podía creerlo. Era completamente diferente del chico bajito que recordaba de la secundaria.Ahora era alto, de porte elegante y rostro sereno, y con solo estar allí atraía miradas.Solo lo reconocí porque seguía sus publicaciones en redes sociales.Tomás se acercó sonriendo, como una brisa fresca.—Yo tampoco esperaba que aún me recordaras.Sus ojos brillaban como estrellas al hablar.Durante el camino, recordamos viejos tiempos.Supe que, aunque había estado en mi misma preparatoria, su familia se mudó a Ciudad Costero por el trabajo de su padre.Esa noche, Tomás y otros compañeros organizaron una pequeña cena de bienvenida.Durante la comida, fue atento, incluso me peló los camarones.Llegar sola a Ciudad Costero me tenía algo nerviosa, pero cono
Ya no necesité tu boda Capítulo 5
Me di la vuelta y vi a Luis allí, desaliñado y jadeando.Solo lo había visto así antes cuando se preocupaba por Sofía.Apretó los labios y me miró con obstinación:—¿Por qué te vas sin razón? ¿Y la boda?Lo interrumpí.¿Boda? A estas alturas, ¿qué boda?—Terminamos.—¿Qué? —Se quedó petrificado, incrédulo.Yo crucé la puerta de embarque sin mirar atrás.En el avión, los recuerdos llegaron sin querer: Diez años de relación.Al principio, él también me cuidaba.Pero en algún momento, empezó a ordenarme, y sus ojos solo vieron a Sofía.Me convertí en su sirvienta, y él ni siquiera quería mirarme.Diez años y nunca me propuso matrimonio.Fui yo quien, ante todos los amigos, le propuso matrimonio a él.Él aceptó con el rostro oscuro.Esa noche, me dijo:—Casarme contigo está bien, pero olvídate de una boda.—¿Para qué fingir después de tantos años?En ese momento me dolió, pero estaba tan feliz por "casarnos" que no vi la señal.Creí que, si me esforzaba, lo convencería.A
Ya no necesité tu boda Capítulo 4
Hoy era el día originalmente planeado para la boda.Luis y yo habíamos acordado comenzar los preparativos a las seis de la mañana.Pero fue hasta las nueve, cuando ya había amanecido por completo, que Luis finalmente regresó.Al levantar la vista y verme sentada en la sala, estalló de ira:—¡¿Quieres asustarme?! ¿Sentada aquí sin decir nada?No respondí. Solo lo miré.Había pasado la noche divirtiéndose: Olía fuertemente a alcohol, el cabello despeinado, la ropa desarreglada,y, sobre todo, no se podía ignorar la marca de lápiz labial en el cuello de su camisa.Pero Luis no parecía darse cuenta.En el pasado, me habría enfurecido.Esta vez, solo aparté la vista en silencio.Mientras se quitaba la ropa, siguió regañándome:—¿Es solo una boda, no? ¿Para qué tanta emoción?—Mira tus ojeras. Ya de por sí no eres bonita. Si te ves horrible con el vestido de novia, no me eches la culpa. No voy a repetir esta ceremonia por ti.Lanzó su ropa sucia hacia mí:—Lava mi ropa primero.Y
Ya no necesité tu boda Capítulo 3
Por la tarde, regresé a la empresa.Yo había pedido una semana entera de permiso en el trabajo.Pero apenas habían pasado tres días y ya estaba de vuelta.Mis compañeros de trabajo se sorprendieron al verme:—Martina, ¿por qué has regresado? ¿Es para invitarnos a la fiesta de esta noche? Ya recibimos la invitación, no era necesario que vinieras.¿Fiesta de esta noche?Al pensarlo un momento, entendí que debía ser la de Luis y Sofía.No me molesté en explicar y simplemente sonreí:—Sí, no olviden asistir esta noche. Ahora tengo algunos asuntos que atender.Me alejé de mis compañeros, fui a mi puesto de trabajo y guardé todas mis pertenencias en mi bolso.Finalmente, imprimí mi carta de renuncia y entré a la oficina de mi jefa.Ella miró la carta de renuncia y solo mostró un breve instante de sorpresa, como si no le extrañara demasiado.Suspiró y habló con tono de preocupación:—Desde que no parabas de mencionar a Luis, imaginé que esto pasaría. ¿Renuncias para convertirte en ama de casa
