La sorpresa en el rostro de Valeria era idéntica a la de Mariana. Tampoco había esperado que Damián regresara.El hombre la rodeaba por la cintura delgada, con expresión burlona mirando fijamente a Mariana. Aunque sonreía, la luz sombría en sus ojos era suficientemente aterradora.La expresión de Mariana se detuvo, también reaccionó. Le sonrió a Damián: —Yo, me hizo perder la razón la señorita Rivas. Damián, no tengo otra intención.Damián entrecerró los ojos para mirarla, repitió otra vez: —Dije que me gustaría mucho saber, ¿ella sedujo al prometido de quién?Mariana se detuvo, miró a Valeria una vez. Finalmente bajo los ojos sombríos de Damián, su presencia se debilitó completamente.—Damián, nos vamos a comprometer pronto. Como mi prometido, en ocasiones públicas, ¿no deberías darme algo de respeto?Damián se burló: —¿Ah? ¿Cómo no sabía que tenía una prometida?Su tono estaba lleno de burla. Valeria se detuvo, incluso Mariana también se detuvo.Las palabras de Damián la hicieron sen
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