Después del caos, fue Ricardo quien finalmente logró separar a Marta. La cara de Liliana estaba contraída por el dolor, sus ojos llenos de lágrimas mientras miraba a Guillermo: —Guillermo, me… Guillermo, con el rostro lívido de furia, le gritó a Ricardo, que aún sujetaba a Marta: —¡Llévatela de aquí, ahora! Marta intentó escaparse, pero Ricardo no se atrevió a aflojar el agarre. ¡Esta mujer tiene una fuerza increíble!—Señorita Marta, mejor vámonos —rogó Ricardo. —Mi bolso —exigió Marta. El bolso que había usado para golpear a Guillermo, estaba en el suelo cerca de Guillermo. Él, furioso, lanzó el bolso directamente. Ricardo lo atrapó y lo entregó a Marta: —Vale, ya lo tienes. Fue un desastre. Al final, Ricardo logró meter a Marta en el coche, y quería llevarla a casa. Pero ella, negándose a aceptar la ayuda de alguien de Guillermo, arrancó el auto y se fue sola. Guillermo, aún aturdido por los golpes, tardó un buen rato en reaccionar. Cuando por fin recuperó la
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