Todos los capítulos de Términos de Rendición: Capítulo 531 - Capítulo 540

Valeria solo sintió que su cuerpo se volvía cada vez más blando. No quería que pasara, pero parecía que frente a Damián, su cuerpo nunca le obedecía. Su figura menuda se derritió completamente en los brazos de Damián.Hasta que sintió que estaba a punto de quedarse sin oxígeno, Damián finalmente se dignó a soltarla. Cuando sus labios se separaron, se escuchó un sonido húmedo y sugerente que resultó especialmente estridente en el pequeño espacio.Valeria finalmente recuperó el control de su cuerpo y su mente, mirándolo con cierta irritación. Pero Damián se quedó observando sus labios rojos y brillantes con una sonrisa burlona.—Después de probarlo, efectivamente está un poco agrio.Valeria se enojó aún más. No solo tenía que aguantar toda esa rabia, sino que además Damián se burlaba de ella. Se giró para abrir la puerta del auto, pero Damián la mantuvo firmemente sujeta contra él.Al girar la cabeza vio a un guardia de seguridad patrullando, y volteó a mirar a Damián con irritación: —Su

Damián rodeó la cintura de Valeria y se puso de pie, diciéndole a Benito con indiferencia: —Está siendo un poco desobediente.—Cuídala bien.Regina cambió de expresión instantáneamente y se abalanzó hacia adelante queriendo decir algo, pero Damián ya había salido de la habitación con su brazo alrededor de la cintura de Valeria.Valeria se encontró con Benito en la puerta, y él se veía mucho mejor que la última vez. Probablemente por su entrenamiento constante, su cuerpo se recuperaba más rápido que el de otras personas.Valeria apartó la mirada y siguió a Damián afuera, pero se quedó parada mucho tiempo en la puerta de la habitación.No pasó mucho tiempo antes de que se escucharan los gritos desgarradores de Regina desde adentro.Aunque no sabía qué estaba pasando exactamente, Valeria podía más o menos adivinarlo. No había gente bondadosa alrededor de Damián, y Benito en particular era especialmente cruel y despiadado. Probablemente sus métodos eran aún más brutales.Mientras estaba en

Lo que más le gustaba era ver el drama ajeno mientras más grande fuera el lío.Valeria frunció los labios, se acercó y le preguntó a Damián: —¿Vine en mal momento?—¿Será mejor que suba al piso de arriba?Qué considerada se mostraba.Damián alzó la vista para mirarla y con un movimiento suave de la mano la jaló hacia él. En un instante Valeria se encontró sentada sobre sus muslos. La dureza muscular de sus piernas le molestaba en el trasero, haciéndola suspirar de incomodidad.Al presenciar esta escena, la expresión de Mónica se alteró levemente y estaba por despedirse cuando observó que Damián la miraba con una sonrisa ambigua: —Tu oferta resulta bastante atractiva.—Simplemente me pregunto qué ganaría yo con ello.La verdadera razón por la que Mónica había venido era buscar el respaldo de Damián. Años atrás había molestado a la persona equivocada y la habían marginado de la industria todo este tiempo. Si no lograba regresar pronto, definitivamente perdería su lugar en el mundo del en

Damián la miró hablando así, como un pequeño zorro aprovechándose del poder ajeno. Con suavidad, le pellizcó la carne blanda de la cintura. Valeria se quedó rígida por un instante y luego se giró para mirarlo con reproche. ¿Acaso era el momento para coquetear?Al ver la sonrisa maliciosa en los labios de Damián, supo que el magnate no estaba pensando nada bueno. Pero al estar en el territorio de Damián, solo pudo mirarlo suplicante, rogándole que no se pasara. Damián levantó una ceja y la soltó.Ella se levantó de inmediato y se acercó a Regina:—Entonces, hazme el favor de contarme todo lo que pasó en aquel entonces, de principio a fin.Sacó su celular, activó la grabadora y lo dejó con tranquilidad en el suelo.—No mientas. Si te lo pregunto, es porque ya tengo pruebas y testigos en mi poder. Si te atreves a mentir… —le regaló una dulce sonrisa a Regina.Su rostro era de una belleza exquisita, pero sus palabras hicieron que a Regina se le helara la sangre.A causa del miedo extremo,

Cuando Valeria y Damián llegaron a la puerta y la abrieron, encontraron a Benito esperando afuera.—Señor Figueroa, señorita Rivas, Regina se desmayó.—¿Ya se desmayó? —Valeria frunció el ceño— ¿No estaba riéndose a carcajadas hace un momento?Benito negó con la cabeza: —No estoy seguro, probablemente se desmayó del dolor.Valeria asintió y volteó a mirar a Damián. Este le preguntó con indiferencia: —¿Qué quieres hacer con ella ahora?Cuando hablaba de "hacer", probablemente se refería a métodos bastante extremos.Valeria se mordió ligeramente el labio mientras reflexionaba: —Mejor la enviamos a la policía.Damián resopló. Evidentemente no aprobaba este método de Valeria, pero aun así le dijo a Benito: —Llama a un doctor. Cuando despierte, envía toda la evidencia junto con ella a la estación de policía.Benito se retiró. Valeria tampoco quería ver a Regina ni una vez más.Cerrando la puerta, Damián se dirigió al sofá y la miró de reojo: —Problemático.Valeria sabía que se refería a su