—Santiago, aunque mi mamá logró sobrevivir, que no se te olvide que entre nosotros está la muerte de mi hijo. Así que deja de fantasear con controlarme usando tus tácticas, no te debo nada, y mucho menos a Nicolás. ¡La deuda que tienes conmigo nunca la podrás saldar!Santiago arrugó profundamente la frente y, con voz grave, dijo:—Si nuestro hijo no hubiera muerto, ¿no habrías vuelto a mencionar el divorcio?—No existen los hubiera. —El pecho de Valeria se agitaba, las emociones se revolvían dentro de ella—. Santiago, a veces realmente me pregunto: ¿cuándo duermes, sueñas con ese niño viniendo a cobrarte la vida?Santiago quedó paralizado.—Pero probablemente no tienes ese tipo de sueños, ¿verdad? —Valeria se burló con frialdad—. Porque en tu corazón, solo tienes a Nicolás como hijo. La muerte de mi hijo, ¿qué significa para ti?Santiago apretó los puños, su nuez de Adán se movió con dificultad.Valeria ya no lo miró más, se volteó hacia la ambulancia.La ambulancia se acercó y se detu
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