Los ojos de Celia se contrajeron drásticamente. Intentó resistirse por instinto, pero él ya lo había previsto. La arrinconó entre la puerta y su pecho.Su beso ardía, así como su piel.La última vez que él había perdido el control así fue cuando lo drogó Rocío. ¿Acaso ahora también...?En un arranque de desesperación, Celia levantó la mano para intentar darle una cachetada. Sin embargo, no alcanzó su mejilla, en vez de eso, lo golpeó en la oreja izquierda.—César Herrera, ¡abre los ojos y mírame bien! ¡Yo no soy Sira! —gritó histéricamente, fulminando al hombre que había apartado la cabeza por el golpe.Los músculos de su mandíbula se tensaron, pero no le respondió. Se tocó la comisura de los labios, donde ella le había dejado una marca color rojo.Al recuperar la compostura, Celia comprendió que había reaccionado exageradamente. Intentó calmarse y buscó una excusa.—Pues, César… No... no solías ser así. Este cambio me desconcertó…Él siguió guardando silencio. Tras un largo momento, s
Baca selengkapnya